Juan Miguel Aguilera (Valencia, 1960) es, desde sus inicios a través de la revista Nueva Dimensión en 1981, uno de los grandes más indiscutidos del género fantástico en nuestro país. Creador junto a Javier Redal del universo de Akasa-Puspa, a caballo entre la space opera y la ciencia ficción hard y recreado por ahora en media docena de obras incluyendo una colectiva de homenaje, este diseñador de formación es autor de títulos tan imprescindibles como La locura de Dios (Ediciones B, 1998), Rihla (Minotauro, 2004), El sueño de la razón (Minotauro, 2006), La red de Indra (Alamut, 2009) y Sindbad en el País del Sueño (Fantascy, 2014), además de otros libros escritos a cuatro manos con Rafael Marín y Javier Negrete, media docena de cómics y el guión de la película Náufragos. En muchas de sus narraciones, muy celebradas en Francia y galardonadas con premios como el Ignotus (siete veces), el Imaginales o el andorrano Juli Verne, Aguilera ha apostado por la fantasía histórica, por la ucronía y por la mezcla entre la historia documentada, el libro de viajes y la incursión no realista. En ocasiones, sin embargo, se ha decantado también hacia la biotecnología, el tecnothriller e incluso la distopía, como ocurre por ejemplo en La Zona (Espasa, 2012), su novela a cuatro manos con Negrete: de entrada, se adscribe a la literatura de zombis, pero su trasfondo moral y económico, vinculado a temas de actualidad como la inmigración, permite a los autores ofrecer una anticipación antiutópica de resultados catastróficos.
En «Limpieza de sangre», Aguilera recupera una de sus pasiones, la cultura árabe, para ofrecernos la peripecia de un médico ante una infección venida de una Europa peligrosamente dividida. Imposible de relacionar con la distopía sin caer en el spoiler, se trata sin duda de uno de los acercamientos más originales al género de este volumen, además de un relato, como es norma en el autor, de impecable factura.