MIGUEL ZÉVACO (Ajaccio, Francia, 1860 - Eaubonne, Francia, 1918). Después de una breve experiencia como maestro a los 20 años, ingresó en el ejército, donde permaneció cuatro años (teniente de dragones en 1886). Fue en esta fecha que se trasladó a París.
Atraído por las letras y la política Miguel Zévaco se convirtió en columnista y sub-editor en «Le Égalité», que dirigía entonces el revolucionario socialista Jules Roques.
Activista político, se postuló (sin éxito) en las elecciones legislativas de 1889 para la Liga Socialista Roques. En esa época, conoció a Louise Michel, Aristide Bruant, Séverine y otros socialistas notables.
En una época en que no existía la libertad de expresión; debido a lo intenso de sus discursos y la virulencia de sus palabras en medio de los atentados anarquistas de la época, Zévaco fue etiquetado de anarquista y en varias ocasiones encerrado en prisión: ya sea por hablar en contra de personajes públicos, o por defender sus convicciones y la libre expresión, o por elogiar a socialistas declarados. Como un ejemplo: el 06 de octubre 1892, fue condenado por el Tribunal de lo Penal del Sena por haber dicho en una reunión pública en París:
«A Los ciudadanos nos están matando de hambre… Robar, matar, dinamitar; todos los medios son válidos para deshacerse de esta infame opresión».
En 1900, Miguel Zévaco abandonó el periodismo político para dedicarse a escribir novelas por entregas. Comenzó esta nueva carrera con la novela: Borgia, publicada en el diario: Le Petite République de Jean Jaurès, logrando un éxito sin precedentes. El enorme éxito de esta narración explica porqué el autor continuó escribiendo novelas históricas. Tras el éxito de su primera obra, Zévaco sigue escribiendo, lo que se convertiría en una larga cadena de obras como: Triboullet (1900-1901), El Puente de los Suspiros (1901), Los Pardaillán (1902… 1918), Flores de París (1904), Los Misterios de la Torre de Nesle (1905), Le Capitán (1906), Nostradamus (1907), La Heroína (1908), o El Hotel Saint-Pol (1909), etc.
Zévaco continuó con gran éxito su carrera como escritor hasta su muerte en 1918, y, es considerado uno de los más brillantes exponentes de la novela de capa y espada de todos los tiempos.
Fuera de Francia Miguel Zévaco no es muy conocido, y esto se atribuye a dos cosas: a que fue etiquetado de anarquista por el gobierno de su época, y al boicot promovido por las autoridades eclesiásticas a quienes no gustaba que las cosas fueran dichas claramente, en lugar de presentarlas en un angulo siempre favorable a la iglesia católica. Sin embargo los documentos históricos avalan completamente los acontecimientos tal como son presentados por Zévaco, a pesar de que éste los presenta, solo como escenario de sus novelas.
Durante la Primera Guerra Mundial, Miguel Zévaco dejó Pierrefonds donde residió desde el final del siglo y se instaló en Eaubonne (Val-d’Oise), donde murió en agosto de 1918, probablemente de cáncer.