Pastalmo VII - Oda a Quésus
1 Oh Parmesano. Oh humildes copos de amarillo. Oh motas minúsculas de sabrosas escamas.
2 Tus humildes orígenes comienzan con tu especialmente nutrida vaca.
3 Sea enviada mucha leche para crearte oh bestia del múú múú.
4 Seas almacenado en grandes cubas produciendo fermentado suero y seas pues guardado en calderos de cobre.
5 Sea acelerado tu cultivo bacteriano para malearte.
6 Siga luego tu calentamiento a 30-35 grados Celsius, acelerando tu coagulación y formación de cuajada.
7 Y después de tu puesta en forma, inmerso seas en agua salada y sazonado seas. 8 Y después seas dispuesto en los estantes de los supermercados, que las ruedas de mi carro de la compra me aceleren a la sección de comestibles finos.
9 Y allí yo te compraré.
10 Sí verdaderamente, he de conseguir ponerme en la caja rápida de '8 artículos o menos', pues la mujer de enfrente con 2 carros debe estar alimentando a un ejército.
11 Luego, después de comprar tu sagrado bloque, te rallaré
en un recipiente aparte y te guardaré para la preparación de la
Sagrada Comida.
Pues tu forma en lata de pre-rallado no es sino una abominación
maloliente.
12 Oh casposo acompañamiento dorado.
Cuando tu cuchara te transporta a la Sagrada Comida, deberán tus
escamas caer a través de los engalanados tallarines del deleite,
fundirse con la sagrada carne picada y combinarse con tu venerable
condimento de ajo y cebolla.
13 Pues tu santidad-al-queso lanza destellos desde la cima de la comida sagrada cual Edmund Hillary en la cima del Monte Everest.
14 Y cuando tus tallarines alcancen mi boca después de muchos problemáticos intentos, incluyendo el uso de un babero de adulto, comunicarán tus copos su sabor por encima tuyo.
15 Y entonces descenderás tú por mi obstruido esófago, bloqueado por tu santa bondad.
16 Después de mucho dolor de abdomen y Alka-Seltzer, expulsarás tu enorme eructo.
17 Pues tu eructo será una expresión gaseosa de tu quesosa bondad.
18 Sí entonces y sólo entonces me sentiré verdaderamente
santo y verdaderamente lleno.
Pues tuya es la queséz, el espolvoreado y la glotonería.
Por siempre y para siempre.
RAmén
--El Muy Inspirado, DaveL