Advertencia del autor

Los hechos y personajes que aparecen en estas páginas son fruto en su mayor parte de la imaginación, pero arrancan de un suceso luctuoso que tuve oportunidad de investigar a fondo hace ya más de quince años: la trágica muerte del infante Alfonso de Borbón y Borbón, hermano del rey Juan Carlos, acaecida el 29 de marzo de 1956 en Estoril (Portugal).

Los valiosos testimonios aportados en su día por algunos de los principales testigos de aquellos años, en el transcurso de inolvidables entrevistas recogidas en mi libro Dos infantes y un destino (Plaza y Janés, 1998) —Torcuato Luca de Tena, Laureano López Rodó, Iñigo Cavero, Antonio Fontán, Jaime Miralles, Fernando Álvarez de Miranda y Gonzalo Fernández de la Mora, entre otros—, me sirvieron para reconstruir fielmente aquel desgraciado accidente.

A don Juan Carlos, de dieciocho años entonces y cadete de la Academia Militar de Zaragoza, se le disparó una pistola Long Automatic Star, del calibre 22, mientras jugaba con su hermano Alfonso, de catorce años, en una estancia de Villa Giralda, la residencia de los condes de Barcelona en el exilio. El disparo en la frente provocó la muerte instantánea del infante.

Inspirándome en estos hechos he construido ahora una historia de intriga y amor, con el propósito de interesar y sorprender a los lectores.