Día 43
HAY DÍAS EN los que uno siente que podría comerse el mundo. Me alegro porque el que conozca esa sensación. Yo no lo hago.
Me siento fatal, y no porque mi hígado esté mal pues he mejorado un poco; el malestar lo tengo dentro, bajo mi piel. Puede que el médico tenga razón y quizás esté algo deprimidilla.
Les he vuelto a escribir a los de AMC porque no me respondían. Finalmente alguien muy listo en la policía ha interceptado mis emails y me han cortado el grifo. No pasa nada, con dos toqueteos de teclado puedo volver a hacerlo. Sin embargo, hoy paso; me da pereza solo con pensarlo. Y tampoco he escrito nada de mi tesis ni estoy investigando. Los números, por primera vez en mi vida, no me llenan. Sí. El doctor tendrá razón. Puede que necesite algo más que mis medicinas de siempre para mi amigo Wilson.
Aunque me niego a hablar con un psicólogo, cosa que me han ofrecido un centenar de veces desde que empezó todo. No necesito que escarben para descubrir qué me pasa. Yo ya lo sé y de sobra.