Las siete hijas abandonadas

Mahjouba

Este era uno que dejó abandonadas a sus siete hijas y se fue, y cada una tuvo que cuidar de sí misma. Un día, muchos años después, apareció el padre mendigando. Una de las hijas se asomó por la ventana, lo reconoció, se acercó a él y le dijo:

―Ven, ven conmigo, mendigo, que yo te voy a ayudar, te voy a dar de comer y un sitio para dormir.

Le hizo entrar en casa, y fue a avisar a sus hijos:

―Cuando por la noche estemos sentados con él, uno de vosotros tiene que decir: "Mamá, cuéntanos un cuento". Entonces yo os diré: "El cuento, hijos míos, lo llevo encima". Y vosotros tenéis que responder: "Vale, mamá, pues cuéntanoslo".

Después de decirles esto, se fue con el mendigo, lo ayudó a lavarse, lo vistió con ropas limpias, le dio de comer y entonces se sentaron todos juntos a charlar. Y dijo uno de los hijos:

―Mamá, cuéntanos un cuento.

Y dijo ella:

―Hijos míos, el cuento lo llevo encima.

―Por favor, mamá, cuéntanos el cuento que llevas encima.

―Hijos míos, éramos siete hermanas. Nuestra madre se murió. Nuestro padre nos abandonó. No teníamos a nadie.

Mientras contaba esto, el mendigo empezó a encogerse más y más y más, hasta que quedó sólo la barba. Y cuando sólo quedaba la barba, su hija cogió la barba y dijo:

―Fuera de aquí, barba de mi padre. Que Dios te convierta en alimento para los pobres o en esparto.

Y se convirtió en una mata de esparto.

Y después de andar por aquí y por allí, me puse el calzado y se me rompió.

Alhucemas, 15 de agosto de 2002

Cuentos populares del Rif
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml