XVII.5. La medicina tradicional china: a veces más que un placebo
La acupuntura puede ser más que un efecto placebo.
La medicina tradicional china (MTC) defiende desde tiempos inmemoriales la existencia de una innumerable cantidad de sustancias y de alimentos beneficiosos para la salud. En efecto, en China se dice que todo lo que es bueno para comer da salud y alarga la vida. Pero también hay estudios serios que apuntan a que el nunca bien ponderado té verde sin fermentar podría reducir el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares y algunas formas de cáncer. Basándose en diecisiete estudios de población se ha calculado que la probabilidad de sufrir un infarto se reduce en un 10% si uno toma tres buenas tazas de té verde al día. Éste no sólo mejoraría la presión alta y el sobrepeso, sino que además tendría un efecto protector sobre el cerebro. Una serie de preparados de hierbas tradicionales chinas mejorarían los síntomas de la demencia, y se están estudiando con técnicas modernas sus componentes activos y su mecanismo de acción. Por ejemplo, la Uncaria rhynchophylla inhibe la agregación de la proteína beta-amiloide, lo que podría ser un mecanismo para contrarrestar la enfermedad de Alzheimer. Pero las afirmaciones acerca de las propiedades del té verde para las enfermedades de Parkinson y Alzheimer necesitan apoyarse en más estudios. En la medicina tradicional china los ciempiés, escarabajos y lombrices de tierra tenían fama de combatir la demencia. Efectivamente, los extractos de esos animales parecen inhibir la actividad de la aceticolinaesterasa, al igual que los preparados que en Occidente se suministran a los pacientes de alzhéimer con el mismo propósito, y que surten algún efecto en algunos de ellos. No hay que descartar que la investigación de las hierbas tradicionales en China logre identificar principios activos completamente nuevos.
En el caso de la acupuntura cabría preguntarse en primer lugar si no se tratará de un efecto placebo. Sin duda éste está presente en esas terapias exóticas con sus rituales impresionantes que generan grandes expectativas en los pacientes. Además, en este tratamiento se plantea también el interrogante de si el concepto milenario chino sobre la importancia de los meridianos y los puntos tradicionales de acupuntura es verdaderamente significativo. Citaré como ejemplo un par de estudios que además ilustran la complejidad del problema.
Para responder a esas preguntas anteriores dentro del tratamiento de la migraña se dividió aleatoriamente a los pacientes en tres grupos. El primer grupo recibió un tratamiento de acupuntura auténtico en el que las agujas fueron insertadas en los acupuntos y los médicos buscaron el «Qi», es decir, la situación en la que el paciente experimentara una sensación difusa, lo que se considera una señal de la efectividad de la aguja. El segundo grupo fue sometido a un tratamiento simulado de acupuntura en el que las agujas se insertaron en puntos «falsos» previamente acordados. El tercer grupo estaba en una lista de espera. El tratamiento del primer grupo de acupuntura no resultó más efectivo que el del segundo, pero ambos tuvieron resultados más favorables que el de la lista de espera. Por una parte podemos concluir que la acupuntura es eficaz, pero por otra parte surgen ciertas dudas sobre la importancia de los puntos de acupuntura tradicionales, al menos con relación al tratamiento de la migraña. A decir verdad, con este estudio no puede establecerse si la eficacia se debe a un mecanismo fisiológico o a un efecto placebo muy activo. Se obtuvieron resultados similares con tres grupos de pacientes distintos aquejados de cefaleas tensionales (Melchart et al., 2005).
Sin embargo, con un experimento parecido llevado a cabo con pacientes de osteoartritis en la rodilla, la acupuntura resultó mucho más eficaz. En este caso se comparó un tratamiento de acupuntura auténtico con un «tratamiento mínimo» en el que sólo se insertaban las agujas muy superficialmente y en «puntos falsos de acupuntura» y con lista de espera. Después de ocho semanas de tratamiento, los pacientes que recibieron la auténtica acupuntura mostraban una mejora significativa del dolor y del estado de la rodilla respecto del grupo de «acupuntura mínima». A pesar de que la diferencia entre los dos grupos se fue reduciendo a medida que pasaba el tiempo, en este caso sí puede hablarse de un efecto clínico relevante. En los casos de cervicalgias crónicas de origen mecánico, la acupuntura demostró su eficacia en términos estadísticos pero no clínicos. En este caso se comparó la electroacupuntura con un proceso simulado en el que todo el tratamiento era idéntico pero no pasaba corriente por los cables. En este caso no se sabe el efecto que tuvieron las agujas de acupuntura.
A través de pruebas de imagen (PET) se estudiaron las diferentes reacciones del cerebro al tratamiento de acupuntura y las expectativas que los pacientes de osteoartritis en la rodilla tenían respecto del resultado. Mediante un estudio cruzado doble ciego se compararon tres casos: una acupuntura real, una acupuntura placebo y estimulación cutánea. Para la acupuntura placebo se utilizaron las agujas de Streitberger, que tienen la punta roma y se retraen cuando se presionan sobre la piel, pese a que los pacientes tienen la impresión de que penetran en ésta. Con el tercer grupo se emplearon agujas de acupuntura de punta roma que apenas se aplicaban superficialmente en la piel. Ninguno de los tres tratamientos redujo el dolor en los pacientes. En las imágenes PET se observó que la ínsula ipsilateral, un área que coordina las reacciones corporales autónomas, había sido más activada por la aguja de acupuntura verdadera que por la de Streitberger, a pesar de que los dos tratamientos generaban las mismas expectativas en los pacientes. Ambos causaron una activación mayor de la corteza prefrontal, de la corteza cingular anterior y del área medial del cerebro respecto de la estimulación superficial, sobre la que los pacientes no tenían ningunas expectativas terapéuticas. Este experimento pone de manifiesto que la aguja de acupuntura puede tener un efecto fisiológico específico y que, al margen de esto, las expectativas del paciente hacia el tratamiento estimulan las áreas cerebrales relacionadas con la recompensa. Así pues, la acupuntura puede obtener otros efectos además de los derivados del placebo, que son fruto de la expectativa de los pacientes por la terapia. En qué medida esto es clínicamente significativo y en qué medida los puntos de acupuntura tradicionales son esenciales para lograrlo son temas que deben estudiarse separadamente para cada uno de los tratamientos de las distintas afecciones con el fin de realizar un estudio médico basado en la investigación científica. Para ello también es de gran importancia llevar a cabo experimentos con animales para estudiar el mecanismo de la acupuntura. Por ejemplo, se ha demostrado que la electroacupuntura analgésica en la rata produce una elevada concentración de vasopresina en el núcleo paraventricular, mientras que no hubo cambios en la oxitocina ni en los péptidos opiáceos. La vasopresina puede medirse en la sangre y, por tanto, quizá sea útil para evaluar la eficacia de la acupuntura y de sus mecanismos de acción en las personas.