EL ESPECIALISTA EN AUTOS TRUCHOS

LOS principales testigos de las inmediaciones de la casa del empresario Oscar Andreani reconocieron a Jorge Cabezas como uno de los sospechosos que merodeaban la fiesta.

Este policía, que estaba en disponibilidad desde diciembre de 1996, prestaba servicios en el Destacamento de Mar del Tuyú y se hizo famoso por canjear automóviles robados.

Una denuncia ante la Dirección de Asuntos Internos de la Policía Bonaerense indicaba que canjeaba automóviles robados por cocaína. Esa investigación quedó en la nada porque el delito era muy difícil de comprobar, aunque los sumariantes encontraron que mantenía una empresa de remises con autos robados. Este cargo fue más fácil de verificar y le valió al acusado la expulsión de la Policía en marzo de 1997. Los investigadores además sospechaban que estaba empleado en una agencia de seguridad cuyo propietario era un comisario retirado apodado "El Colorado".

A Jorge Cabezas se lo investigó también por enriquecimiento ilícito: en el allanamiento que derivó en su detención se secuestraron un Peugeot 504, un Peugeot 405 y un utilitario Ducato. Cuando llegaron los enviados del comisario Víctor Fogelman con la orden de detención encontraron documentos apócrifos, patentes de automóviles robados y dinero.

Cuando en el mes de abril el juez José Luis Macchi solicitó a los investigadores los antecedentes de este ex policía, para sorpresa del magistrado también el oficial inspector Jorge Cabezas había participado de la primera etapa de la instrucción del caso Cabezas. Según los registros telefónicos que manejaban los investigadores habría estado en Pinamar en la madrugada del asesinato, curiosamente a más de cien kilómetros de su destino.

Poco después de que fuera encarcelado, existió un llamado telefónico entre el hermano de Jorge Cabezas y un amigo, en el que el familiar del ex oficial preguntaba:

—¿Qué hago con los documentos y las patentes que están escondidos en mi casa?

A lo cual su interlocutor respondió:

—Tirá todo que vas a quedar pegado.

Cuando los investigadores detuvieron al oficial Jorge Alberto Cabezas —considerado el eslabón más débil de la Banda de la Costa— entraron de lleno en la segunda etapa de la investigación, es decir, en la pista policial, que les garantizaba poder desbaratar la banda.

Ahora contaban con el apoyo del gobernador de la provincia de Buenos Aires quien el 5 de abril se había hecho presente en Dolores para respaldar públicamente al juez Macchi y al comisario Fogelman en la profundización de la investigación. "Todo policía que esté sospechado debe ser exonerado", dijo Duhalde. "Caiga quien caiga."

Hasta la fecha Jorge Cabezas continúa en libertad.