en una noche oscura, con ansias, en amores inflamada, oh dichosa ventura!, salí sin ser notada, estando ya mi casa sosegada, furtiva y exaltada, con mi Canto, desestimaba aljamas, desconocía antros, cifrando en las alhamas mi deleitable Santo de los Santos, oh gloria de la noche luminosa!, gehena del oscuro mediodía!, las almas temerosas hacia él convergían por las calladas vías enjundiosas, por sendas de crudezas y de humores buscaban conmigo la luz negra, el cerco de presuras y de goces, el rayo de tiniebla donde de tal manera se conoce

siga, siga, dijo

(tenía una jeringuilla entre las manos

me acababa de dar una inyección? de qué medicamento o droga se trataba?)

yo: la de las piernas zancudas e interminables, túnica suelta sobre extremidades filiformes, bolsos o refajos con docenas de muñecas, capa flotante de color lila o rosa en la que se envolvía como en una bandera no había abolido aún nuestro reino, la Doña, con su cabellera bermeja, tronaba hierática en el minibar

le duele ya menos? verdad que ha comenzado a invadirle como una grata sensación de paz?

(hablaba él o el prior?)

yo: nos dábamos cita allí, en el berberisco salón con lámparas de vidrio translúcido y pie borneado de bronce, dispuestas ya al periplo de la noche oscura, su afán de trascendencia y unión, misterios de gozo y dolor, extática travesía fecunda

cuente, no se detenga, soy todo oídos!

yo: abrupto descubrimiento, ser sólo la corteza, desconocer la ígnea realidad del Centro

nos interesa su versión de la cámara negra, de cuanto hizo, percibió, escuchó

yo: ardor, ardor, aleteos bruscos del corazón, movimientos y brincos de los sentidos, inflamación amorosa, éxtasis, derretimientos

(el prior, el rostro convulso del prior)

yo: rueda circular, varillazos recios, espaldas cubiertas de sangre, lenta salmodia del Miserere por invisible coro de frailes

no se divierta usted del tema! nuestras reglas monásticas no le atañen

yo: disolución, apretura, aniquilación de la luz, viaje nocturno, intuición unitaria, estoy quieto, arrobado, suspenso mientras con una candela prende un fuego lenitivo a mi pecho

quién?

yo: no daré nombres

en la cámara negra?

yo: todavía en la prima noche, en la antesala sensitiva del dejamiento

coincidió con el fámulo del Archimandrita, el mozuelo que ardió en el estadio?

yo: tiniebla, tiniebla, regalada espesura de la interior bodega, sombras acechantes, toques delicados, cauterios suaves, verdades macizas, adobado vino, enardecimiento, fusión jaculatoria, hontanar, regadío feraz, densa y embriagadora virtud, emisiones de bálsamo divino

(me habían sacudido, golpeado, tirado del brazo mi evocación era a tal punto blasfema?)

quedéme y olvidéme, digo

(todos me miran fijamente con las caras protegidas con mascarillas)

yo: cesó todo y dejéme

doctor, no habrá forzado usted la dosis habitual de calmantes?