16 Hay una cosa grande que se encierra en el mundo; es preciso ¡oh joven rey que tu alma corresponda a ella. ¡Oh! no en vano calmando nuestro dolor, el cielo quiso revelar tu vida por medio de un moribundo; no en vano algún tiempo después la nación adormecida, seguida de sus hijos, te elevó en sus brazos a los ojos del universo entero, sobre el borde de un ataúd.<<