1. ¿Por qué las estrellas parecen “estrelladas”?
Mirando las estrellas a simple vista, las vemos rodeadas de rayos de luz. La causa de este aspecto radiante de las estrellas está en nuestros ojos, en la insuficiente transparencia del cristalino, que no tiene una estructura homogénea como un buen cristal, sino filamentosa.
He aquí lo que decía sobre esto Helmholtz[1] (en el tratado Los progresos de la teoría de la visión)
“Las imágenes de los puntos luminosos percibidas por los ojos presentan rayos irregulares.
La causa de esto se encuentra en el cristalino, cuyas fibras están dispuestas radialmente en seis direcciones. Los rayos de luz que parecen salir de los puntos luminosos, por ejemplo, de las estrellas, de fuegos lejanos, no son más que una manifestación de la estructura radiada del cristalino. Una prueba de lo general que es esta deficiencia de los ojos consiste en que casi todo el mundo llama ‘estrellada’ a una figura radial”.
Hay un procedimiento para poner remedio a esta deficiencia de nuestro cristalino y ver las estrellas desprovistas de rayos sin tener que recurrir a la ayuda del telescopio. Este procedimiento fue indicado hace 400 años por Leonardo da Vinci.
“Mira, escribía él, las estrellas sin rayos luminosos. Esto se puede conseguir observándolas a través de una pequeña abertura hecha con la punta de una aguja fina y colocada lo más cerca posible del ojo. Verás las estrellas tan pequeñas, que ninguna otra cosa puede parecer menor.”
Esto no contradice lo dicho por Helmholtz sobre el origen de los “rayos de las estrellas”. Por el contrario, la experiencia descrita confirma su teoría; mirando a través de una abertura muy pequeña, en el ojo solamente penetra un fino hacecillo luminoso que pasa a través de la parte central del cristalino y que por esto no sufre la influencia de su estructura radial[2].
Si nuestro ojo estuviera construido en forma más perfecta, no veríamos en el cielo “estrellas” sino puntos brillantes.