Está lloviendo cuando poco a poco se va desperezando.
Se espera un día de mucha discusión, preguntas y preocupación. Pese a la lluvia, muchas personas se plantarán en el cordón policial alrededor del hotel destrozado y dirán que no se sienten a salvo, que se están planteando mudarse.
Nadie lo hará.
Al menos no por esa razón.
Ella ya lo ha experimentado antes. Pasa algo, transcurren un par de semanas, luego todo retorna a la normalidad. Dentro de un año volverá a ser «el aniversario de», después se reducirá a un mero recuerdo entre otros tantos.
Como el cartero que murió asesinado por sus atracadores en Harrioja en 1906, las víctimas del cólera, la explosión accidental en la mina de Palovaara en 1944, los caídos en la Guerra de Invierno y en la Guerra de Continuación, la revuelta de hambre en Seskarö de 1917, los mutilados de guerra.
Si les preguntas a sus habitantes, dirán que ella es acogedora, afable con los niños, que está rodeada de naturaleza, que no pasa gran cosa, aparte de los problemas de drogas, el paro y las malas carreteras, pero aun así la gente sigue mirando hacia delante. Creyendo en el futuro. En que ella va a crecer.
Los contactos internacionales la van a hacer volver a destacar en el mapa. Esta vez será China. La nueva ruta de la seda. El levantamiento de infraestructuras, que ha llegado hasta Kouvola y que a lo mejor seguirá a través de ella hasta Narvik. Al fin y al cabo, ella sigue conservando la única conexión por vía férrea con Finlandia.
Pero no da nada por hecho. Junto con gran parte de sus habitantes, con los años ha aprendido a mantener las expectativas en jaque. Si no han logrado conectarla de nuevo con Luleå y Boden, ¿cómo va a ser posible lo de China?
Ella espera que vaya bien.
Echa de menos verse deslumbrada por faros que apuntan hacia ella.
Para ser totalmente sincera, sospecha que esos días han quedado atrás y que no volverán nunca. Pero lo deja en manos del futuro.
Ahora la lluvia sacia la tierra sedienta, limpia las techumbres, los coches y las calles. Como un diluvio. El futuro más inmediato ya está aquí.
Y no todo el mundo va a sobrevivir a él.