GOLDA MEIR, cincuenta años, hija de un carpintero de Kiev emigrado a los Estados Unidos; militó, desde los dieciséis años en el movimiento sionista. Convertida en uno de los principales dirigentes de la comunidad judía de Palestina, encontró las fabulosas sumas necesarias para comprar las armas de la supervivencia. Durante una sola visita a América, en enero de 1948, recaudó 50 millones de dólares. Aquella proeza fue tan extraordinaria que, al recibirla, a su regreso a Palestina, Ben Gurion declaro: «Se dirá un día que fue una mujer la que permitió ver su día al Estado judío». (Foto U.P.I.).