Pita
Las pitas son fáciles de hacer, resultonas y gustan a todo el mundo. Al igual que los chapatis, las pitas son el instrumento, el plato y el cubierto, e invitan a compartir de manera desenfadada. Una pila de pitas anuncia casi siempre un buen rato. Puedes usarlas como saquitos de pan y rellenarlas o bien desgarrarlas con tus manos y usarlas a modo de cuchara para comer cualquier guiso. Incluso puedes revivir unas pitas secas humedeciéndolas con un poco de agua o bien desmenuzar una pita completamente seca en una ensalada, para añadir un toque crujiente.
Este es uno de los panes más rápidos del libro; puedes tenerlo listo de comienzo a fin en una hora y media. Sin embargo, es uno de los más sabrosos y satisfactorios. La receta usa un poco de harina integral y una pizca de azúcar para dar un sabor profundo a cereal, pero las puedes hacer con tus harinas favoritas. Solo hay una cosa esencial: mucho calor. Calienta bien el horno, al máximo. Enciéndelo antes de comenzar a estirar las obleas de masa para que alcance una temperatura alta y permita que las pitas se hinchen.
Ingredientes |
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Harina panificable |
375 g |
Harina integral |
25 g |
Agua (62 %) |
250 g |
Azúcar |
10 g |
Sal |
5 g |
Levadura fresca |
5 g (1,5 g de levadura seca) |
Mezcla todos los ingredientes hasta obtener una masa que se adhiera a tus manos solo en los primeros momentos de la mezcla (1). Déjala reposar 15 minutos y amásala sobre la mesa; tendría que dejarse amasar fácilmente. Pliégala sobre sí misma y hazla rodar una y otra vez sobre la mesa durante 5 minutos (2). Enseguida tendrás una masa manejable. Deja que repose durante media hora (3) y divídela en porciones de unos 80 g (4). Boléalas un poco, haciéndolas girar con rapidez entre tus manos sobre un eje imaginario (5), y estíralas con el rodillo hasta que midan unos 15 cm de diámetro (6).
Coloca un par de pitas en una hoja de papel de hornear; su grosor será de unos 3 o 4 mm (7 y 8). Deja que fermenten un poco (un cuarto de hora), y ponlas en el horno cuando esté muy caliente (es esencial para que se hinchen bien). Lo ideal es que hayas calentado el horno a 250 °C con una bandeja metálica dentro al menos durante 20 o 25 minutos. Desliza la hoja de papel de hornear con las pitas directamente sobre la bandeja del horno. Verás que en medio minuto empiezan a hincharse (9). Transcurridos 2 minutos (a veces incluso menos), dales la vuelta para que se cuezan homogéneamente y evitar que se sequen. En cuanto saques las pitas del horno, resérvalas en un paño para que se conserven tiernas y jugosas. Ten cuidado al manipularlas, ya que sueltan vapor de agua caliente.
El horneado tiene que ser muy rápido; si las tienes demasiado tiempo, quedarán secas y crujientes. El grosor de las pitas y la temperatura del horno te mostrará cuál es el límite. Como cuando aprendes a hacer cualquier otro plato, ya sea un pescado, un arroz o una crêpe, tienes que sacar alguna pita seca y quemada para aprender el punto justo. Una vez que aprendas la mecánica, seguro que repites este pan a menudo.
¿Por qué es interesante esta receta?
Consigue un efecto sorprendente con un buen uso del horno. También puedes cocerlas sobre una chapa o sartén.
Variaciones
Intenta añadir un poco de harina de trigo duro o centeno. Puedes hacerlas sobre una chapa muy caliente o sartén (en este caso, usa una tapa para obtener más calor).