Laura Gallego (Valencia, 1977) es la escritora juvenil española de más éxito en las últimas décadas, sobre todo a raíz de su popular trilogía Memorias de Idhún (SM). Doctora en Filología Hispánica, especializada en literatura medieval y libros de caballerías, ha escrito cerca de treinta novelas, algunas de las cuales se han traducido a dieciséis lenguas y le han permitido obtener premios como el Cervantes Chico o el Nacional de Literatura Infantil y Juvenil. Sus obras más conocidas pertenecen al género de la fantasía épica, que ella suele personalizar mediante originales subtramas de temática amorosa o mitológica, aunque ha cultivado también la fantasía histórica, la ciencia ficción y la narrativa realista.
Su mayor acercamiento a las distopías se produjo en 2002 con Las hijas de Tara (SM, 2002), un proyecto lleno de singularidades que, pese a su caldo de cultivo cyberpunk, le permitió desarrollar algunos de sus temas distópicos preferidos: la confrontación entre tecnología y naturaleza, la manipulación genética, la clonación… La novela, que enfrenta los mundos de Mannawinard y las «dumas», demostró la versatilidad de la autora y su injusto y acaso precipitado encasillamiento en el fantasy. Laura Gallego es un referente de la literatura juvenil y de la fantasía épica, sí, pero más allá de esas fronteras aún puede dar muchísimas sorpresas.
Una buena prueba de ello es «WeKids», el relato que abre, y no por azar, esta antología. Extrapolación de un mundo en el que las redes sociales ponen en juego nuestra dependencia del contacto virtual, se inicia con humor y poco a poco va adquiriendo tintes de colapso moral y tecnológico. Cualquiera que tenga Facebook lo entenderá: los Zuckerberg de este mundo deberían leer lo antes posible a Laura Gallego. Y luego, enseguida, empezar a tuitear por qué.