1. Fenómenos reales y ficticios
Quien haya asistido a sesiones de nuestro calculista soviético Arrago, puede no sorprenderse por sus enormes capacidades de cálculo. Aquí ante nosotros ya no hay trucos, sino un notable don natural. Arrago, por ejemplo, calculó mentalmente, ante mí, el cubo del número 4729, en menos de un minuto (resultado: 105.756.712.489), y en la multiplicación 679.321 x 887.064, también mentalmente, empleó en total 1 1/2 minutos.
Yo he tenido la posibilidad de observar el trabajo de este fenomenal calculista, no solamente en el estrado, sino también en reuniones domésticas, a solas, y me convencí de que no emplea ningún método especial de cálculo, y calcula mentalmente, en general, como lo hacemos nosotros sobre el papel. Pero su extraordinaria memoria para los números lo ayuda a pararse en un punto del cálculo, sin tener que escribir los resultados intermedios, y la rapidez de inteligencia le permite operar con números de dos cifras, tan fácilmente como nosotros efectuamos las operaciones con números de una cifra.
Gracias a esto, la multiplicación entre números de seis cifras resulta para él, un problema sin mayores complicaciones que las que significa para nosotros, la multiplicación de números de tres cifras.
Fenómenos tales, como Arrago entre nosotros, o en Occidente Inodí, Diamandi, Rückle, el Dr. Fred Brauns, se cuentan con los dedos. Pero conjuntamente con ellos se consagran también, matemáticos de estrado de otro género, que fundamentan su arte en unos u otros trucos aritméticos. Usted puede haber llegado a escuchar o inclusive a asistir a "sesiones de geniales matemáticos" que calculaban de memoria, con una rapidez sorprendente, cuántos, días, minutos y segundos tiene usted, en qué día de la semana nació, etc. Para realizar gran parte de estos cálculos, no es necesario, sin embargo, poseer una capacidad matemática extraordinaria. Solo es necesario conocer algunos secretos de estos trucos, al revelamiento de los cuales, pasamos enseguida.