El tamiz

Mahjouba

Estas eran dos hermanastras. Un día, su madre les mandó a buscar agua [a la fuente], y les dijo:

―La que me traiga agua comerá hoy carne con su padre.

A la que no era su hija, le dio un tamiz, y a su hija le dio un botijo. La hija regresó al rato con el botijo lleno de agua. Mientras tanto, a la otra, al cruzar el río para ir a por agua, se le cayó el tamiz y se lo llevó la corriente. Así que empezó a correr, a correr y a correr hasta que lo perdió de vista. Y entonces se encontró con un pastor y le preguntó:

―Por favor, ¿ha visto un tamiz bajando por el río?

Y el pastor le respondió:

―No. No he visto un tamiz, pero pregúntaselo a aquel segador.

Se acercó al segador y le preguntó:

―Por favor, ¿ha visto un tamiz bajando por el río?

Y el segador le contestó:

―No. Pero acércate a aquella casa y pregúntale a la tía Alegría.

Al llegar a la casa, la niña empezó a gritar:

―¡Tía Alegría!, ¡tía Alegría!

Y rápidamente salió una ogro de la casa que gritó:

―¡A quien me ponga hoy alegre, Dios le alegrará!

Al acercarse, la niña dijo:

―Soy yo, tía Alegría. Por favor, ¿ha visto un tamiz bajando por el río?

Y ella respondió:

―Sí, en mi casa lo tengo. Entra conmigo a cogerlo. Pero dime, ¿por qué puerta quietes entrar? ¿Por la de las agujas o la de madera?

Y ella dijo:

―Como no tengo ni padre ni madre, entraré por la puerta de las agujas misma.

Y ella dijo:

―No, hija mía, entra por la puerta de madera ―y le dijo también―: ¿Dónde quietes bajar, al silo del oro o al silo de las serpientes?

Y ella dijo:

―Como no tengo padre ni madre, bajaré al silo de las serpientes.

Y ella dijo:

―No, hija mía, baja al silo del oro ―y le dijo otra vez―: ¿En qué burro te quietes montar, en el burro cojo o en el que tiene cuatro patas?

Y ella dijo:

―Como no tengo ni padre ni madre, me montaré en el burro cojo.

Y ella dijo:

―No, hija mía, te montarás en el burro que tiene cuatro patas.

Le dio el tamiz, la llenó de oro, la montó en el burro que tenía cuatro patas, y [la niña] se marchó a casa. La madrastra la vio desde lejos toda brillante, con ropa nueva y muy limpia, y le preguntó:

―Ay, hija mía. Pero ¿dónde te habías metido? Estábamos muy preocupados por ti.

La madrastra le mandó que le contase todo lo que le había pasado. Y a la mañana siguiente mandó a las dos niñas a por agua. A su hija le dio el tamiz, y a su hijastra le dio el botijo. La hijastra volvió con el botijo lleno de agua. Mientras tanto, a la otra, al cruzar el río para ir a por agua, se le cayó el tamiz, y se lo llevó la corriente. Así que empezó a correr, a correr y a correr hasta que lo perdió de vista. Y entonces se encontró con un pastor y le preguntó:

―Por favor, ¿ha visto un tamiz bajando por el río?

Y el pastor le respondió:

―No. No he visto un tamiz, pero pregúntaselo a aquel segador.

Se acercó al segador y le preguntó:

―Por favor, ¿ha visto un tamiz bajando por el río?

Y el segador le contestó:

―No. Pero acércate a aquella casa y pregúntale a la tía Tristeza.

Al llegar a la casa, la niña empezó a gritar:

―¡Tía Tristeza!, ¡tía Tristeza!

Y rápidamente salió una ogro de la casa que empezó a gritar:

―¡A quien me ponga hoy triste, Dios le entristecerá!

Al acercarse, la niña dijo:

―Soy yo, tía Tristeza. Por favor, ¿ha visto un tamiz bajando por el río?

Y ella respondió:

―Sí, en mi casa lo tengo. Entra conmigo a cogerlo. Pero dime, ¿por qué puerta quieres entrar? ¿Por la de las agujas o la de madera?

Y ella dijo:

―Como tengo padre y madre, entraré por la puerta de madera.

Le dijo ella:

―No, tú entrarás por la puerta de las agujas ―y le dijo también―: ¿Dónde quieres bajar, al silo del oro o al silo de las serpientes?

Y ella dijo:

―Como tengo padre y madre, bajaré al silo del oro.

Y ella dijo:

―No, tú bajarás al silo de las serpientes ―y le dijo otra vez―: ¿En qué burro te quieres montar, en el burro cojo o en el que tiene cuatro patas?

Y ella dijo:

―Como tengo padre y madre, me montaré en el burro que tiene cuatro patas.

Y ella dijo:

―No, tú te montarás en el burro cojo ―y también le dijo―: ¿Quieres que te dé el tamiz?

Y la niña dijo:

―Como tengo padre y madre, dame mi tamiz.

La ogro no le dio el tamiz. La llenó de serpientes, la montó en el burro cojo y cuando estaba llegando cerca de su casa, su madre ya la estaba esperando. [La niña] estaba ennegrecida y picoteada por las serpientes. La madre empezó a preguntarle:

―¿Dónde te habías metido, hija mía, dónde te habías metido?

[La niña] abrió la boca para reírse y se le cayeron todos los dientes.

Y después de andar por aquí y por allí, me puse el calzado y se me rompió.

Alhucemas, 15 de agosto de 2002

Cuentos populares del Rif
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml