Pastalmo XXII
1 ¡Bienaventurado el hombre de fe!
2 Pues el Señor acelerará el hervir de su olla
3 y
le protegerá contra la pecaminosa espuma
4 que se eleva en los
fogones del pecador.
5 ¡Bienaventurado el hombre de fe!
6 El hombre quien almacena sus temporizadores y
cronómetros
7
y confía en el Señor para susurrarle en voz
baja a su tierna oreja
8 Cuando su Profeta, Muhammad
Al-Dente, emerja de entre la espuma:
9 El
heraldo de la paz, la armonía y el condenado buen gusto.
--Aba Sababa