Libro II
1 ¡Ay de mí!, pues aún vivo en la tierra de paganismo Tacoalubiáno. En verdad, el disgusto de Nuestro Señor MEV sigue estando sobre mí
2 Y he aquí, yo me asocié con uno de sus habitantes más viles: la ya mencionada ramera de cuatro pechos de Phoenix; sí
3 Y he aquí, que vino a suceder que ella entró en mi cocina (pues ella deseaba aprender sobre mi Señor Pasta y Sus Condimentos y Sus Albóndigas)
4 Y, Señor Pasta perdóname, lascivamente observé sus cuatro estupendos pechos con asombro, pues nunca antes vieron mis ojos más de tres pechos en cualquier cuerpo femenino. Señor, por ver esa abominación, sí, en verdad merezco cincuenta latigazos con Tus Tallarines
5 Y aconteció que ella deseaba aprender cómo hacer Tu Santísima Albóndiga, y así que le mostré cómo preparar Tus Bolas de Proteína
6 "Muy estimada ramera de cuatro pechos de Phoenix,", dije yo ante esta pagana, "primero tomarás lo siguiente:
7 Una libra (0.4536 kg) de santificada carne de res picada; ½ taza de pan rallado; 1 huevo al que primero tú batirás levemente; ½ taza de Sacra Salsa de Espagueti; 1 cucharadita de sal y 1 cucharadita de cebolla picada en escamas. Entonces tú mezclarás todo el Santo Mejunje y le darás forma de Sagradas Bolas de 1 pulgada (≈ 2,5 cm). Tú cocinarás Sus Sagradas Bolas en una sartén, en un horno precalentado a 400 ºF (≈ 205 ºC), pero por nada más y nada menos de 20 minutos Las hornearás. "
8 "Oh Maestro de tu propio horno.", habló la ramera de cuatro pechos de Phoenix. "¡Ay de mí!, pues he amasado yo una de mis lentes de contacto en la Santa Mezcla. ¿Ves? Aquí yace en la superficie de Su Albóndiga."
9 "He aquí,", respondí yo, "no te angusties, gentil ramera. Cocínalo, la Santa Bola tuya y consúmela junto con la lente; pues entonces Nuestra Sagrada Albóndiga de Visión Mejorada verá plenamente tu yo más íntimo según Él pase a través de ti. Sí, Él lo verá todo, incluido el taco."