Notas

^[1] Tras la publicación con gran éxito de la traducción por Antoine Galland de Las mil y una noches (1704-1717), fueron varias las continuaciones o imitaciones, entre ellas dos cuentos de Antoine Hamilton, escritor francés de origen irlandés (1648-1720); aquí se alude a Historia de Flor de espina (1719), en el que Dinarzade sustituye a su hermana Scherezade en su tarea de contar al sultán, que la noche anterior había estado a punto de dormirse, una historia la milésima noche; de su cuento Bélier (Ariete) sale el gigante Molinos.<<

^[2] Boufflers juega con el texto de Hamilton: el gigante Molinos le dice a su Bélier narrador: «Bélier, amigo mío… no comprendo nada de todo esto. Si quisieras empezar por el principio, me complacerías; pues todos los relatos que empiezan por el medio no hacen más que embrollar la imaginación».<<

^[3] Varios investigadores habían prestado a esta alusión un sentido que no convence a Jean-Pierre Dubost: Arlequín reconocería simplemente las virtudes soporíferas de las Meditaciones de Marco Aurelio; para Dubost es más probable que Boufflers aluda a una obra de actualidad del teatro italiano, desconocida hasta la fecha (véase J.-P. Dubost, Romanciers libertins du XVIIIe siècle, ob. cit., t. II, pág. 1402).<<

^[4] Georgia fue un antiguo reino con capital en Tiflis incorporado a Rusia en 1802, al sur de la cordillera del Cáucaso, entre Armenia, el mar Negro y el Azerbaiján. Circasia es una comarca de Rusia, entre el mar Negro y el Caspio.<<

^[5] El cántaro roto se utiliza desde la época clásica como símbolo de pérdida de la virginidad femenina, tanto en literatura como en pintura (El cántaro roto, de Greuze).<<

^[6] Los catorce o los quince años es la edad que la literatura de la época da para el inicio amoroso de las muchachas.<<

^[7] Como el cántaro roto, el anillo es otro símbolo sexual: «Es a un tiempo objeto de valor absoluto y símbolo del reconocimiento, en el sentido más propio del término, puesto que el symbolon era esa pieza rota cuyos dos extremos unidos eran la prueba de una relación contraída con anterioridad» (véase J.-P. Dubost, Romanciers libertins du XVIIIe siècle, ob. cit., t. II, págs. 1402-1403).<<

^[8] Fundada en el siglo XV, Golconda se convirtió en capital de los reyes Qutah Shahi; dos siglos más tarde, las minas de diamante encontradas le daban un esplendor que dejó un aura mítica después de que fuera saqueada por Aurengzeb en 1687.<<

^[9] Según la tradición astrológica, gracias a los poderes de ese anillo Salomón habría podido contemplar todo lo que deseaba saber. Véase la nota 6 de El mozo de cuerda tuerto, pág. 724.<<