JOSÉ LUIS AUGE, EL AMIGO DE PRELLEZO
"HASTA el día de hoy, no puedo dormir pensando en todo lo que vi, Su Señoría. Esto no se lo conté a nadie. Si hice algún comentario, fue con González, Retana o Braga, que estaban igual de mal que yo." Con estas palabras empezó su declaración José Luis Auge ante el juez Macchi.
José Luis Auge era el contacto entre Prellezo y la banda de Los Hornos. Él fue quien reclutó a Retana, González y Braga para hacer el trabajito propuesto por el ex oficial de policía.
En su testimonio Auge comprometió seriamente a Camaratta: "En varias oportunidades, cuando se nos terminaba el dinero, recurríamos a Camaratta, que nos daba cincuenta o cien pesos para que fuéramos tirando en Valeria del Mar".
Coincide con Retana y González cuando describe sus vacaciones en Valeria mientras aguardaban la orden de Prellezo para "apretar o asustar a alguien" y agrega algunos otros detalles: "Dos o tres días antes de la muerte, aparece Prellezo en el departamento de Valeria y como siempre nos lleva al centro de Pinamar, a Play Center. Cuando íbamos en el auto, Prellezo me muestra un papel que decía José Luis. Me llamó la atención el nombre porque era igual al mío. Ahí me dijo: 'Hasta ahora solo sé el nombre'".
Cuando Auge relata el incidente que se produjo en el stand de Land Rover agrega un elemento muy importante para la investigación: "Braga y González bajan junto a Prellezo para ver el accidente; a los pocos minutos, Prellezo regresa al auto y les dice: 'Los llevé a los otros dos muchachos para marcarles a quién tienen que darle el susto'".
Cuando se reunieron los cinco nuevamente, Braga y González le dicen con un dejo de temor a Prellezo:
—Es un fotógrafo.
—No pasa nada —respondió Prellezo—, métanle para adelante.
En su relato de las horas previas al homicidio, José Luis Auge es quien recibe las instrucciones de Gustavo Prellezo: "'Ya sé dónde está el fotógrafo. Quédense por la zona que yo los voy a pasar a buscar más tarde', me dijo. Luego, a eso de las doce de la noche nos encontramos".
Respecto de la descripción que realiza sobre lo ocurrido en las inmediaciones de la casa de Andreani, no difiere de lo dicho por Retana y González, y por primera vez se menciona el probable llamado a la policía: "Una de las mujeres le dijo a Prellezo que si no nos íbamos, llamaban a la policía".
Luego cuenta que fueron a cargar combustible con Prellezo y González: "Mientras Prellezo cargaba nafta, con Retana nos dimos cuenta de que no teníamos cigarrillos, bajamos y allí nos dice que compremos un bidón. Se lo entrego en la mano y él se lo lleva al que le había vendido el combustible y lo hace cargar un poco, creo que menos de la mitad. '¿Para qué querés un bidón?', le pregunté, pero no me respondió".
Cuando regresaron a la casa de Andreani, Auge no vio si Prellezo dialogó con los ocupantes de otros automóviles y cerca de las 4 de la mañana se dirigieron al departamento que ocupaba José Luis Cabezas en Pinamar.
"González y Retana se bajaron para estirar las piernas un ratito. Yo me quedé dormido. Pero en un momento Prellezo me zamarrea, me despierta porque llegaba el Ford Fiesta."
Del secuestro de Cabezas y del posterior traslado a la cava, Auge no aporta mayores precisiones. Sólo refiere detalles del trayecto y destaca la presencia de un patrullero en la rotonda de Pinamar.
"Cuando llegamos a la cava, Prellezo da una vuelta en U, hacemos unos doscientos metros y detiene el auto."
Allí le ordena a González que introduzca el automóvil en la cava.
"Yo me bajo y lo veo al hombre que nos había marcado de rodillas, prácticamente de espaldas al Ford Fiesta, contra la pared lateral de la cava. Los dos, Braga y Prellezo, tenían un arma. Braga estaba ubicado a la derecha y Prellezo a la izquierda."
Este último detalle es fundamental.
La presunción de los pesquisas es que el doctor Fernando Burlando armó las indagatorias de Los Horneros sobre la base de la primera autopsia. Esta necropsia indicaba que el disparo se había producido de derecha a izquierda y en forma descendente. Así, de acuerdo con su declaración, Braga quedaba eximido de la autoría material del homicidio al tiempo que complicaba seriamente a Gustavo Prellezo.
A continuación Auge refiere que ambos, Braga y Prellezo, encañonaron a José Luis Cabezas: "Yo me di vuelta para no mirar. Escuché dos disparos, pero no puedo precisar quién los efectuó. Me recosté sobre el respaldo y comencé a gritar. Retana hace exactamente lo mismo. Inmediatamente después de los disparos, Braga abre el baúl del auto que estaba sin llave y saca el bidón".
Lo ve destapar el recipiente con combustible y rociar el interior del automóvil de Cabezas, y supone que también roció el cadáver. No está seguro de quién encendió el fuego pero cree que fue Braga. Sin embargo señala que se inició del lado del acompañante.
"Escucho una explosión y Braga y Prellezo salen corriendo de la cava, medio enloquecidos. Braga tenía los pelos chamuscados."
De inmediato parten hacia Valeria del Mar.
"Prellezo coloca los dos revólveres en el piso. Braga saca una billetera, retira algo de la misma y la arroja por la ventanilla. Íbamos todos muy asustados. Cuando llegamos a Valeria del Mar, recogimos los bolsos, los cargamos en el Fiat Uno y emprendimos el regreso a Los Hornos. Pasamos por el Destacamento de Valeria del Mar, donde Prellezo le dejó la llave del departamento a uno de los policías; no recuerdo a quién."
Auge continuó hablando sobre cómo González rompió la cámara de fotos y arrojó los pedazos por el camino: "El cuerpo no lo podía romper, entonces le pidió a Prellezo que se detenga en un puente y la tiró sobre un río o un arroyo, no recuerdo bien (...) Durante el trayecto, Prellezo llama por su teléfono celular, no recuerdo a quién y le dice: 'Feliz cumpleaños'. Íbamos todos traumados, le recriminábamos a Prellezo lo que había hecho, hasta que nos dijo: 'De esto no se habla más'. Cuando llegamos a Los Hornos, nos dejó en nuestras casas. No dijo nada hasta que a los dos o tres días regresó y nos dio mil pesos a cada uno para que guardáramos silencio".
La declaración fue sustancial para la investigación. El famoso "Feliz cumpleaños" podía ser la clave para dar con el autor intelectual. El llamado de las 6 de la mañana fue cargado inmediatamente en el sistema Excalibur.
Hasta el momento sólo se pudo determinar que Prellezo se comunicó con el oficial Aníbal Luna. Se presume que éste, a su vez, se comunicó con el instigador del homicidio para comunicarle que el trabajo ya estaba concluido.