Una serie de estiramientos para las
Piernas
SENTADO sobre los talones:
Este es otro estiramiento muy bueno para las piernas. Puedes hacer
una serie de estiramientos para las piernas, pies e ingles desde
esta posición:
Esta posición (dibujo izquierdo) ayuda a
estirar las rodillas, los tobillos y los cuadríceps. El ejercicio
también te ayudará a relajar las pantorrillas a fin de que puedan
ser estiradas más fácilmente. No dejes que los pies se abran hacia
afuera cuando hagas este estiramiento (figura derecha), pues
podrías sobreestirar los ligamentos interiores de la rodilla
(medial colateral).
Precaución: Si tienes o has tenido problemas
en las rodillas, ten cuidado cuando las dobles debajo de ti. Hazlo
despacio y bajo control.
La mayoría de mujeres no sentirán mucho el
estiramiento en esta posición. Pero otras personas, especialmente
los hombres, podrán percibir hasta qué punto tienen los tobillos
tensos. Si sientes una gran presión, coloca las manos fuera, en el
suelo, para apoyarte mientras te equilibras ligeramente hacia
adelante. Encuentra una posición que puedas mantener de 20 a 30
segundos.
Si estás muy tenso, no te sobreestires. La
regularidad en el estiramiento es lo que crea el cambio positivo.
Notarás una mejora en la flexibilidad del tobillo al cabo de
algunas semanas.
Variación: Para estirar los dedos de los
pies y el arco de la planta, siéntate con los dedos debajo tuyo
(mira el dibujo). Pon las manos delante para controlar el
equilibrio. Si deseas estirarte más, inclínate hacia atrás
lentamente hasta que te notes bien. Mantén únicamente los
estiramientos que te resulten agradables y puedas controlar.
Estírate fácilmente durante 15 segundos. Ten cuidado. Puede que
haya mucha tensión en esta parte del pie y los dedos. Ten paciencia
contigo. Acostumbra gradualmente a tu cuerpo al cambio mediante un
estiramiento regular. Después de hacer este estiramiento vuelve a
la posición del estiramiento anterior (página 46).
Para estirar los tendones de Aquiles y los
tobillos: Coloca los dedos de un pie a la altura de la rodilla de
la otra pierna. Deja que el talón de la pierna doblada se levante
del suelo 1 ó 2 cm. Vuelve a bajarlo mientras empujas hacia
adelante sobre el muslo (justo por encima de la rodilla) con el
pecho y el hombro. El objetivo no es conseguir que el talón toque
el suelo, sino utilizar la presión hacia adelante desde el hombro y
sobre el muslo para proporcionar al tendón de Aquiles un
estiramiento fácil. Para lograrlo basta notar un estiramiento muy
ligero. Mantenlo 15 segundos.
Este estiramiento es excelente para los
tobillos y los arcos de los pies tensos. Comprueba que trabajas
ambos lados. Puede que también te des cuenta que un lado es
diferente del otro en sensación y flexibilidad. A medida que
envejecemos o pasamos períodos de inactividad y luego volvemos a
estar activos, se produce mucha tensión sobre los tobillos y los
arcos plantares. Una manera de reducir o eliminar el dolor y las
molestias de la nueva actividad es estirarse antes y después de
cada ejercicio.
Para estirar los tendones de las corvas
desde la posición del ejercicio en que nos sentamos sobre los
talones, estira o endereza una pierna enfrente de ti, con su talón
descansando en el suelo y la otra pierna todavía doblada debajo
tuyo. Asegúrate de que utilizas los brazos y las manos como soporte
y equilibrio, de tal manera que la pierna sobre la que estás
sentado no soporte demasiada presión, ni tampoco demasiado
estiramiento en los tendones de las corvas que estás trabajando.
Este es un estiramiento evolucionado. Intensifica el estiramiento
en la pierna estirada. Dóblate suavemente hacia adelante desde la
cintura hasta que notes un estiramiento fácil. Mantenlo 20
segundos. Mantén la nalga cerca del talón de la pierna doblada.
Estírate dentro de tus límites de una forma que te resulte
confortable.
Ten cuidado si tienes o has tenido problemas
con las rodillas. No te estires con sensaciones de dolor. Aprende a
controlarte para poder encontrar la adecuada sensación de
estiramiento.
Para estirar los músculos que están enfrente
de la cadera (iliopsoas), coloca una pierna hacia adelante hasta
que la rodilla de esta pierna esté dilectamente encima del tobillo.
Tu otra rodilla tendría que estar descansando en el suelo. A
continuación, sin cambiar de posición ninguna de las dos piernas,
baja la parte frontal de la cadera hasta crear un estiramiento
fácil. Mantenlo 30 segundos. Tendrías que sentir este estiramiento
en la parte frontal de la cadera y muy posiblemente en los tendones
de las corvas y en las ingles. Es excelente para los problemas en
la parte inferior de la espalda.
Estirarse do 10 a 30 minutos por la tarde es
una buena forma de mantener los músculos bien entonados, de esta
manera te sientes muy bien a la mañana siguiente. Si tienes partes
muy tensas o doloridas, estíralas antes de retirarte a descansar y
comprueba en ti mismo la diferencia a la mañana siguiente.
No dejes que la rodilla esté más adelantada
que el tobillo, pues dificultará el estiramiento adecuado de
caderas y piernas. Cuanta más distancia haya entre la rodilla de la
pierna estirada y el talón del pie de delante, más fácil será
estirar la cadera y las piernas.
Variaciones
Gira la cadera izquierda lentamente hacia
adentro para cambiar la zona a estirar. Modificando ligeramente los
ángulos de estiramiento, podrás estirar zonas del cuerpo distintas
y adyacentes. Mantén un estiramiento fácil durante 20 segundos. Es
excelente para las caderas, parte inferior de la espalda e ingles.
Acostúmbrate también a mirar por encima del hombro, detrás de ti,
para añadir un estiramiento adicional a la posición.
Del anterior estiramiento de cadera puedes
obtener un estiramiento de la parte interior del muslo. Para ello
dobla la pierna que tenías detrás y mueve el pie de esa misma
pierna hacia adentro. Esto formará un ángulo de 90° en la
articulación de la rodilla. Luego separa los hombros de la rodilla
y coloca las manos en la parte interior del cuerpo como soporte.
Mueve las caderas hacia adentro para estirar la parte interior del
muslo (ingle). No muevas la rodilla que está detrás ni el pie de
delante. Cerciórate de que la rodilla delantera esté directamente
perpendicular al tobillo. Mantén un estiramiento fácil durante 25
segundos.
Con la rodilla delantera en la vertical del
tobillo, cambia el peso del cuerpo a los dedos de los pies y a la
articulación del dedo gordo del pie que está detrás. En esta
posición, mantén un estiramiento fácil con la pierna de atrás
bastante estirada durante 20 segundos. Piensa en la parte frontal
de la cadera que va hacia abajo para crear la tensión de
estiramiento adecuada. Utiliza las manos para equilibrarte. Esto
estira las ingles, los tendones de las corvas y la cadera, y
posiblemente también la corva de la pierna que está detrás.
Mantenlo 15 segundos. Trabaja ambas piernas. Es un estiramiento
excelente para la flexibilidad de las caderas.
Otra variación es cambiar el estiramiento
bajando suavemente la parte superior del cuerpo hacia la parte
interior de la rodilla de la pierna que está delante. Mantén un
estiramiento confortable durante 20 segundos.
Para estirar el cuadríceps, alarga el brazo
derecho hacia atrás y agarra la parte superior del pie izquierdo
entre el tobillo y los dedos. Ahora baja lentamente la parte
frontal de la cadera mientras tiras suavemente del talón izquierdo
hacia la mitad de las nalgas hasta sentir un ligero estiramiento.
Mantén un estiramiento fácil durante 20 segundos. Es una posición
muy buena para estirar especialmente el cuadríceps. Sé prudente si
has tenido problemas en las rodillas.
Si no puedes alcanzar el pie con facilidad,
mueve las caderas hacia atrás sin cambiar la posición del pie de
delante y la rodilla de detrás.
Coge la parte superior del pie con la mano
contraria, luego mueve las caderas ligeramente hacia adelante y
hacia abajo mientras tiras del talón hacia la mitad de las nalgas.
Puede que sólo tengas que moverte entre 2 y 5 cm. hacia adelante
para crear la sensación de estiramiento. Mantén un ligero
estiramiento 15 segundos. Ten cuidado de no sobre— estirarte
mientras te apoyas hacia adelante.
RESUMEN
Es una pena que se desperdicien miles de
clases de Educación Física en enseñar únicamente juegos y deportes.
Hazte esta pregunta: ¿Qué hago en mi vida diaria que disfrute y que
me fue enseñado en la escuela? Resulta asombroso comprobar cuán
poco aprendimos en aquellas horas. Podríamos haber aprendido a
cuidarnos, a no envejecer antes de tiempo y a evitar el sufrimiento
causado por problemas de espalda debidos a malos hábitos. Ahora,
sin embargo, estamos estudiando lo que tendríamos que haber
aprendido en la escuela; y la verdad, no hemos empezado demasiado
pronto.