Capítulo primero

LOS CUATRO ESTADIOS DEL SUCEDER LA VERDAD

Así pues, ahora tratamos de la parábola de la caverna en la Πολιτεία de Platón (Libro VII, 514 a - 517 a), y la tomamos como una seña hacia la esencia del no-ocultamiento (ἀλήθεια). Dividimos el texto en cuatro fragmentos (A-D). Con esto, estamos caracterizando al mismo tiempo cuatro estadios del suceso que es simbolizado en la parábola.

En la interpretación, procedemos de tal modo que, aunque cada estadio lo aclaramos en sí mismo siguiendo el orden, sin embargo lo esencial no son los estadios individuales, sino las transiciones de uno a otro, y por tanto toda la marcha que consiste en estas transiciones. Con ello queda dicho que, una vez que el primer estadio haya quedado aclarado, no hemos de dejarlo aparte como algo terminado, sino que tenemos que incluirlo en la transición, asumiéndolo así en las transiciones siguientes. Con ello queda dicho al mismo tiempo que, con la aclaración del primer estadio, todavía no lo hemos comprendido. Sólo lo comprendemos a partir del segundo, y en sentido estricto, a partir del último.

Platón expone la parábola de modo que Sócrates, en una conversación con Glaucón, le hace ver la imagen simbólica. El contenido de la parábola, como sucede casi siempre, se puede resumir cómodamente en algunas frases y se le puede añadir una explicación igualmente breve y una aplicación, sin ser conmovido uno mismo por lo esencial ni mucho menos seguir la seña con la que conduce ante la pregunta decisiva. Este procedimiento usual y fácil no nos sirve de nada. Si queremos evitarlo, lo primero es que nos encomendemos del todo al texto. Sólo así tal vez seamos conmovidos por la fuerza de configuración de Platón, lo cual no es en modo alguno algo accidental ni un añadido estético en la comprensión de una filosofía.

Primero leo respectivamente el texto griego,[15] y luego doy la traducción, que sólo puede ser un ayuda de emergencia.