Estiramientos para la espalda
LO mejor es estirarse en una
superficie firme pero no dura, especialmente con estos ejercicios
para la espalda. Si la superficie fuese muy dura no podrías
relajarte tan fácilmente.
Échate sobre la espalda y tira de la pierna
izquierda hacia el pecho. Si es posible, mantén la parte posterior
de la cabeza tocando la estera, pero no te fuerces. Si no puedes
hacerlo con la cabeza en esta posición, no te preocupes. Mantén la
otra pierna lo más estirada que puedas, sin forzarla. Repítelo con
la otra pierna. Este estiramiento ayuda a soltar lentamente los
músculos de la espalda y los tendones de las corvas. Manténlo 30
segundos.
No lo practiques en una superficie dura:
utiliza una estera o una alfombra. En posición de sentado, cógete
las rodillas con las manos y tira de ellas hacia el pecho. Rueda
suavemente hacia arriba y hacia abajo de la espina dorsal,
manteniendo la barbilla inclinada hacia el pecho. Esto estirará los
músculos que están alrededor de la columna vertebral.
Intenta rodar de forma homogénea y
controlada. Rueda hacia delante o hasta que notes que la espalda
empieza a ablandarse. No te apresures. No te excedas: desarrolla
gradualmente tu bienestar físico.
A continuación rodamos la columna cruzando
alternativamente la parte inferior de las piernas y tirando hacia
abajo. Comienza el rodamiento en la misma posición de sentado del
ejercicio anterior. Mientras ruedas hacia atrás, cruza la parte
inferior de las piernas y, al mismo tiempo, tira de los pies (desde
fuera) hacia el pecho. Luego suelta los pies mientras ruedas de
vuelta a la posición de sentado con los pies juntos y descruzados.
(Empieza siempre cada rodamiento con las piernas sin cruzar.) En
cada repetición, alterna el cruce de la parte inferior de las
piernas de tal manera que en la fase de tirar hacia abajo la parte
inferior de la espalda se estire homogéneamente en los dos lados.
Haz de 6 a 8 repeticiones.
Precaución: Si tienes ¡a espalda
extremadamente tensa, no la estires demasiado al principio. Asimila
la técnica y equilíbrate; tira siempre de las piernas hacia el
pecho de una manera constante y fácil. Trabaja despacio y sin
prisas, concéntrate en relajarte y desarrolla la paciencia.
Tómate tu tiempo estirando la espalda. No te
apresures por acabar los estiramientos. Concéntrate en relajarte en
todos los que hagas. Encuentra el estiramiento en el que te sientas
bien. No te tortures.
Estiramiento de las piernas sobre la cabeza:
Ahora que ya has estirado los músculos de la espalda y se han
soltado un poco, rueda lentamente hacia atrás con piernas y pies
sobre la cabeza. Mantén las manos en las caderas para apoyar y
controlar el estiramiento. Intenta encontrar una posición que sea
cómoda y te permita respirar de forma natural. No contengas la
respiración o te estires en una posición que te limite el
suministro de oxígeno. Una vez que hayas encontrado una posición
cómoda, relájate.
Una buena manera de estirar la espalda es
hallar una posición confortable, aumentar el estiramiento cambiando
ligeramente la posición y volver luego a la posición confortable
original. Aprende a estirarte y relajarte. No tengas prisa.
Con las piernas sobre la cabeza, rueda
lentamente hacia abajo, intentando hacerlo vértebra a vértebra. Al
principio probablemente bajarás muy rápido, pero si practicas la
espalda se te soltará y podrás bajar poco a poco, sintiendo cada
vértebra.
Pon las manos directamente detrás de las
rodillas y mantén las rodillas dobladas mientras ruedas hacia
abajo. Utiliza brazos y manos para tener las piernas quietas. Esto
te dará un mayor control de la velocidad con la que bajas. Mantén
la cabeza en el suelo. Puede que tengas que moverla ligeramente
para equilibrarte.
Rodar de esta manera, con las piernas por
encima de la cabeza y lentamente, es un buen método para descubrir
qué parte de la espalda es exactamente la más rígida. La parte o
partes de la espalda que te resulten más difíciles de bajar
lentamente son las que tienes más tirantes. Puedes estirar esta
tirantez e inflexibilidad de la columna si dedicas un poco de
tiempo a trabajarla cada día suavemente.
Para intensificar el estiramiento en la
espalda cuando bajes de la posición de las piernas sobre la cabeza,
coloca los brazos sobre la cabeza y agárrate a algo estable como el
borde de la estera o un mueble pesado. Luego, con los brazos
ligeramente doblados y algo más las rodillas, baja lentamente
notando una vértebra cada vez. Cogiéndote a algo con las manos
serás capaz de estirar la espalda de forma más completa. Procede
despacio y con control.
Existen muchas variaciones con las piernas
por encima de la cabeza.
Si no eres capaz de tocar el suelo por
detrás de ti con los dedos de los pies, busca una posición
confortable con las rodillas dobladas.
O bien dobla las rodillas y extiende las
piernas para que descansen a cada lado de la cabeza.
Si eres lo suficientemente flexible, puedes
poner las piernas estiradas por encima de la cabeza tocándote los
dedos de los pies con los de las manos. Este estiramiento ayuda a
estirar los tendones de las corvas algo más y también el centro de
la parte inferior de la espalda.
También puedes poner los brazos enfrente del
cuerpo mientras mantienes las piernas casi estiradas.
También es posible estirar las ingles en
esta posición de las piernas por encima de la cabeza.
Si tus músculos abdominales son lo
suficientemente fuertes, empieza a experimentar una posición en la
que te sostengas a medias con los hombros, colocando las manos en
las caderas para equilibrarte. Desarrolla el equilibrio.
En todas estas posiciones sentirás y verás
la parte central del cuerpo.
Si estos estiramientos te resultan muy duros
y no te dejaran respirar, puede que estés colocando demasiado peso
en un lugar inadecuado.
Cuando el cuerpo pueda estar relajado en
cualquiera de estas variaciones de piernas sobre la cabeza entonces
es que estás trabajando con más eficiencia.
Colocar las piernas por encima de la cabeza
constituye un buen estiramiento para reducir la grasa abdominal y
estirar la espalda.
Al elevar los pies mejora el retorno
sanguíneo en los miembros inferiores.
Muchos sentimos cansancio en la parte
inferior de la espalda por permanecer demasiadas horas de pie o
sentados. Ponerse en cuclillas ayuda a reducir esta tensión.
Desde la posición de estar de pie, ponte en
cuclillas con los pies tocando el suelo en su totalidad y los dedos
señalando hacia afuera formando ángulos de aproximadamente 15°.
Tienes que separar los talones entre 10 y 30 cm. La distancia
depende de lo flexible que seas, de que el estiramiento se te vaya
haciendo familiar o de qué zonas quieras estirar. La posición en
cuclillas estira la parte frontal de las piernas, las rodillas, la
espalda, los tobillos, los tendones de Aquiles y la parte interna
de las ingles. Mantén las rodillas por fuera de los hombros. Las
rodillas tendrían que estar directamente por encima de los dedos
gordos del pie en esta posición en cuclillas. Permanece de una
forma cómoda durante 30 segundos. Para mucha gente esto será fácil,
para otros muy difícil.
Variaciones: Al principio quizá tengas
problemas con el equilibrio: generalmente te caerás hacia atrás
debido a que los tobillos y los tendones de Aquiles están tensos.
Si no puedes ponerte en cuclillas como se muestra en la página 65
existen otras formas de aprender esta posición.
Intenta ponerte en cuclillas en una
pendiente o falda de una colina o bien apoyando la espalda en una
pared.
También puedes utilizar una valla o un poste
para no perder el equilibrio, cogiéndolo con las manos.
Estar en cuclillas se torna una posición muy
confortable y ayuda a aliviar cualquier tensión en la parte
inferior de la espalda.
Ten cuidado si has tenido algún problema en
las rodillas. Si el dolor aparece no continúes haciendo el
estiramiento.
Para aumentar el estiramiento en la ingles
coloca los codos en la parte interior de los muslos y empuja
suavemente hacia afuera con ellos codos mientras te inclinas
ligeramente hacia adelante desde las caderas. Tus dedos pulgares
tendrían que estar en la parte interior de los pies y los otros
cogiendo los empeines. Mantén este estiramiento 20 segundos. No te
sobreestires. Si tienes problemas con el equilibrio, eleva los
talones ligeramente.
Para incorporarte desde la posición en
cuclillas, tira de la barbilla ligeramente hacia afuera y sube con
la espalda recta y dejando que los cuádriceps realicen todo el
trabajo. No hundas la cabeza mientras te incorporas: esto ejercería
demasiada presión en la parte inferior de la espalda.
RESUMEN
Mantener las tensiones de estiramiento
adecuadas durante un período de tiempo permite al cuerpo adaptarse
a estas nuevas posiciones. La zona que se esté estirando se
adaptará pronto a la ligera tensión y el cuerpo asumirá
gradualmente las nuevas posiciones sin esa tirantez que se siente
al principio.