Elpequeño rey

Mahjouba

Este era un hombre que le debía dinero a otro, y tenía un año de plazo para devolverlo. Pero pasó el año, y nada. Así que el otro fue a buscarlo y le dijo:

―Dame mi dinero.

Y el otro contestó:

―Yo no te debo nada.

De modo que puso varias denuncias, pero no servían de nada, porque la justicia no le daba la razón. Cansado de ponerlas, iban dos veces por semana ante el rey a ver si les podía resolver aquel asunto. Pero el otro lo negaba siempre.

Un día, unos niños jugaron a representar en la calle una obra de teatro. Un niño de siete años que se llamaba Harun hacía de un rey que tenía que juzgar a dos hombres; uno de los hombres tenía que devolver dinero al otro, pero siempre se negaba a devolvérselo. El rey llamó a su guardaespaldas y dijo: "Moja el látigo, ata a ese hombre y fustígale". Empezó a fustigarle y el hombre empezó a gritar: "No me pegues más, le voy a devolver su dinero".

El verdadero rey, que estaba viendo la obra desde su balcón, pensó: "Así es como hay que juzgar". Y cuando los dos hombres fueron a visitarle otra vez, el rey llamó a su guardaespaldas y le dijo: "Moja el látigo, ata a esos hombres y fustígales". Después de haber recibido un gran número de latigazos, empezó uno a gritar:

―¡Soltadme!, ¡le devolveré el dinero!

Lo soltaron y al rato volvió con el dinero.

Pero el rey tenía una duda con el niño de siete años llamado Harun que había hecho de rey en la obra de teatro. Así que lo llamó a palacio y lo sentó en el trono. Y le dijo:

―De hoy en adelante, vas a hacer de rey, como yo.

Pasaron los días. Y un día que Harun iba con su escolta vio a lo lejos una luz muy débil que salía de una casa. Se llegó a la casa, entró y encontró a una mujer con varios niños. Harun le preguntó inmediatamente:

―¿Qué haces?

―Estoy preparando la cena a mis hijos ―contestó ella.

Y cuando Harun se asomó a la olla, vio que estaba rehogando piedras. Y preguntó:

―¿Y por qué cocinas piedras?

―Porque soy muy pobre y lo que estoy haciendo de verdad es entretener a los niños: se creen que estoy haciendo la comida, empiezan a dar vueltas mientras esperan a que termine, se cansan y se quedan dormidos.

Y Harun le preguntó:

―¿No tienes nada de nada?

―Nada de nada.

El rey se quitó un anillo y se lo dio. Y le dijo:

―Preséntate mañana en Palacio.

Y se fue.

Al día siguiente, cuando la mujer iba camino del palacio, pasó por delante de la tienda de un judío que le dijo:

―Pase, señora.

La mujer entró a la tienda y el vendedor, como le llamó mucho la atención el anillo, le dijo señalándolo:

―Se lo compro.

Cuando ella vio tanto dinero, no pudo resistirse y se lo vendió. Llegó al palacio y lo primero que le preguntó el rey fue:

―¿Dónde está el anillo que te dio ayer Harun?

Y dijo ella:

―Me lo quitó un judío.

Y le dijo él:

―¿Te acuerdas de quién?

Y ella le contestó que sí.

Fueron a buscar al judío y lo primero que le preguntó el rey fue:

―¿Por qué le has quitado el anillo?

Él contestó:

―No, no se lo quité. Me lo vendió.

El rey, sin pensárselo dos veces, mandó que le cortaran al judío un dedo.

Al tiempo de aquello, el rey entró en guerra con el enemigo. Harun fue capturado y su guardaespaldas también. A su guardaespaldas lo hicieron picadillo. Pero Harun, como estaba muy delgadito, les dijo:

―Yo no tengo carne en el cuerpo, dejadme vivo. Os seré muy útil.

Ellos le contestaron:

―Bueno, veremos si eres útil de verdad. A ver qué sabes hacer. ¿Qué necesitas?

―Necesito mucha lana y botones.

A partir de entonces empezó a tejer alfombras, esterillas de toda clase para rezar, y muchas más cosas así. Mientras tanto, en el reino pensaban que Harun estaba muerto. Pero éste un día tejió una alfombra y escribió en ella un mensaje, diciéndole a su rey dónde estaba. Cuando terminó de tejerla, dijo:

―Esta alfombra quiero que se venda en mi antiguo palacio, os pagarán mucho por ella.

Y el ejército de Harun lo rescató a los pocos días de que les llegara la alfombra a palacio.

Y después de andar por aquí y por allí, me puse el calzado y se me rompió.

Alhucemas, 6 de agosto de 2002

Cuentos populares del Rif
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_000.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_001.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_002.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_003.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_004.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_005.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_006.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_007.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_008.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_009.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_010.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_011.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_012.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_013.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_014.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_015.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_016.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_017.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_018.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_019.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_020.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_021.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_022.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_023.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_024.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_025.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_026.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_027.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_028.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_029.xhtml
notas_a_pie_de_pagina_split_030.xhtml