Oficial ejecutiva
—El campo estático de la cámara de consejo ha vuelto a ser desactivado, señor.
—Bien. ¡Contacte con ellos, maldita sea!
Hobbes intentó contactar frenéticamente con la cabo Lao. Por proceso de eliminación, había determinado que era la soldado en el interior del campo estático. Unos segundos antes, el escudo había bajado, pero había vuelto a subir enseguida y no había tenido tiempo de conectar.
—¡Lao! —ordenó en la banda ancha de la soldado—. No vuelva a subir el campo. La situación es segura.
La segunda oleada de soldados había asegurado la cámara del consejo. Y una unidad de evacuación médica del hospital de la capital estaba en posición sobre el tejado del palacio.
No hubo respuesta de la cabo Lao.
—Doctor Vechner —intentó.
Ninguna de las telemetrías de las armaduras de los soldados estaba activa. Incluso los informes de diagnóstico del equipamiento médico del doctor habían desaparecido.
—Señor —dijo volviéndose a mirar al capitán—. Algo no va bien.
El capitán no respondió. Con una extraña sonrisa de resignación, Zai se reclinó sobre su silla del puente de mando y asintió, murmurando algo para sí.
Casi sonó como:
—Por supuesto.
Entonces llegaron informes de abajo, veloces y confusos.
La cámara del consejo estaba asegurada. Pero Lao estaba muerta, al igual que el doctor Vechner, el iniciado Barris y dos rehenes, víctimas de armas rix. El generador de campo había sido destruido. Por lo visto, un último soldado rix había quedado vivo, había sobrevivido al ataque, y había permanecido dentro del campo estático. En un espacio tan reducido, un solo disparo los había matado a todos, incluida la soldado rix.
Pasados unos momentos se determinó quiénes eran los otros dos rehenes.
Uno era el almirante Fenton Pry, oficial general de la Flota del Distrito Fronterizo Inferior, portador de la Orden de Juan, la Matriz de la Victoria y toda una serie de condecoraciones de campaña, como la medalla de Sucesión de las Bandas del Distrito Central, la de Moorhead y la de la Rebelión Varei.
La otra era la Emperatriz infante Anastasia Vista Khaman, hermana de Su Majestad Imperial, el Emperador Elevado.
El intento de rescate había fracasado.
Hobbes escuchó mientras el capitán Zai grababa una escueta anotación en su registro. Hobbes se dio cuenta de que debía de haberlo preparado antes para salvar las vidas de su tripulación.
—Los soldados y el personal naval de la Lynx han actuado admirablemente y con gran valentía contra un enemigo malvado. Esta misión ha sido llevada a cabo con distinción, pero su plan básico y su dirección han fallado. El Error de Sangre es mío y mío solo. Capitán Laurent Zai, Armada de Su Majestad el Emperador.
Entonces el capitán se giró y abandonó lentamente el puente de mando ante la mirada de su estupefacta tripulación, arrastrando los pies, como si ya fuese un hombre muerto.