GATO CAZADOR
Todas las mañanas el Gato Cazador abre su gran saco. ¡Ay, cachorritos míos! ¡Todas esas cartas! Es una suerte que el Gato tenga un cerebro tan grande, buenas drogas y todo el tiempo del universo para dedicarlo a sugerencias útiles. ¡Ah, todos vuestros problemas! ¿Cómo demonios conseguís vivir ahí abajo? La vida real parece muy física en estos días; muy carnosa. ¿Y el tema que os obsesiona más que ningún otro? ¿Cómo puedo volar más alto? ¿Cómo puedo salir de este agujero? ¿Cómo puedo vivir como el Gato? En otras palabras, dejad que os eche una mano con unas cuantas PLUMAS DEL CONOCIMIENTO. ¿Dónde puedo comprar Vudú inglés, Bosque Parlante o Megacabeza? ¿O alguna de las otras plumas del conocimiento que pueden existir o no existir? El Gato os lo ha dicho miles de veces: no podéis comprar el conocimiento, tenéis que ganarlo. Pero las cartas siguen llegando en aluviones. Así que digámoslo de una vez por todas: el Vurt del Conocimiento es para unos pocos, no para el rebaño. Son peldaños multicolores en una escala de sueños. Están hechos por los seres celestiales para su propio placer. Son peligrosos para los inocentes. Y esos sois vosotros, cachorritos. ¿Comprendéis? No se pueden comprar. Si alguien os ofrece una, creedme, es falsa, es una copia pirata. Y las copias piratas no dan conocimiento, solo os quitan el dinero. Y os traen pesar. Porque esas mezclas de baratillo están infestadas de Víboras. Y si no sabéis lo que son las Víboras, no deberíais acercaros ni a miles de kilómetros del Vurt del Conocimiento.
Esta es la última vez que os lo advierto.