Capítulo III
1 Por la noche busqué en mi lecho a aquél a quien ama mi
estómago: lo busqué,
2 a él, pero no lo hallé. Me
levantaré ahora, y rondaré la ciudad por las calles, y por
las
3 plazas buscaré a aquél a quien ama mi estómago: lo
busqué, pero no lo hallé. Me hallaron los policías que rondan la
ciudad: y yo les dije: ¿Habéis visto
4 vosotros a aquél a
quien ama mi estómago? Apenas un poco hube pasado de ellos, hallé a
aquél a quien
5
ama mi estómago: Lo abracé y no lo dejé ir,
hasta que lo llevé a mi casa, y a la cámara donde tomo la cena. Yo
os conjuro, oh personal de servicio del Jardín De Los Olivos, por
los Retaquetes [sic], y por
6 los Retacos del campo, a que
vosotros remováis mi pasta, para que no se pegue en el fondo de la
olla, hasta que sea que esté al dente. ¿Quién es aquél que viene
del yermo territorio como bolas de
7 carne, perfumado
con ajo y albahaca, con todas las migajas del comerciante? Observad
su harina, que es sémola de trigo duro; sesenta valientes bucaneros
la
8 rodean, de los valientes de Los Siete Mares. Todos ellos
tienen espadas, y tenedores, son diestros en piratería y en extruír
y cocer: todo hombre tiene su
9 espada y tenedor sobre sus
muslos por los temores de la noche. El Monstruo de Espagueti
Volador se hizo una mesa con la madera de Algunos
Árboles.
10
Hizo las patas de mismísimo de roble, la tabla
de mismísima
11
formica, el mantel de la misma de cuadros rojos
y blancos, en medio de ella está ornamentado con un bol de palitos
de pan, de parte del personal de servicio de El Jardín De Los
Olivos. Salid, oh Piratas de los siete mares, y observad al
Monstruo de Espagueti Volador con las Albóndigas de las que se
compone junto con la salsa Marinara, y los múltiples Tallarinescos
Apéndices
1 Por la noche busqué en mi lecho a aquél a quien ama mi
estómago: lo busqué a él, pero no lo hallé.
2 Me levantaré ahora, y rondaré la ciudad por las calles, y
por las plazas buscaré a aquél a quien ama mi estómago: lo busqué,
pero no lo hallé.
3 Me hallaron los policías que
rondan la ciudad: y yo les dije: ¿Habéis visto vosotros a aquél a
quien ama mi estómago?
4 Apenas un poco hube pasado de
ellos, hallé a aquél a quien ama mi estómago: Lo abracé y no lo
dejé ir, hasta que lo llevé a mi casa, y a la cámara donde tomo la
cena.
5
Yo os conjuro, oh personal de servicio del
Jardín De Los Olivos, por los Retaquetes [sic], y por los Retacos
del campo, a que vosotros remováis mi pasta, para que no se pegue
en el fondo de la olla, hasta que sea que esté al dente.
6 ¿Quién es aquél que viene del yermo territorio como bolas
de carne, perfumado con ajo y albahaca, con todas las migajas del
comerciante?
7
Observad su harina, que es sémola de trigo
duro; sesenta valientes bucaneros la rodean, de los valientes de
Los Siete Mares.
8 Todos ellos tienen espadas, y
tenedores, son diestros en piratería y en extruír y cocer: todo
hombre tiene su espada y tenedor sobre sus muslos por los temores
de la noche.
9
El Monstruo de Espagueti Volador se hizo una
mesa con la madera de Algunos Árboles.
10 Hizo las patas de mismísimo de roble, la tabla de
mismísima formica, el mantel de la misma de cuadros rojos y
blancos, en medio de ella está ornamentado con un bol de palitos de
pan, de parte del personal de servicio de El Jardín De Los
Olivos.
11
Salid, oh Piratas de los siete mares, y
observad al Monstruo de Espagueti Volador con las Albóndigas de las
que se compone junto con la salsa Marinara, y los múltiples
Tallarinescos Apéndices