§ 22. Αἴσθησις como φαντασία. Lo que se muestra en su comparecer
La pregunta conductora del diálogo dice: τί ἐστιν ἐπιστήµη. El saber se toma ahora siempre en el sentido de entender de algo. La primer respuesta que se da dice: ἐπιστήµη es αἴσθησις. Traducimos: saber es «percepción». Esta traducción es literalmente (lexicalmente) correcta. Pero se puede dudar de si así estamos expresando el auténtico contenido del problema específicamente griego que reside en esta respuesta.
Pues, ¿cómo se llega a esta tesis (el saber es percepción)? Reflexionemos en función de lo que hemos llegado a saber sobre la ἀλήθεια en las consideraciones anteriores. Si saber es posesión de la verdad en algún sentido, y si la percepción ha de constituir la esencia del saber, entonces la percepción tiene que conllevar algo así como la verdad. Más aún: para que el intento de una respuesta a la pregunta por la esencia del saber entre de pronto en la dirección de la respuesta actual, es decir, para que —como sucede en el diálogo— la percepción pueda aducirse con toda naturalidad como lo que conlleva la verdad, entonces justamente la αἴσθησις, la percepción misma, tiene que dar de algún modo un motivo para ello. En ella tiene que encerrarse algo que sugiera sin más reclamarla a ella en cuanto tal, algo que muestre el carácter de posesión de la verdad, dándole por tanto la idoneidad para ser «saber» en primera instancia. Pues bien, verdad, ἀλήθεια, viene a significar lo mismo que no-ocultamiento de lo ente, es decir, la circunstancia de que lo ente es manifiesto, que es mostrándose. Donde sucede tal cosa como que lo ente se muestra, ahí se da para los griegos ἀλήθεια. Ahora bien, τὸ αἰσθάνεσθαι, el ser percibido, no concierne a otra cosa que a ὃ φαίνεται, lo que se muestra, de modo que tenemos la ecuación: αἰσθάνεσθαι = φαίνεσθαι, ser percibido = mostrarse. A esto que se muestra, Platón lo designa sin más como φαντασία. Esta equiparación de αἰσθάνεσθαι con ὃ φαίνεται (φαντασία) se encuentra en el diálogo (152 c 1).
Tenemos que guardarnos de traducir esta palabra griega, φαντασία, con nuestro préstamo lingüístico que procede de ahí, «fantasía», y entender la fantasía como imaginación, y la imaginación, a su vez, como vivencia y suceso anímico. Entonces no venimos a la cercanía del significado de la palabra griega φαντασία. Más bien, φαντασία designa aquí:
- ninguna actividad subjetivo-anímica o la facultad de ello, por ejemplo la «imaginación», sino que mienta algo objetual;
- según lo dicho primeramente, se podría suponer que la φαντασία no significa imaginación (en el sentido de un comportamiento anímico), sino su objeto, aquello a lo que la imaginación se dirige: lo figurado, lo sólo pergeñado, lo no real a diferencia de lo real. Como decimos: lo que uno narra es pura «fantasía». Pero tampoco esto acierta con el significado de φαντασία; sino que φαντασία, en el sentido griego, es real y simplemente lo que se muestra en su mostrarse, en su aparecer, en su presentarse, en su comparecencia, exactamente igual que οὐσία: lo presente (τὰ χρήµατα) en su presencia.[86]
Una φαντασία es, por ejemplo, la luna que se manifiesta en el cielo, es decir, que aparece y está presente ahí: es algo que se muestra. Schleiermacher traduce con todo acierto φαντασία como Erscheinung, «manifestación», «fenómeno». Sólo que no hay que malinterpretar aquí la palabra en el sentido de Schein, «apariencia». Es el concepto auténticamente kantiano de Erscheinung, «fenómeno»: lo que se muestra. Este libro es un fenómeno: algo que se muestra desde sí mismo. Ése es el sentido de φαντασία. La palabra se transformó posteriormente.
Pues bien, en el pasaje mencionado (152 c 1), Platón dice aún otra cosa, decisiva: φαντασία ἄρα καὶ αἴσθησις ταὐτόν, traduciéndolo a grandes rasgos: «fantasía y percepción son lo mismo». La αἴσθησις es lo mismo que este ente que se muestra en cuanto tal (cfr. Parménides:[87] τὸ γὰρ αὐτὸ νοεῖν ἐστίν τε καὶ εἶναι). ¿En qué consiste esta pertenencia mutua? Αἰσθάνεσθαι significa: tener inmediatamente ante sí, es decir, «ver». Lo que se pertenece mutuamente es lo que se muestra y el percibir. Por eso αἴσθησις aparece también en lugar de φαντασία, lo percibido en cuanto tal. Si, como se está acostumbrado a hacer, traducimos αἴσθησις como «percepción», y por ella entendemos, como es usual, un proceso anímico, entonces la frase de Platón tendría que significar: por ejemplo, la luna que se muestra y el proceso anímico de percibir la luna son lo mismo, lo que es un absurdo manifiesto. Por el contrario, si mantenemos lo que significa φαντασία, eso mismo que se muestra, entonces hay que preguntar: ¿en qué medida la αἴσθησις puede equipararse con φαντασία? ¿Qué tiene que significar ahí αἴσθησις? No otra cosa que esto: lo percibido en cuanto tal, es decir, en su estar percibido, es lo mismo que φαντασία, lo que se muestra en su mostrarse. A partir de ahí obtenemos la visión decisiva: αἴσθησις significa que algo está percibido. Ciertamente, en todo ser percibido se da el ser-percibido, y en éste, el suceso de un percibir. Así pues, αἴσθησις tiene el característico doble significado que también aparece en nuestra palabra alemana Wahrnehmung,[88] «percepción», y que desempeña una función sobre todo en Kant: «lo percibido» en su estar percibido y «percibir», en el que sucede el estar percibido.
Así pues, la tesis dice: entender de algo como posesión de verdad, es decir, de no-ocultamiento, es estar percibido. Según esta aclaración, la frase de Teeteto nombra lo mutuamente perteneciente de αἰσθάνεσθαι y φαντασία, percepción y comparecencia. Pero si esta frase la traducimos al hilo conductor de la psicología actual, se la declarará absurda. Si αἴσθησις se la entiende, en el sentido de la psicología moderna, meramente como proceso de percepción, entonces no se ha atinado con el contenido decisivo de la palabra griega. Con esta carencia fundamental, no se está en condiciones de captar el problema que hay aquí dado, sobre todo si, encima, se trabaja con un concepto de conocimiento y de verdad que le hace tan poca justicia al antiguo como el concepto psicológico de percepción. Pero si αἴσθησις lo tomamos como el estar percibido algo, entonces se hace claro: en la αἴσθησις se encierra el mostrarse algo, comparecencia, volverse-a, es decir, manifestabilidad de algo, algún tipo de no-ocultamiento. Donde se da la αἴσθησις, ahí hay inmediatamente, como por sí mismo, no-ocultamiento de colores, lo coloro, lo que suena, y similares. Aquí hay por consiguiente verdad, aquí hay por consiguiente saber.
Hay que considerar que si Teeteto aduce esta tesis según la cual saber es αἴσθησις, no lo hace porque el percibir sea acaso la facultad cognoscitiva inferior en el orden y según la disposición de los manuales de psicología, ni porque se sugiere comenzar por lo más inferior como lo más inmediato: esto sería pensar al modo moderno. Si Teeteto remite a la αἴσθησις tampoco es porque sea un «sensualista», es decir, defensor de una mala teoría de lo psíquico y similares, sino porque entiende αἴσθησις como griego: porque estar percibido parece ser el modo más inmediato de no-ocultamiento de algo, es decir, la «verdad» más palmaria. Así resulta claro cómo, para una cabeza que piensa con claridad, en un primer momento se llega espontáneamente a esta respuesta, que sólo para un «filósofo» deformado resalta como monstruosa. Entendiéndolo al modo griego, lo más evidente de suyo es que αἴσθησις se aduzca en un primer momento como posesión de ἀλήθεια, es decir, como saber.
Ahora bien, se plantea la pregunta: ¿qué sucede con esta tesis, que ahora es evidente, de que ἐπιστήµη es αἴσθησις? ¿La αἴσθησις, en tanto que estar percibido, cumple la exigencia que el hombre hace a la esencia del saber? O a la inversa: con saber, ¿no se está exigiendo nada más que el estar percibido algo? ¿Qué sucede con este estar percibido? En este mostrarse algo se hace evidente, no-oculto. ¿Estar percibido es de hecho no-ocultamiento de lo ente?
La pregunta sólo puede resolverse en función de una investigación sobre qué sucede con la αἴσθησις (estar percibido) en este sentido, sobre qué es la αἴσθησις según su esencia, una investigación que la cuestione especialmente en cuanto a si es o puede ser en sí misma posesión del no-ocultamiento de lo ente, es decir, que la cuestione en cuanto a su carácter de ἀλήθεια. ¿Qué significa esto?
Hemos oído que ἀλήθεια significa no-ocultamiento de lo ente. Así pues, donde hay posesión de verdad, ahí es tenido en posesión también y justamente lo ente no-oculto, es decir, quien así posee se encuentra ahí en una relación con lo ente en cuanto tal. La pregunta de si estar percibido algo es no-ocultamiento, conduce a la pregunta por si en la αἴσθησις en cuanto tal, en el comportamiento percipiente en cuanto percipiente, está implicada una posible relación con lo ente. La pregunta de la investigación que ahora comienza es: el comportamiento percipiente en cuanto tal, ¿puede ponerse en una relación con lo ente en cuanto ente de modo que, en el estar percibido que sucede con tal comportamiento, resida un no-ocultamiento de lo ente?