Un vez concluido el análisis de los antecedentes y los componentes ideológicos del anticlericalismo y de repasar cómo la popularidad de esta corriente fue determinante a la hora de eclosionar —en un primer momento con total impunidad— una persecución religiosa inédita en Europa como parte estratégicamente inseparable de una revolución de carácter socialista o libertario, es el momento de proceder a la narración de los hechos acaecidos en cada diócesis.
Los relatos de la persecución religiosa se presentan ordenados por comunidades autónomas, ya que actualmente ésta es la división administrativa más conocida. No obstante, el texto no olvida hacer una explícita remisión a las diócesis del territorio y a las sedes metropolitanas a las que pertenecían, según la división eclesiástica derivada del concordato de 1851, que se mantuvo prácticamente inalterable hasta superar el período bélico 1936-1939. Este criterio permite explorar con detalle los casos relacionados con el censo de sacerdotes diocesanos y de una forma más aleatoria lo sucedido con las órdenes religiosas. La necesaria limitación del espacio dedicado a cada diócesis exige desestimar las que sufrieron en grado menor el impacto de la persecución religiosa. De las diócesis restantes tampoco redactaré una crónica exhaustiva. Dado el carácter ensayístico y divulgativo de este libro me ha parecido más oportuno, después de ofrecer en cada caso unos datos generales básicos, escoger los episodios más ilustrativos. Remito al lector, para una información más detallada, a consultar los estudios o martirologios locales.[170]
Es importante recordar que los datos estadísticos han sido extraídos del Anuario eclesiástico 1931, editado en Barcelona por Eugenio Subirana, y reproducidos por Vicente Cárcel Ortí en la obra colectiva Historia de la Iglesia en España, de 1979. La cifra de parroquias que hago constar en cada diócesis es la suma de todas ellas, incluyendo las filiales. El censo de sacerdotes que cito incluye los residentes en la parroquia, los residentes fuera de la diócesis y los extradiocesanos residentes en la diócesis.
Todos estos datos son aproximados, dado que durante la monarquía no se hizo ningún censo eclesiástico oficial. Las cifras de víctimas diocesanas y los porcentajes sobre el censo tienen también un valor relativo, puesto que los múltiples estudios locales no han sido realizados siguiendo unos criterios homogéneos. En general, el porcentaje de víctimas está calculado sólo en relación al total de sacerdotes residentes en 1936 en cada diócesis.