La Habana
26 de febrero, 20.25 h
Cuando Lucio vio que el Comandante se despedía con la mano en alto de los británicos y Azcárraga lanzaba una mirada hacia el trayecto que debía cubrir hasta la entrada del hotel, supo que el instante decisivo había llegado. Extrajo el silbato del pantalón, le dio dos palmadas cariñosas a Kamchatka en la cabeza y le ordeno que cruzara entre la gente que aplaudía y vitoreaba al Comandante.