NOTA DEL AUTOR

La Iglesia en llamas es un ensayo histórico escrito con el objetivo de ordenar datos y plantear hipótesis que permitan entender la persecución religiosa que se produjo en la retaguardia republicana durante la guerra civil española.

La primera parte del libro está dedicada a repasar los antecedentes anticlericales del siglo XIX y del primer tercio del XX. Sin esta panorámica histórica resultaría imposible intentar una aproximación interpretativa a la tragedia que se vivió de forma paralela al estallido de la guerra.

Tampoco sería posible forjarse una opinión sobre la cuestión sin atender a la evolución de las relaciones entre la República y la Iglesia, ni sería posible valorarla sin marcar con claridad las coordenadas de la represión que se desencadenó tanto en la zona republicana como en la dominada por las fuerzas sublevadas.

El libro, por tanto, repasa todas estas cuestiones sin perder de vista en ningún momento el objetivo básico, el estudio de la violencia anticlerical y antirreligiosa de 1936.

Como autor he pretendido en todo momento que el rigor documental no ahogara el carácter divulgativo del libro. La remisión a un apartado de notas finales obedece a mi voluntad de conciliar estos dos objetivos. En ningún momento pretenden ser una señal de erudición que marque el libro como de lectura difícil. Muy al contrario, se trata de facilitar la lectura fluida del texto con la garantía de que lo que se afirma en él ha sido contrastado documentalmente.

Somos muchas las personas que aún en la actualidad nos preguntamos por los acontecimientos de la guerra civil. ¡Son tantos los interrogantes que aún no han obtenido una respuesta convincente…!

Las preguntas generales son las mismas para todos. La percepción de los hechos, en cambio, difiere notablemente según sean las vivencias personales, la historia familiar, las opciones políticas. Esta circunstancia ha impedido durante lustros que fuera posible una superación colectiva de las heridas producidas por la guerra, por la revolución, por la represión.

Setenta años después de la guerra parecería llegado el momento de analizar sin crispaciones de ningún tipo los acontecimientos, acordando por consenso su complejidad, así como la necesidad de no enquistados.

El libro trata el tema de la violencia anticlerical con estas dos premisas. Aunque pudiera parecer un fenómeno secundario, no lo es. El trato social y político dispensado a la cuestión religiosa fue crucial en el desarrollo del régimen republicano tanto en su período de implantación como en el de su disolución.

Dadas estas circunstancias, profundizar en el tema no debiera ser de interés exclusivo para los creyentes, para el clero o para el estamento académico, sino que sería sumamente conveniente que fuera tema de debate general, en el empeño de conseguir una suma de memorias históricas alejadas de los sectarismos.

El libro lo he escrito con plena libertad intelectual. He repasado los textos socialistas y anarquistas, así como los escritos a la luz de la fe cristiana. Me he aproximado con respeto a las diferentes culturas y entidades históricas que, formando parte de una ilusión compartida, vivieron desigualmente aquel período histórico. He procurado tener siempre presente tanto al lector católico como al agnóstico…

Deseo, así, que todos ellos encuentren en el libro algún elemento de reflexión, alguna respuesta que les permita formarse una opinión enjuiciada, alejada de tópicos y de maximalismos, de esta parte compleja y confusa de nuestra historia.