El Shetan y la anciana

Mahjouba

Una vez, un shetan[21] se encontró con una anciana por el camino y la saludó:

―Que Alá esté contigo.

Y ella devolvió el saludo:

―Que contigo esté.

Y él le dijo:

―Yo soy más listo que tú.

Ella le contestó:

―No, yo soy más lista que tú.

El shetandijo:

―Entonces vamos a separarnos. Tú te vas a una aldea y yo a otra, y mañana nos volvemos a ver aquí y comprobaremos quién ha hecho mejor algo bueno.

La anciana se fue a una aldea y vio a una jovencita. Preguntó a los vecinos cómo se llamaba. Llamó a la puerta y cuando ella la abrió, le dijo:

―Hola, hija de mi hermana. He estado preguntando por ti, y como me han dicho que vivías aquí, he venido a verte.

Ella contestó:

―Si mi madre no tiene ninguna hermana...

Y la anciana dijo:

―¿Cómo me ibas a conocer si desde que murió tu madre no he pisado la aldea?

Así que la muchacha la invitó a entrar. Se sentaron, charlaron un buen rato y dijo la anciana:

―Ay, cuánto me gustaría que me prepararas un cuscús.

La joven hizo el cuscús, y dijo:

―Mi marido es imán, así que no podemos cenar hasta que no haga el último rezo.

Pero la anciana replicó:

―Yo tengo hambre, ¿por qué no vamos comiendo nosotras?

Así que la joven empezó a poner la mesa y entonces dijo la anciana:

―Yo necesito dos cucharas para comer. Y también dos esterillas para sentarme.

Y empezó a comer con las dos cucharas, una en la mano izquierda y la otra en la derecha, y la joven le preguntó:

―Pero tía, ¿qué haces?

Y la anciana contestó:

― Es que si no como así, me quedo con hambre.

Y al rato llamaron a la puerta. La joven abrió. Era su marido. Entró donde estaban comiendo y saludó a la anciana:

― Hola, hola, qué tal, cómo estás.

Y la anciana respondió:

―¿Por qué me saludas ahora, si estabas aquí comiendo conmigo hace un instante?

―¿Yo?, ¿cuándo, si es la primera vez que te veo?

Ella dijo:

―Pero mira, si aquí está tu esterilla y tu cuchara usada... {Haciendo que cae en la cuenta de algo}: Ahh, ya..., pues ella decía que era su marido... Hace un rato había aquí sentado un hombre y cuando has llamado a la puerta, los dos se levantaron y ya no sé más.

Y la muchacha empezó a decir:

―Pero tía, ¿qué estás diciendo? ¿Me quieres volver loca o qué? ¿Qué hombre había aquí conmigo si eras tú la que estaba comiendo con dos cucharas?

Y la anciana dijo:

―¿Pero es que soy un monstruo yo para comer con dos cucharas? ―Y dirigiéndose al marido, le dijo―: Mira, la cuchara. Y aquí la esterilla. El que estaba aquí tenía la misma chilaba que tú y la misma estatura que tú.

Entonces el marido se puso muy furioso y dijo:

―¡Malnacida!, ¡bastarda!, ¡cómo va a decir mentiras tu tía! ―y mató a la mujer en el acto.

En cuanto la dejó muerta, la anciana se dio la vuelta y salió de la casa. Y cuando se enteraron en la aldea, los de la familia de la mujer empezaron a pegar a los del marido, y los de la familia del marido a pegar a los de la mujer.

Por su lado, el shetanhabía ido a otra aldea. Al llegar se encontró a una vaca que acababa de parir y a una mujer que iba a ordeñarla. Entonces, espantó a la vaca y le pegó una patada al cántaro para la leche que llevaba la mujer. Y ella agarró lo primero que pudo, que era un azadón, y se lo tiró [al shetan]. Pero le dio a la vaca y la tuvieron que sacrificar. Así que aquel día todos en la aldea comieron carne.

Al día siguiente, el shetany la anciana se encontraron.

―Buenos días.

Ella le contestó:

―Buenos días.

Ella le preguntó:

―¿Qué has hecho?

Y el shetanle contó todo lo que había hecho y luego le dijo:

―Gracias a mí, la aldea entera ha comido carne.

Y ella le contestó:

―Anda, anda, pero qué vas a haber hecho tú eso. Yo he dejado a una aldea con un entierro aún pendiente.

Y tras oír su historia, el shetanle dijo:

―Pues entonces, aléjate de mí.

Se despidieron y cada cual se fue por su lado.

Y después de andar por aquí y por allí, me puse el calzado y se me rompió.

Alhucemas, 15 de agosto de 2002

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