Deconstrucción de la batería
Hace mucho tiempo, se tocaban los tambores de uno en uno. Cada percusionista tocaba solo un tambor, y para crear mayor y mejor ruido —quiero decir, música—, se necesitaban más percusionistas. Entonces, en algún momento, a algún músico innovador se le ocurrió juntar grupos de tambores y golpearlos todos a la vez. La batería actual se compone de lo siguiente (mira la figura 1-3):
A.
Bombo. El bombo se suele apoyar de lado
en el suelo y se toca pisando un pedal con el pie derecho. En
general, este tambor mide entre 18 y 24 pulgadas de diámetro (entre
45 y 60 centímetros) y entre 14 y 18 pulgadas de altura (unos 35 a
45 centímetros).
Su sonido es la base rítmica de una banda, haciendo sonar, a menudo, el pulso básico de la música o tocando junto con el ritmo del bajista.
B. Caja
clara. También llamada en algunos sitios
tarola o redoblante, es un tambor poco profundo (suele tener entre
5 y 7 pulgadas de altura, unos 12 a 18 centímetros) de 14 pulgadas
de diámetro (35,5 centímetros, más o menos) con una serie de hebras
metálicas, llamadas bordones, tendidas diametralmente en el parche
inferior. Al golpear el tambor, el parche inferior vibra contra los
bordones, y produce un sonido sibilante. La caja crea el backbeat
(el ritmo sincopado que escuchas en la música más popular;
encontrarás más información sobre el backbeat o acentuación
invertida en el capítulo 6) de la música, lo que te hace
bailar.
C.
Tom-toms. Los tom-toms, también llamados
toms o tomtoms, son tambores afinados, con un diámetro que varía
entre las 9 y las 18 pulgadas (en centímetros, de 23 a 45, más o
menos). Por lo general, una batería cuenta, al menos, con dos,
cuando no con tres de estos instrumentos (algunos bateristas, como
Neil Peart de la banda de rock Rush, de la década de 1970, tienen
docenas de toms, así que si quieres, embriágate con su sonido). En
general, el tom más grande (llamado tom de suelo o goliat) se
coloca en el suelo sobre un soporte que se sujeta al casco. Los más
pequeños (a menudo, llamados tom de aire) se sujetan a un pie que
se eleva desde el bombo o junto a él desde el suelo. Estos tambores
se utilizan para realizar solos (es decir, una interrupción en el
ritmo principal de la batería, como se explica en el capítulo 13) o
como sustituto de la caja en algunas partes de las
canciones.
D. Platillo
hi-hat. El hi-hat, también llamado
charles, son platillos montados sobre un soporte, uno boca arriba y
otro boca abajo, con un diámetro de 13, 14 o 15 pulgadas (unos 33,
35,5 y 38 centímetros). El soporte tiene un pedal que junta los
platillos (cerrado) o los separa (abierto). El pie izquierdo
controla la apertura o cierre de los platillos mediante el pedal,
mientras se golpean con una baqueta. El hi-hat puede emitir un
sonido nítido cuando se cierra, o un sonido sibilante al abrirse.
Junto con el bombo y la caja, crean el ritmo de batería
básico.
Figura 1-3:
La batería moderna
E. Platillo
ride. Este platillo es una alternativa al
hi-hat. Su tamaño varía desde las 16 hasta las 24 pulgadas de
diámetro, entre 40 y 61 centímetros (los más comunes son los de 20
y 22 pulgadas o 51 y 56 centímetros). El ride se utiliza
tradicionalmente para crear un sonido más fuerte y pleno que el del
hi-hat y, a menudo, se toca durante el estribillo o un
solo.
F. Platillo
crash. En general, la batería tiene uno o más crash que se utilizan para
acentuar ciertas partes de la música, a menudo, el comienzo de una
frase o sección de la canción. Estos platillos crean un sonido que
recuerda, como ya habrás imaginado, a un choque, no muy diferente
al de una sartén que cae al suelo duro, aunque más musical. Los
platillos crash oscilan en tamaño entre las 14 y las 20 pulgadas de
diámetro (35,5 a 51 centímetros).
Los siguientes instrumentos no aparecen en la figura 1-3, aunque muchas baterías los incluyen.
Platillos
splash. Los crash no son los únicos
platillos de ornamento que utilizan los bateristas
en la actualidad. También encontramos el
platillo splash, de tamaño pequeño, de entre 8 y 14 pulgadas de
diámetro (unos 20 a 35,5 centímetros), que emite un sonido como el
de un pequeño chapuzón. El platillo splash es una especie de
versión más suave y acuosa del popular sonido del crash.
Platillos
chinos. Estos platillos de ornamento se
han vuelto frecuentes en las últimas dos décadas. Los platillos
chinos poseen un sonido algo más áspero y metálico que el crash
(más parecido a la tapa de un cubo de basura). Su tamaño varía
entre las 12 y las 20 pulgadas (de 30,5 a 51 centímetros), y el
borde suele estar doblado hacia arriba. A menudo, se montan en un
soporte boca abajo.
Gongs.
Estos platillos se añadían con mucha frecuencia
a las baterías durante la era del rock de estadio, en la década de
1970, cuando las baterías eran gigantescas y los solos eran algo
fundamental. En la actualidad, existen gongs de múltiples tamaños y
formas, aunque los más frecuentes son grandes (hasta 90 centímetros
de diámetro) y muy sonoros.
Los orígenes de la batería
Las primeras baterías estaban compuestas por dos o tres tambores enlazados que una sola persona tocaba con la mano. La batería actual, por el contrario, es una agrupación muy evolucionada de instrumentos especializados, diseñados para que un solo baterista pueda hacer tanto ruido como sea posible. (Esto último es una broma, pues el diseño actual de la batería tiene una finalidad específica.)
La batería moderna se desarrolló por primera vez con la aparición de la música jazz a comienzos del siglo XX. Los primeros bateristas jazz juntaron los tambores y platillos utilizados por las bandas militares y la música folclórica para que una sola persona pudiera tocar todos esos instrumentos a la vez. Esta disposición permitía a un baterista utilizar una variedad de tambores y platillos que complementase mejor la música del resto de la banda. Hoy en día, la batería resulta indispensable en la música popular, y es lo que mucha gente imagina cuando piensa en percusión.
Se pueden añadir otros muchos elementos a las baterías, todo depende de la imaginación y el presupuesto de los bateristas. En realidad, muchos de los tambores tradicionales y de los elementos creadores de ritmo descritos en este libro aparecen en numerosas baterías.
A pesar de ser una recién llegada, la batería ha encontrado hueco en todos los géneros de música popular que han ido surgiendo durante los siglos XX y XXI. Encontrarás baterías en el rock (mira los capítulos 6 y 11), blues (mira el capítulo 7), R&B (ve al capítulo 8), jazz (lee el capítulo 9), así como en las músicas latina y caribeña (mira el capítulo 10).