Notas
Guillard de Servigné
Las campanillas
[1] A finales del reinado de Luis XIV se puso de moda el empleo de campanillas, que se desarrolló mucho durante el siglo. Según cuenta Louis Sébastien Mercier en su Tableau de Paris, «un tal Ledru hizo su fortuna con la inscripción de su muestra, que llevaba: Ledru pone campanillas en el cul de sac (callejón). El escribano, inclinado sobre su alto lienzo, había puesto un grueso punto tras la palabra cul, y había pasado de sac a la otra línea, cosa que pareció divertida; y todo el mundo quiso emplear al señor Ledru, que ponía campanillas en el culo». A este Ledru dedica Guillard de Servigné la novela.<<
[2] Batalla de la guerra de Sucesión de Austria, dada en Fontenoy (Bélgica), en la que las tropas francesas se enfrentaron a las inglesas y holandesas. Ganada por los franceses, que así abrían la puerta para la conquista de Flandes, fue precedida de un sorprendente intercambio de cortesías, en el que, por ejemplo, el conde d’Auteroche dijo dirigiéndose a los ingleses: «Señores, nosotros nunca matamos los primeros; disparad vos mismo».<<
[3] En sentido religioso de espiritualidad: soledad, retiro para el recogimiento, la meditación o la contemplación.<<
[4] Joseph Pitton de Tournefort (1650-1708), botánico real, creador de nuevos sistemas de clasificación del reino vegetal.
René Antoine Ferchault de Réaumur (1683-1757), uno de los naturalistas más ilustres de la época, trabajó en distintas materias: las conchas, la porcelana, la seda de las telarañas, la suspensión de los carruajes, la conversión del hierro forjado en acero, etcétera. Estableció una graduación termométrica distinta de la de Fahrenheit.
Noël-Antoine Pluche (1688-1761), abate que se opuso a la bula Unigenitus; fue célebre sobre todo por su libro Spectacle de la nature, ou Entretiens sur l’histoire naturelle et les sciences (Espectáculo de la naturaleza, o Conversaciones sobre la historia natural y las ciencias, 1732).<<
[5] Cortesana de Colofón, amante de Platón durante su estancia en esa ciudad; un epigrama de Asclepíades, poeta griego de la Antología Palatina, alaba a Arqueanasa por su belleza madura, capaz de enamorar al joven filósofo.<<
[6] Hijas de la Noche y de Zeus (o de Atlas), las Hespérides, o ninfas del crepúsculo, se encargaban de vigilar las manzanas de oro que la Tierra había regalado a Hera y que se guardaban en el jardín de los dioses; las ayudaba en su tarea el dragón Ladón.<<
[7] Objets, en francés. Durante el siglo XVIII, el término objets designa no sólo lo que se recibe del exterior, las miradas, sino también los pensamientos e imágenes que se presenten a la mente: la mujer deseada, las partes deseables de su cuerpo, etcétera.<<
[8] Atis, dios frigio, fue asociado por la diosa Cibeles, que se había enamorado de él, a su culto, imponiéndole la castidad. Cuando Atis cedió a su amor por la ninfa Sangaritis, Cibeles hizo morir a ésta, provocando la locura de Atis, que se castró; y cuando Atis quiso suicidarse, lo transformó en pino.<<
[9] El príncipe Carlos Alejandro de Lorena (1712-1780) luchó, al frente de las tropas de la emperatriz María Teresa, contra los turcos y los franceses. Con posterioridad a esas campañas fue gobernador de los Países Bajos.<<
[10] Sobre Marie-Claude Nicole Cartou, aquí aludida, véase la nota 57 de Margot la remendona, en la pág. 752.<<
[11] No se refiere aquí Servigné a la célebre Marie-Anne de Châteauneuf, llamada la Duclos, actriz que entró en el Théâtre Français en 1693 y se retiró en 1736 tras cuarenta años de éxitos continuados, sino a una mujer de ese apellido que regentaba prostíbulos de muchachas en la calle Nonaindières y en la calle Richelieu.<<
[12] Sobre los específicos apropiados para el caso, véase la nota 19 de Margot la remendona, en la pág. 748.<<
[13] El aludido es Louis François Armand de Vigneron du Plessis, duque de Richelieu (1696-1788), sobrino del cardenal, de gran peso en el ánimo del rey, diplomático y militar; de cualquier modo, logró su mayor fama como duelista y seductor que ofreció continuados escándalos a la comidilla de más de medio siglo de la aristocracia francesa; señalado por Chamfort como emblema de la corrupción de costumbres del Antiguo Régimen, apoyó a los filósofos, en especial a Voltaire. Un ejemplar anotado de Las campanillas identifica el personaje aludido como el duque de Gesvres, François Joachim Bernard Potier, a quien su esposa había llevado a juicio acusándole de impotencia.<<
[14] El abate de Montempuis, canónigo de Notre-Dame, profesor de filosofía y rector de la Universidad fue en cierta ocasión a la Ópera disfrazado de mujer; detenido por la policía, su conducta fue objeto de letrillas y canciones satíricas.<<
[15] Alusión al sacerdote jesuita Girard, acusado de haber seducido a su penitente; es el protagonista de la novela libertina más famosa (junto con El portero de los cartujos) del período: Teresa filósofa de Boyer d’Argens.<<
[16] «Yo mismo me busco y ya no me encuentro» (Hipólito, en Phèdre). (N. del A.)
La réplica completa dice: «Todo a porfía os entrega al rebelde Hipólito. / Yo mismo por todo fruto de mis superfluos desvelos, / ahora me busco, y ya no me encuentro» (Racine, Fedra II, II, vv. 546-548).<<
[17] El célebre Ménage –de quien Molière se burlará en Las mujeres sabias– habla en sus Origines de la langue française (1650) del fil d’archal, recientemente conseguido: «De filum y de auricalchum que se dice en lugar de oricalchum (debido a un vicio de pronunciación en los latinos por atracción de aurum, “oro”, cuando en realidad se trata del griego oreichalkos, “latón”)».<<
[18] Referencia a Marie Bigot de Graveron, propietaria de importantes colecciones de arte e historia natural, segunda esposa de Pierre-François Doublet de Bandeville, presidente de la Tercera Cámara en 1741.<<
[19] «Patrantes oculos» (Petronio). (N. del A.)
El verbo latino patrare indica realización, cumplimiento, consumación de una obra, en sentido directo o figurado; se asocia a menudo a Príapo y a la sexualidad.<<
[20] El bailío fue en principio «un oficial real de espada» con derecho a mandar sobre la nobleza de su distrito; no tardó en perder poder, hasta convertirse en un oficial de toga «que hace justicia en nombre de su señor».<<
[21] «Vara en la que se arroscan dos serpientes, que los poetas atribuyen a Mercurio. […] Se llama caduceo al bastón cubierto de terciopelo y de flores de lis de oro que llevan el rey de armas y los heraldos de armas en las grandes ceremonias» (Dict. Académie). Las serpientes representan la prudencia, y las alas que tiene en sus extremos la actividad. Es símbolo del comercio y de la medicina.<<
[22] Véase la nota 48 de Margot la remendona, en las págs. 750-751.<<
[23] Juego de naipes parecido al bacarrá, muy de moda en la segunda mitad del siglo XVIII, así llamado porque en las antiguas barajas se representaba la figura de un faraón. El juego lo dirige un banquero que lleva la banca y gana lo que los jugadores pierden. Los pontes (puntos) son jugadores que, asociados contra el banquero, ponen dinero sobre las cartas.<<
[24] «Ser acogido en los Inválidos», hospital creado por Luis XIV para soldados heridos en campaña.<<