Introducción
HOY en día millones de
personas están descubriendo los beneficios del movimiento. En
cualquier dirección que miremos vemos gente andando, haciendo
“jogging”, corriendo, jugando al tenis o al frontón, montando en
bicicleta o nadando. ¿Qué esperan conseguir? ¿Por qué este interés
relativamente repentino por la buena forma física?
Estamos descubriendo que las personas
activas viven una vida más completa. Gozan de más vigor, resisten
mejor las enfermedades y no pierden la línea. Tienen más confianza
en sí mismas, están menos deprimidas y a menudo, incluso a edad
avanzada, trabajan aún con energía en nuevos proyectos.
En años recientes, la investigación médica
ha demostrado que muchas veces el deterioro de la salud está
directamente relacionado con la ausencia de actividad física. La
conciencia de este hecho, junto con un conocimiento más completo de
la forma de cuidar la salud, están cambiando los estilos de vida.
El actual entusiasmo por el movimiento no es pues un esnobismo. Nos
estamos dando cuenta de que la única manera de prevenir las
enfermedades generadas por la inactividad es mantenerse activo,
pero no por un mes o un año, sino durante toda la vida.
Nuestros antepasados no tenían los problemas
que acompañan a la vida sedentaria. Tuvieron que trabajar duro para
sobrevivir. Permanecían fuertes y saludables a través de un trabajo
continuo y vigoroso al aire libre: cortando madera, cavando,
labrando, plantando, cazando y todas sus otras actividades diarias.
Pero con el advenimiento de la revolución industrial, las máquinas
empezaron a hacer el trabajo que una vez se hizo a mano. Como las
personas se tornaron menos activas, empezaron a perder fuerza y el
instinto por el movimiento natural.
Como es obvio, las máquinas han hecho la
vida más fácil, pero también han creado serios problemas. En vez de
andar, vamos en coche; en vez de subir escaleras, tomamos el
ascensor; mientras antes estábamos continuamente activos, ahora
pasamos la mayoría de nuestro tiempo sentados. Sin un ejercicio
físico diario, nuestros cuerpos se vuelven almacenes de tensiones
sin liberar. Sin una salida natural para esas tensiones nuestros
músculos se debilitan y se vuelven rígidos. De ese modo perdemos
contacto con nuestra naturaleza física, con las energías de la
vida.
Pero los tiempos están cambiando. La década
de los 70 nos ha traído una conciencia crítica de la necesidad de
una vida más sana. Nos hemos dado cuenta de que la salud es algo
que podemos controlar, de que podemos prevenir la enfermedad. Ya no
nos contentamos con quedarnos sentados. Ahora nos movemos
redescubriendo el gozo de una vida activa y saludable. Y lo que es
más: podemos llevar una existencia más sana y más gratificante a
cualquier edad.
La capacidad del cuerpo para recuperarse es
fenomenal. Por ejemplo, un cirujano practica una incisión, extrae y
corrige el problema, y luego cose. En este punto, el cuerpo toma el
relevo y se cura a sí mismo. La naturaleza termina el trabajo del
cirujano. Todos nosotros tenemos esta capacidad aparentemente
milagrosa para recuperar la salud, tanto en situaciones de
quirófano como en casos de decadencia física causada por la falta
de actividad y una mala dieta.
¿Y qué tiene que ver el estirarse con todo
esto? Estirarse es el vínculo idóneo entre la vida sedentaria y la
vida activa. Mantiene los músculos flexibles, los prepara para el
movimiento y nos ayuda a realizar la transición diaria desde la
inactividad a la vigorosa actividad sin tensiones excesivas.
Además, se hace especialmente importante si corres, pedaleas,
juegas al tenis o practicas cualquier otro ejercicio intenso,
porque los deportes promueven también la tensión y la
inflexibilidad. Estirarse antes y después de estos ejercicios te
mantendrá flexible y te ayudará a prevenir las lesiones más
comunes, como molestias en las espinillas, tendinitis del tendón de
Aquiles por correr, o codos y hombros doloridos por el tenis.
Con el gran número de personas que ahora
hacen ejercicio, la necesidad de una información correcta al
respecto es vital. Estirarse es fácil, pero cuando se realiza de
forma incorrecta puede de hecho perjudicar más que beneficiar. Por
esta razón es esencial comprender correctamente las técnicas.
Durante los últimos diez años he trabajado
con equipos de atletismo aficionados y profesionales, así como en
varias clínicas de medicina deportiva de Estados Unidos, e
invariablemente he encontrado que muy poca gente (incluidos los
atletas profesionales) sabían cómo estirarse correctamente. He
tenido oportunidad de enseñar a los atletas que el estiramiento es
algo simple, una forma indolora de prepararse para el movimiento.
Ellos lo han encontrado divertido y fácil de hacer. Y estirarse
regular y correctamente les ha ayudado a evitar las lesiones y a
sacar el mejor partido de sus capacidades.
Estirarse sienta bien cuando se hace de
manera correcta. No tienes que empujarte hacia altos límites o
intentar llegar más lejos cada día. No debe ser una competición
personal para ver cuánto te puedes estirar. El estiramiento debe
ajustarse a tu estructura muscular particular, a tu flexibilidad y
a los niveles cambiantes de tensión. La clave es la regularidad y
la relajación. Su objeto es reducir la tensión muscular,
promoviendo así un movimiento más libre, y nunca concentrarse en
lograr una extrema flexibilidad, que a menudo lleva a
sobreestiramientos o lesiones.
Podemos aprender mucho observando a los
animales. Observa un gato o un perro. Saben instintivamente cómo
estirarse. Ellos lo hacen de forma espontánea, sin pasarse nunca.
Se estiran natural y cotidianamente, poniendo a tono los músculos
que tendrán que utilizar.
Estirarse no supone agobiarse. Es una
actividad pacífica, relajante y no competitiva. Las sutiles y
vigorizantes sensaciones que nos produce el estirarnos nos permiten
ponernos en contacto con nuestros músculos. Es un ejercicio
perfectamente ajustable al individuo. No tienes que adaptarte a
ninguna disciplina inflexible. El estiramiento te da la libertad de
ser tú mismo y de disfrutar siéndolo.
Cualquiera puede estar en forma si se
prepara lenta y gradualmente. No necesitas ser unirán atleta. Pero
sí necesitas tomártelo con calma, especialmente al principio. Dale
tiempo a tu cuerpo y a tu mente para ajustarse a las presiones de
la actividad física. Para obtener resultados duraderos, empieza
tranquilamente y sé regular. No puedes ponerte en forma en un solo
día.
Cuando estés practicando los estiramientos
con regularidad y hagas ejercicio con frecuencia aprenderás a
disfrutar del movimiento. Pero recuerda: cada uno de nosotros es un
ser único física y mentalmente, con sus propios ritmos vitales.
Todos somos diferentes en fuerza, resistencia, flexibilidad y
temperamento. Si aprendes cosas sobre tu cuerpo y sus necesidades,
serás capaz de desarrollar tu propio potencial personal y construir
gradualmente una base para estar en forma que durará toda la
vida.