Es cosa de todos: más ritmos crean un mejor sonido
La percusión adquiere una hipnótica y enérgica cualidad cuando suena al mismo tiempo más de un instrumento. Los diferentes sonidos y texturas de cada elemento de percusión individual se conjugan para convertirse en música hermosa (o eso se espera). Para oídos no habituados, resulta difícil discernir los instrumentos individuales que tocan cuando los ritmos se superponen unos a otros.
Por ejemplo, mucha gente afirma que la percusión africana es muy compleja y que se necesitan años de estudio para poder tocar esos enrevesados ritmos. No es cierto. La percusión africana suena difícil porque, tomada como un todo, se producen muchos ritmos, pero tomada de forma individual, cada parte suele ser muy simple. La dificultad estriba en ser capaz de mantener estable el ritmo, mientras los instrumentos que te rodean tocan ritmos opuestos.
Cuando tocas por primera vez con alguien, los diferentes ritmos que te rodean pueden desconcertarte sin que te des ni cuenta. Al principio, necesitas concentrarte mucho en lo que estás haciendo. Cuando te concentres en tu ritmo, intenta tener presente el sonido de otros percusionistas y cómo se relacionan con lo que tú estás tocando. Observa lo que percibes cuando estás o no a tiempo con los demás. A la larga, lograrás tocar tu ritmo sin tener que concentrarte demasiado.
Cuando ejecutes los ritmos de este capítulo, recuerda que tu objetivo es mezclarte con los otros instrumentos de la mejor forma posible. Escucha con atención y, si puedes escuchar el resto de instrumentos mientras tocas, es posible que lo estés haciendo a un volumen adecuado. Si sólo oyes tu instrumento, está claro que tocas demasiado fuerte.
En muchos lugares del mundo, la percusión es una actividad colectiva. La cooperación y la unidad son las metas, y la percusión es un medio para conseguirlas (además de divertirte de lo lindo).