NOTA GENERAL DE LAS FUENTES DE INFORMACIÓN
COLECCIONES DE ARCHIVOS Y MANUSCRITOS
INGLATERRA: La Public Record Office (que de aquí en adelante llamaremos P. R. O.) contiene los originales de documentos publicados por Bruce, Laughton y Corbett (véase más adelante) y de documentos inéditos acerca de la defensa de Inglaterra.
El British Museum (B. M.), además de Yelverton MSS y de otras colecciones adquiridas a partir de 1945, las colecciones más viejas proporcionan los fragmentos de más provecho (véanse las notas a los capítulos más adelante).
Aparte dos «cartas-noticia» informando de la muerte de María Estuardo y de otros acontecimientos de la misma época, la Bodleian Library de Oxford (Bod.) posee un comentario inédito «Sobre ciertos aspectos de la Armada española» por James P. R. Lyell, con numerosas transcripciones de documentos españoles, algunos de ellos procedentes de colecciones particulares habitualmente inaccesibles. Tales transcripciones, como he podido comprobar, han resultado dignas de confianza. Hay otra copia mecanografiada del ensayo de Lyell en Harvard.
ESPAÑA: El Archivo General de Simancas (Sim.) posee no solamente muchos documentos concernientes a los aspectos naval y militar de la campaña de la Armada, la mayoría de los cuales han sido ya publicados, sino también montones de informes diplomáticos y administrativos, especialmente la correspondencia de Alejandro Farnesio y Bernardino de Mendoza, no publicados por completo ni siquiera consultados para este tema. En las principales colecciones de Madrid no hallé ningún documento inédito sobre la campaña de la Armada.
FRANCIA: Las tres principales colecciones públicas de París resultaron de gran ayuda. En los Archives Nationales (Arch. Nat.), además de un microfilm de la correspondencia de Mendoza, hay documentos diversos sobre la Liga y sobre la guerra de los tres Enriques. Los archivos del Ministère des Affaires Étrangères (Aff. Et.) contienen informes de Londres, Roma y La Haya. En los manuscritos de la Bibliothèque Nationale (Bib. Nat. Mss.), además de los despachos de Longlée desde España, adecuadamente publicados, encontré unas cartas de Bellièvre y de Châteauneuf desde Inglaterra, y de Pisany desde Roma, como suplemento de las halladas en Aff. Et., y un paquete considerable de documentos relativos a Guisa y al día de las Barricadas. No me fue posible obtener acceso a otros documentos de Châteauneuf, actualmente de propiedad privada.
HOLANDA: el Rijksarchief de La Haya es rico en documentos de los Almirantazgos de Amsterdam y Zelanda y existe gran cantidad de material adicional, en archivos provinciales, más del que me fue posible emplear.
ITALIA: Los archivos estatales más importantes contienen documentos relevantes. Los de Génova, Milán, Nápoles y Palermo se refieren principalmente a la defensa mediterránea, reclutamiento y suministro, cuestiones necesariamente tan sólo rozadas en este libro. El Archivo di Stato di Venezia (Ven.) es rico en observaciones de tipo político. A causa de haber prestado (involuntariamente) un galeón a la Armada, el gran duque de Toscana estaba particularmente interesado en el curso de los acontecimientos, lo mismo que su sucesor. El Archivo di Stato di Firenze (Flor.) contiene, por lo tanto, una amplia variedad de informes y relatos sobre los asuntos navales de España, la mayoría apenas empleados.
Los Archivos del Vaticano (Vat.) han sido, sin embargo, la principal fuente de material inédito. Sixto V recibió probablemente más copiosos y detallados informes de todas las partes de Europa que ningún otro soberano entre sus contemporáneos. Guardó siempre una atenta vigilancia sobre su asociado en la empresa inglesa, Felipe de España. Como los más valiosos documentos a este respecto se encuentran en las Lettere delle Nunziature, los cito únicamente por sección y por número de volumen, ejemplo: Spagna, 34.
FUENTES PUBLICADAS
Las únicas publicaciones completas de correspondencia diplomática, interesantes para este estudio son: Dépêches diplomatiques de M. de Longlée, Resident de France en Espagne (1582-1590), edición de A. Mousset (1912). Negociations diplomatiques de la France avec la Toscane, edición de G. Canestrini y A. Desjardins, Vol. IV (1872); y Relations politiques de la France et de l’Espagne avec l’Ecosse, edición de A. Teulet, vols. IV y V (1862), este último un tanto arbitrariamente seleccionado. The Calendar of State Papers, Foreign, XXI (4 partes) y XXII, da completos y útiles sumarios, en su mayor parte ligeramente abreviados, de todos los documentos a su alcance en el Public Record Office (de aquí en adelante abreviado C. S. P. F.). The Calendar of State Papers, Venetian, extracta hábilmente relevantes documentos de los archivos venecianos, y lo mismo hace, aunque de forma menos completa, por lo que se refiere a los archivos de Simancas, el Calendar of State Papers, Spanish, Elizabeth, vol. IV (1899).
Los documentos navales sobre la campaña de la Armada han sido publicados, en lo que atañe a Inglaterra, con encomiable competencia por J. K. Laughton, State papers relating to the defeat of the Spanish Armada, 2 vols. (Navy Records Society, 1895); J. S. Corbett, The Spanish War, 1585-1587 (Navy Records Society, 1898); en España por C. Fernández Duro, La Armada Invencible, 2 vols. (Madrid, 1885). (De aquí en adelante D.) y E. Herrera Oria, La Armada Invencible (Valladolid, 1929). (Desde ahora H. O.). En el volumen IV de The Naval Miscellany (Navy Records Society, 1952) G. P. B. Naish ha editado una pequeña colección de documentos españoles, procedentes del National Maritime Museum, Greenwich, y una traducción del segundo relato de Ubaldini, del MS del British Moseum, ambas como suplemento a las publicaciones españolas e inglesas.
El duque de Maura ha publicado con una introducción un, hasta ahora, no empleado grupo de documentos, procedentes de los archivos de los duques de Medina Sidonia, que arrojan alguna luz sobre las relaciones entre Medina Sidonia y Felipe II, Gabriel Maura Gamazo, duque de Maura, El designio de Felipe II (Madrid, 1957).
Para la propia defensa y repercusiones nacionales de la campaña de la Armada, el Calendar of State Papers, Domestic, II (1581-1590) ofrece una guía de interesantes documentos de la Public Records Office; Acts of the Privy Council de Dasent y H. MSS. C. Salisbury MSS, vol. III (1899) son también muy útiles.
RELATOS DE LA ÉPOCA
He visto entre setenta y ochenta panfletos contemporáneos y octavillas directamente relacionados con la Armada, impresos en los años 1587-1590. Esto es superior a cualquier bibliografía cuya lista yo conozca, pero estoy seguro que una búsqueda paciente pondrá al descubierto todavía mucho más. Algunos no son más que meras reimpresiones o traducciones, pero la mayoría contienen algunas variaciones. Algunos combinan párrafos de dos o más panfletos anteriores. Algunos son pura fantasía. Otros pura propaganda. Pero, aunque las normas de esta clase de periodismo no fueron mucho más elevadas en el siglo XVI de lo que han sido desde entonces, por lo general estos panfletos no me parecen absolutamente tan desdeñables como se lo parecieron a sir Julián Corbett. Algunas veces contienen detalles que pueden encontrarse también en los relatos desde diferentes puntos de vista. Por lo menos estos panfletos no hablan de lo que pensaba el pueblo acerca de lo que estaba sucediendo o podía suceder, o de lo que alguno quería que pensara que sucedía. Los he empleado gustosamente y los he citado individualmente cuantas veces lo he creído necesario.
Con el mismo espíritu he usado otras octavillas, noticias y panfletos políticos, cuantas veces pude encontrarlos, y los cronistas de la época y los protohistoriadores, especialmente William Camden, Anuales... regnante Elizabetha, ed. Hearne, 3 vols. (1717); L. Cabrera de Córdoba, Felipe II, Rey de España (1877); A. de Herrera, Historia General (1602); B. Porreño, Dichos y Hechos del Señor Rey Don Felipe II (Cuenca, 1628); E. Van Meteren, Historie des Pays Bas (La Haya, 1618); C. Coloma, Las Guerras de los Estados Baxos (1625); F. Strada, De bello Bélgico (1647); J. A. de Thou, Histoire Universelle (Basilea, 1742).
AUTORIDADES MODERNAS
El relato de la campaña de la Armada en el Vol. II de Drake and the Tudor Navy (1899), de sir Julián Corbett, ha quedado como una pieza clásica de la historia naval, incluso a pesar de que gran parte sólo puede ser aceptada con graves reservas. Corbett confió demasiado en la Segunda Narración de Ubaldini (B. M. Reg. 14, A, Xi en italiano; recientemente se ha editado una traducción de G. P. B. Naish, en The Naval Miscellany, IV) y trata de resolver todas las dificultades de interpretación, suponiendo que Drake habría actuado como si fuese una combinación de Horacio Nelson y de A. T. Mahan. El capítulo de J. A. Williamson sobre la Armada en The Age of Drake (Nueva York, 1938) proporciona una adecuada corrección al de Corbett, y desde entonces el artículo «Los cañones de la Armada, de Michael Lewis, en The Mariner’s Mirror, XXVIII (1942), XXIX (1943), ha arrojado nueva luz sobre las tácticas de ambas flotas. Los más recientes tratados relativos a la primera fase de la guerra naval anglo-española que he podido encontrar son: The Elizabethan Navy and the Armada Campaing» de D. W. Waters, en The Mariner’s Mirror, XXXV (1949), que hace buen uso de los efectos de las mareas; The expansion of Elizabethan England (Londres, 1955), de A. L. Rowse, y The Enterprise of England (Londres, 1958) de Thomas Woodrooffe.
En general, la ausencia en las notas que siguen de referencias sobre las obras más corrientes, tales como The Reign of Queen Elizabeth, de J. B. Black, o de los estudios sobre Isabel de A. L. Rowse no significa que no las haya empleado, sino que he supuesto que cualquiera que se interese en las notas estará familiarizado con ellas, y que consideré innecesario documentar sobre hechos fácilmente verificables en cualquier historia.
Algunas deudas, sin embargo, son demasiado importantes, para ser silenciadas. Todos los estudiantes de la historia naval del tiempo de los Tudor deben mucho a la obra de J. A. Williamson. En particular, sus estudios sobre la carrera de John Hawkins, que culminan en Hawkins of Plymouth (Nueva York, 1949), han sido muy útiles para este libro.
De manera semejante, me he dirigido a Mr. Secretary Walsingham, de Conyers Read, 3 vols. (Cambridge, Mass., 1925) y siempre con gran provecho e ilustración. Siento que el segundo volumen de su biografía de Cecil no apareciera a tiempo de ser empleado por mí.
Alexandre Farnese, 5 vols. (Bruselas, 1937), de Leon Van der Essen, me proporcionó toda la previa documentación sobre la campaña de Holanda del duque de Parma, y aunque no lo ha seguido ciegamente, nunca me he apartado de él sin vacilación.
Comencé el estudio de las cartas y documentos del gobierno de Felipe II, primeramente bajo la dirección de R. B. Merriman, mientras se encontraba todavía trabajando en su Philip the Prudent (Nueva York, 1934). Mi opinión sobre el carácter de este complejo monarca, aunque no la misma de mi maestro, fue ciertamente influida, no solamente por los escritos publicados por Roger Merriman, sino también por su correspondencia y por sus conversaciones de más de veinte años.
Mayormente, y como la mayor parte de los estudiantes de la historia de los Tudor durante el pasado cuarto de siglo, mis ideas sobre Isabel I, su carácter, técnicas y política, han sido profundamente influidas por sir John Neale, por su biografía de la reina, por sus tres magníficos volúmenes sobre sus discursos y por sus particulares estudios de sus finanzas y diplomacia, y por su personal parecer. Valga este reconocimiento general, para suplir las anotaciones específicas que deberían aparecer entre las notas a cada capítulo en que el nombre de la reina se menciona.
CAPÍTULO I
Hay un extenso número de relatos de la ejecución de María, reina de Escocia, que tienen alguna pretensión de verosimilitud, pero salvo el reportaje oficial firmado por Shrewsbury y sus asociados (Bod. Ashmole 830 fol. 18) y el Journal de Bourgoing impreso en Marie Stuart (1876) de R. Chantelauze, su procedencia y autenticidad y su relación mutua junto con los dos informes impresos más antiguos, Mariae Stuartae... supplicium et mors (Colonia, 1587) y La Mort de la Royne d’Ecosse, n. p., n. d. (París? 1587?) véase Jebb, De Vita.. Mariae, vol. II, Londres, 1925), plantean serios problemas. Además del informe oficial y del de Bourgoing parece haber por lo menos cuatro testigos oculares, que si bien concuerdan en muchos detalles, difieren en otros. Algunos informes existentes dependen únicamente de una sola fuente, mientras otros proceden de una mezcla de varias de ellas. Por ej. Bod. Ashmole 830 fol. 13, Tanner 78; B. M. Landsdowne 51 fol. 46, Yelverton 31 fol. 545; Aff. Et. Corresp. pol. Angleterre, XXII, fol. 471 (Châteauneuf), XX fol 454 (Bellièvre) (ambos impresos en Teulet, Relations, IV); Bib. Nat. MSS. Fds. Fr. 15890, fol. 27; Vat. Francia 21 Cf. Ellis, Orig. Letters, 2nd ser. III, 113 y M. M. Maxwell-Scott, The Tragedy of Fotheringhay, Apéndices. Podría decirse que dos de los testigos eran, por simpatía, protestantes, y los otros dos católicos, pero los pequeños detalles visuales en que difieren no parecen relacionarse con sus simpatías personales. Por ejemplo, el color de la ropa interior de María, se describe en varias ocasiones como «carmesí», «púrpura» y «un corpiño negro y enaguas marrones», algunas veces con «cintas escarlatas» y otras sin ellas. Sin duda la luz en el gran hall era mala, pero el último testigo debía ser ciego al color. He optado por el carmesí, no tanto porque se encuentra en los MSS más antiguos, más que ningún otro, sino porque si María tenía ropa interior carmesí (y sabemos que la tenía), creo que se la habría puesto.
CAPÍTULO II
Châteauneuf y Bellièvre, como en el anterior. Mendoza a Felipe, 28 feb. 1587 (Sim); Fugger news Letters y véase Nota general anterior.
CAPÍTULO III
Como más arriba. También Calendar of State Papers, Scotland, IX, 1586-1588 (1915); The Warrender Papers, I (1931); King Jame’s Secret, (1927); de R. S. Rait y A. I. Cameron; Bagot Papers (HMSSC, IV); N. H. Nicolás, Life of William Davison (1823), especialmente los apéndices.
CAPÍTULO IV
Correspondencia de Mendoza, 1584-1587, en Simancas; la disertación inédita de De Lamar Jensen, «Bernardino de Mendoza, and the League» (Universidad de Columbia, 1957); Journal d’un curé liguer, ed. Barthelemy (París, 1866); Dolfin al Senado, 13 marzo, 1587 (Ven.); correspondencia de Stafford, en Cal. State Papers, Foreign, Eliz. Journal du Régne de Henri III, de P. de l’Estoile, ed. L. R. Lefévre (1945); La Grande-Bretagne devant l’opinion franfaise (1927), de G. Ascoli.
CAPÍTULO V
Mendoza a Parma, 28 feb. 1587 (Sim.); Alexandre Farnese, de L. Van der Essen; correspondencia del duque de Parma, 1548-1587 (Sim.) especialmente Parma a Felipe II, 14 feb. 1587 y 22 marzo 1587. C. S. P. F. (Holanda y Flandes, 1586-1587).
CAPÍTULO VI
Mendoza a Olivares, 28 feb. 1587; Olivares a Felipe II, 25 y 30 de marzo 1587, y William Allen a Felipe II, 25 de marzo, todos en Simancas y fechadas (registradas) en Cal. Span., IV. La colección completa de la correspondencia de Olivares (Sim., Estado, Roma 950), muy inadecuadamente registrada, es de gran valor para lo referente a los exiliados ingleses y para otros muchos aspectos políticos de la empresa.
Para los exiliados católicos ingleses, Englan and the Catholic Church under Elizabeth (Londres, 1916), de A. O. Meyer, es todavía indispensable. También, aunque no tan satisfactoria, Les refugies anglais dans le pays bas (Lovaina, 1914), de Robert Lechat. Muchas, aunque no todas las cartas de William Allen, han sido publicadas en Letters and Memorials of William Allen (1882) con una introducción biográfica de T. F. Knos. Respecto a Parsons, The Memoires of Father Robert Parsons, de J. H. Pollen en Cath. Rec. Soc. Mise., II (1905) y IV (1907). Hay una abundante y creciente bibliografía de estudios especiales sobre los católicos ingleses bajo el reinado de Isabel. Además de buscar en ella, fui lo suficientemente afortunado para poder hacer uso de trabajos tan inéditos como, Spain and the English Catholic Exiles, del reverendo Albert J. Loomie, S. J. (Universidad de Londres), y Robert Parsons, English Jesuit, de John Edward Parish (Universidad de Columbia).
La Folger Shakespeare Library en Washington, D. C., tiene un buen surtido de cartas, que antiguamente se hallaban en la colección de sir Thomas Phillipps y que estuvieron, según parece, en la embajada española en Roma, todas relativas a los negocios de los exiliados católicos ingleses. Muchos de estos documentos son difíciles de encontrar ahora, ya sea en Roma o en Simancas y la edición privada de Phillipps, De conquestu angliae per Hispanos (Middlehill, 1869) contiene solamente las más inteligibles. La utopía de Allen sobre el levantamiento de los católicos ingleses, parafrasea simplemente su carta (¿de sept. 1585?) al Papa Sixto V en Folger Mss. G. b. 5. Véase mi artículo en Aspects de la propagande religieuse (Travaux d’Humanisme et Renaissance, XXVIII, Ginebra, 1957) pp. 325-339.
Estoy agradecido a la hermana Josefa Damián, del Colegio de San José, Brooklyn, N. Y., por sus detalles sobre el Colegio Inglés en Roma y sus edificios adyacentes.
CAPÍTULO VII
Mendoza a Felipe II, 28 feb. 1587 (Sim.). También en Simancas, fechadas el 31 marzo, 1 abril, y 2 abril, en la secciones Estado (Francia, Flandes, Roma, Estados Pequeños de Italia, Guerra Antigua, Mar y Tierra...), el repentino tropel de órdenes, algunas publicadas en Hume, Fernández Duro y Herrera Oria. Felipe II, Hombre de Estado, de R. Altamira (Méjico, 1950), está bien documentado y presenta una útil bibliografía. Para El Escorial, Fundación... de Escorial (Madrid, 1927), de José de Sigüenza; Felipe II y la villa de Escorial (Madrid, 1934), de Lorenzo Niño Azcona; Philippe II a l'Escorial (París, 1929), de Louis Bertrand.
CAPÍTULO VIII
Para este y los próximos tres capítulos, la mayoría de los documentos ingleses se encuentran en The Spanish War, ed. J. S. Corbett (Navy Rec. Soc., 1897), y la narración clásica, con las oportunas correcciones, en Drake and the Tudor Navy, de Corbett. Hay muchas biografías de Drake. Entre las más recientes, me gustó la de A. E. W. Mason. Para escribir acerca de Drake, la dificultad estriba en separar al hombre de la leyenda.
CAPÍTULO IX
Para la versión inglesa de la incursión en Cádiz, como más arriba y además News out of the coast of Spain (Londres, 1587); «A briefe relation of... Drake... in the Road oí Cadiz», en Voyages IV, de R. Hakluyt; y la narración de Robert Leng en Camden Misc., V (1863).
Para la versión española, los documentos impresos por Fernández Duro y el duque de Maura se complementa con el informe de Novara a Sixto V (Vat. Spagna, 34) y un legajo de documentos enviados por el embajador Alamanni a su señor el gran duque de Toscana. (Flor. Arch. Med. 4919 fols. 313-333). Además de una relación y una lista de las pérdidas españolas, muy parecida a las de Fernández Duro, hay una Copy of a letter written by the chamberlain of the bishop of Cadiz, 1 may, 1587 (Español), 3 pp., y Relatione sopra le cose de Drac (Italiano), 5 pp. anónima y casi independiente de cualquier otra narración, escrita, a no dudarlo, por un testigo ocular, probablemente el cónsul florentino.
El documento más revelador, sin embargo, es el mapa de operaciones de Cádiz, de William Borough, que se encuentra en la Public Record Office (S. P. 12 Eliz. 202 fol. 20) pero que debería ser estudiado en su formato original de 17 1/2 x 13 1/2 pulgadas. La reproducción que existe en la obra de Corbett Drake II es casi inútil. Es concluyente, entre otras cosas, acerca del número de galeras y concuerda exactamente con las narraciones de Cádiz. Teóricamente, las galeras podían cargar, como barcos de vanguardia, culebrinas de gran tamaño (de 18 a 24 libras) y ciertamente así se hacía en las galeras de guerra mediterráneas del siglo XVIII, pero no he podido hallar datos de nada superior a una media culebrina (9 libras) en ninguna galera de Felipe II, y los sakers (6 libras) eran mucho más corriente. Presumo que éstos serían los que armaban las galeras de Acuña. Parece una presunción suficientemente razonable.
Como anteriormente. De nuevo, cartas-noticias adicionales en los archivos florentinos.
CAPÍTULO XI
Como más arriba, mayormente The Spanish War, de Corbett.
CAPÍTULO XII
Van der Essen, Farnese, y las referencias allí citadas, especialmente Strada y C. S. P. F. XXXI. Entre la correspondencia del duque de Parma en Simancas, hay un reportaje anónimo y sin fecha sobre «Juan Visaguerde, flamenco», clasificado a finales de junio de 1591, que por lo que se desprende del texto, probablemente pertenece a esta fecha. Las cartas de Parma de julio, 1587, contienen detalles militares, lo mismo que el informe del coronel Groenevelt, «De ce qui s’est passé durant le siége de l‘Ecluse» en Yelverton MSS, XIV fol. 502 ff. Las cartas de Roger Williams están en la Public Record Office, muy completas en C. S. P. F. XXXI.
CAPÍTULO XIII
Para el aspecto político, véanse notas al cap. IV y añádase Les Guises, les Valois, et Philippe II, 2 vols. (1866), de Joseph de Croce; La Ligue et les Papes (1886), del conde Henri de L’Epinois; Histoire de la Ligue (1898), de V. de Chalambert; A History of the League (Glasgow, 1929), de M. Wilkinson; A. Farnese, III, 236 ff. de Van der Essen; Mendoza (ut. sup.), de Jensen, arroja nueva luz sobre el Tratado de Joinville.
Para la batalla, Memoires (1688), de Frangois Racine, Sgnr. de Villegomblain en el vol. II «Voyage de M. le duc de Joyeuse... 1587»; Histoire Universelle, Bk. xi de Agrippa d’Aubigné; Memoire, Bk. II, de Sully. Los tres son testigos oculares, Villegomblain en lo que se refiere a la caballería de Lavardin, d’Aubigné estuvo cerca de Enrique de Navarra, y Sully con los cañones, y, como ocurre siempre, debido al lapso de tiempo, difícilmente concordantes. De Thou, Bk, xxxvii, Pére Matthieu, Bk. viii y du Plessis Mornay, Bk. i, tienen algunos informes contemporáneos, más o menos valiosos. Una buena narración moderna en History of the Art of War in the Sixteenth Century (Nueva York, 1937), de sir Charles Ornan, y Henry IV (1928), de Pierre de Vaissiére.
CAPÍTULO XIV
Como en los anteriores. Además, para la campaña de los reiters las fuentes diplomáticas son de gran utilidad, especialmente Stafford en C. S. P. F.; Cavriana en Negociations, IV, de Canestrini, Mocenigo (Ven), Morosini (Vat. Francia, 20), y por supuesto, Mendoza. Guerra Civile de Francia de Davila (Bk. viii) da un informe claro y casi contemporáneo de la campaña. Louis Maimbourg, Histoire de la Ligue (París, 1686) trabaja sobre documentos imposibles ya de obtener, y es sugestivo y digno de confianza, al mismo tiempo.
CAPÍTULO XV
Shakespeare’s Sonnets Dated (Nueva York, 1948), de Leslie Hotson, posee un buen sumario acerca del impacto de la profecía de Regiomontanus en Inglaterra. La más extensa discusión contemporánea de la de Harvey en Discoursive Problem.
Para España, además de Fernández Duro, I, passim, Novara 11 de diciembre 1587, y 8 de enero 1588 (Vat. Spagna, 33) y Canciano al duque de Mantua, 17 de enero 1588 (Mant, Esterni, 601).
Roma: La profecía «Merlin» en Vat. Francia, 20 fol. 379.
Praga: San Clemente a Felipe II, oct. 1587-feb. 1588, passim. Carta de Alemania al cardenal Montalto, Vat. Germania, 108, 109 y arzobispo de Bari, III.
París: Correspondencia diplomática de Mendoza, Stafford, Cavriana y Morosini. También L’Estoile, Pasquier, De Thou y Curé Liguer.
Holanda: Corte Prophetie van tgene mt Jaer MDLXXXVIII dragen ende gesekieden. Amsterdam, Cornelis Claeszoon, n. d.; Praedictis Astrológica: Die Grote Prognostication... van dat wonderlyjke yaer... 1588, Amsterdam, A. Barent (1587); Een wonderlycke nieu profecije op dit wonderlyck Schuckeljaer... 1588 (N. p.), los tres en la colección Knüttel.
Inglaterra: W. Gray, An almanacke and a prognostication for Dorchester, 1588 (STC, 451); Thos, Tymme, A preparation against the prognosticated dangers of 1588 (STC, 24420).
CAPÍTULO XVI
The Defeat of the Spanish Armada, 2 vols. (Navy Record Soc., 1894), por J. K. Laughton, empieza en 21 de diciembre de 1587 e imprime la mayoría de documentos navales de la guerra en el mar. Otras fuentes, como anteriormente, especialmente Van der Essen, en Farnese y C. S. P. F.
CAPÍTULO XVII
Para este período, Herrera Oria y el duque de Maura en El Designio son suplementos valiosos a Fernández Duro. Hay todavía algunas cartas inéditas y otros relevantes documentos en Simancas (véase Guerra Antigua, 197, 199), especialmente acerca de ordenación y suministros.
La historia del San Francesco en Flor. Arch. Med., 4918, Alamanni al gran duque y 5042, el gran duque a Alamanni y a Felipe II. También en 4918, algunas luces sobre la situación en Lisboa, la mayor parte procedentes, al parecer, del capitán Bartoli. Las condiciones en Lisboa, con mucho más detalle en Vat. Spagna, 34, 38, y especialmente Mon. Mutio Buongiovanni al cardenal Montalto, desde Lisboa, enero a mayo, 1588, en Spagna, 36.
C. Ibáñez de Ibero, Santa Cruz: Primer Marino de España (Madrid, 1946) complemento a A. de Altolaguirre, Don Alonso de Bazán (Madrid, 1888).
Los documentos que he podido consultar corroboran ampliamente la hipótesis del profesor Michael Lewis de que los oficiales jefes de la Armada estaban tratando de incrementar el armamento de sus barcos en el invierno de 1587-1588, pero presentan ciertas dudas sobre si tuvieron el éxito que las ingenuas suposiciones del comandante Walter sugieren (Marine's Mirror, XXXV, 126 ff.). Con todo, creo que La felicísima Armada (véase nota sobre el Cap. XX) representa con áspera aproximación el número de cañones colocados hacia finales de abril. Después de todo está basado en un informe oficial. No hay pruebas de que se le añadiera algo posteriormente. Quizás algunos pocos fuesen tomados en préstamo de las baterías costeras de La Coruña, pero esto parece improbable. Creo que la suposición del profesor Lewis de que la Armada tenía más cañones del tipo pesado y de corto alcance (cannon y perrier) que los ingleses, y muchos menos de largo alcance, culebrinas sin duda, es casi totalmente correcta, pero tengo mis dudas acerca del número total de culebrinas que asigna a la flota española (MM, xxix, Tabla 12 frente a la pág. 104), y me encuentro inclinado a pensar que el armamento definitivo, cualquiera que fuese, dependió más de los cañones que se pudieron obtener que no de ninguna intriga política.
CAPÍTULO XVIII
Correspondencia de Mendoza (Sim.). También Ven. Amb. Francia, 1588; Jensen, Mendoza; Nicolás Poulain, «Historie de la Ligue», en Archives curieuses de l'historie de France, de Cimber y Danou, primer ser. XI (1836), 289-323; Canestrini, Negociations; C. S. P. F. y Vat. Francia, 1584-1588, passim. Véase también más arriba capítulos IV, XIII y XIV.
CAPÍTULO XIX
Como para el XVIII, especialmente la narración de Mendoza de 9-13 de mayo (Simancas, Estado, K. 1568, fol. 31) y BU. Nat. MSS français, 15909. Además, las acostumbradas narraciones impresas, del «Día de las Barricadas», especialmente L’Estoile, Journal y Archives Curieuses (ut. up) XI, 324-448. Como se podía esperar, las narraciones contemporáneas no concuerdan siempre, y me vi obligado a resolver las contradicciones lo mejor que pude. En la mayoría, he tratado de seguir al narrador mejor situado para la observación, especialmente cuando no hay ningún motivo aparente de tergiversación voluntaria. Por ej., para los acontecimientos dentro de la esfera del mayordomo de la reina madre, doctor Cavriana (en Canestrini, IV) y A. C. Davila Guerra Civile de Francia); para las condiciones de las calles particularmente las de los alrededores de la Place de Gréve y de la Rue St. Antoine cir 9 a. M., J.-A. de Thu (Memoires, e Histoire Universelle, bk. xc) porque visitó a Guisa, aproximadamente por este tiempo. Para los sucesos de Place Maubert y de las cercanías de Nôtre Dame, los capitanes de los suizos que allí estaban («Lettres des Capitaines des Suisses á la Reine Mere» en Bib. Nat. MSS français, 15909, fol. 98 ff) y para las circunstancias de la huida de Enrique II de París, Cheverny y Bellièvre, que le acompañaron. La carta de Guisa del 13 de mayo a D’Entragues, está impresa en Memoires de la Ligue, II, 313.
CAPÍTULO XX
Como para el Capítulo XVII, más arriba, en particular Fernández Duro, Herrera Oria y el duque de Maura. Detallado informe oficial del poderío de la Armada en Herrera Oria, pp. 384-435, procedente de la copia impresa (Lisboa, 9 de mayo de 1588, por Antonio Álvarez), en los archivos de Simancas, más detallada que la que se halla en Fernández Duro, reimpresa por Laughton. Este último omite dos pequeñas pinazas de la lista del escuadrón de Oquendo, de manera que sólo hay 128 hombres, aunque da el total correcto de 130 barcos, motivo de equívoco para los historiadores posteriores. Otras ediciones: P. de Paz Salas, La felisissima armada etc. (también Lisboa, Álvarez); Relación verdadera del Armada... juntar en Lisboa... salir... 29 de mayo, Madrid (viuda de Alunzo Gómez, 1588), fuente de muchas de las ediciones subsiguientes. Le vray discours de l'armée, etc. (París, G. Chaudiére, 1588); Warhaftige Zeitung und Beschreibung (Colonia, 1588); Relatione vera dell’armata, etc. (Roma, Vicenzo Accolti, 1588). Die wonderlijcke groote Armada... van Spaengien (Gante, 1588), y también antes, hay un texto independiente, pero cuyo sumario de las fuerzas españolas parece basado en la edición de Madrid ya mencionada.
CAPÍTULO XXI
Principalmente Laughton, con la segunda narración de Ubaldini, cuando es verosímil.
CAPÍTULO XXII
Para este capítulo y el resto de la campaña naval los documentos ingleses más corrientes, son los de Laughton. «Howard’s Relation» I, 1-18, es la única narración continua y estrictamente contemporánea. Es incompleta, pero digna de confianza en todo cuanto abarca. También desde el punto de vista español, lo es el Diario de Medina Sidonia, F. D., il, N. 165, complementado por ibid., del capitán Vanegas, N. 185 y fray Bernardo de Góngora en J. P. Lyell, A Commentary (MSS Bod. y Harvard), ambos del barco insignia. F. D. tiene por lo menos otras seis relaciones completas y razonables de otros barcos, además de las cartas describiendo episodios particulares, y H. 0. una séptima. M. Oppenheim publicó otra del Calthorpe MSS (Navy Record Soc, XXIII), y Cal. Span., IV tiene dos más, Calderón, pp. 439-450, y una de las galeazas Zúñiga, 459-462, además de los relatos y cartas-noticia procedentes de España que pueden encontrarse en archivos europeos parecen basados en algunos de los mencionados, lo más frecuentemente en el Diario del duque, o en panfletos contemporáneos (véase más abajo), por ej. París, A ff. Etr. Espagne, 237 fol. 76 ff. En Florencia, sin embargo, hay un legajo de documentos (Flor. Arch. Med., 4919, fol. 477-521), que incluye además de las variantes habituales, dos cartas de Medina Sidonia y una narración independiente en italiano, procedente, al parecer, del San Francesco, barco del gran duque.
Para los movimientos del Santa Ana de Recalde, véase F. D., I, 170-171, II, 229, 371; Cal Span., IV, 425, 431, 457 y 498. Hay otras referencias, no fechadas, en la correspondencia de Mendoza; pero incluso en los documentos publicados es evidente que el Santa Ana, que era el buque insignia del escuadrón de Recalde, estuvo primero en la bahía de La Haya y después en El Havre, y nunca en parte alguna de la batalla. Durante toda la campaña, Recalde estuvo siempre a bordo del San Juan de Portugal, la almiranta general. Además del Santa Ana, el capitán Vanegas, que pasó la revista, dice que «una de las uvas» (sin decir el nombre) faltó a la reunión del viernes y probablemente ya no volvió a unírseles. Pudo haber sido el David, que nunca zarpó de España, o pudo haber sido otro barco de carga cualquiera. Nadie más menciona al culpable, pero desde entonces los oficiales de la Armada trataron de pensar en las urcas tan poco como les fue posible.
La narración de fray Juan Victoria acerca del consejo de guerra, que según él, obtuvo de los capitanes de Oquendo, fue primeramente impresa en Colección de Documentos Inéditos, LXXXI, pág. 179 ff, más tarde, en otro ms., por F. D., II, N. 186. Victoria dice que obtuvo la información de un tal Julián Fernández de la Piedra, uno de los capitanes de Oquendo, no identificado. Como tal personaje, pudo enterarse de lo sucedido en un consejo de guerra, no parece muy claro, y cualquiera que sea la fuente del relato, es absurdo en relación con el suceso, y su informe acerca de los hechos siguientes en las cercanías de Plymouth difiere lo bastante de los demás informes, como para hacer pensar que tal testigo no estuvo jamás a bordo de un barco de la Armada.
Varios embajadores italianos obtuvieron copias de un croquis de la formación en «media luna» de la Armada (Flor. Arch. Med., 4919, fol 349); Novara a Montalto, 4 de junio de 1588 (Vat. Spagna, 38). Canciano al duque (Arch. di Stato, Mantova, Esterni, 601). Uno de estos debió ser la base del Discorso sopra l’ordinanza dell’armata católica, de Filippo Pigafetta (Roma, 1588), véase Corbett, II, 22 off. La descripción de Pigafetta, más bien pedante, es más elaborada y tiene menos utilidad que los croquis, pero aparece claro en las narraciones españolas, tanto como en las referencias inglesas, que la Armada se movió normalmente, en una especie de formación en forma de media luna creciente, no de la forma que aparece en los mapas de Adams, sino con los cuernos proyectados muy hacia la retaguardia.
CAPÍTULO XXIII
Don Alonso Martínez de Leiva, capitán general de la Caballería de Milán, aparece en la lista impresa del orden de batalla simplemente como un caballero voluntario. Navegó en el Rata Santa María Encoronada, uno de los barcos del escuadrón de Levante, mandado por Martín de Bertendona. Pero su distinguida ascendencia y su carrera militar le dieron desde el primer momento un lugar preeminente en los consejos de guerra de la Armada, semejante al de los comandantes de escuadrón. Parece ser que el duque le puso al mando de la vanguardia en el avance hacia Plymouth y desde entonces el escuadrón de Levante parece haberse conformado a sus movimientos, y las narraciones hablan frecuentemente como si él lo hubiese mandado.
Acerca de la pérdida del Nuestra Señora del Rosario hay dos versiones contradictorias, una de ellas se encuentra en el Diario del duque, corroborada y ampliada en sus detalles por tres testigos a bordo del buque insignia, Vanegas, Miranda y Góngora, y apoyada por todas las demás narraciones que mencionan el incidente. La otra es la del mismo don Pedro de Valdés (Laughton, II, 133-136), que ganó considerable popularidad en España, porque las cartas de don Pedro fueron recibidas allí mucho antes del regreso de la Armada (cf. F. D. II, 427-428, 445, 448) y que fue sostenida por algunos de los que sirvieron en la Armada a su retorno (H. O., p. 352). He seguido la primera, menos por el paso del testimonio a su favor que por las discrepancias de la versión de don Pedro.
Don Pedro dice que chocó con un barco vizcaíno cuando iba a rescatar a Recalde. Ninguna otra narración asoció a don Pedro con el rescate de Recalde. Todos dicen que chocó con el Santa Catalina, de su propio escuadrón, varias horas después del rescate de Recalde. Ningún barco del escuadrón andaluz estuvo cerca de Recalde durante la batalla.
Don Pedro dice que el duque no puso atención al peligro en que se encontraba. Pero en la frase siguiente indica que el galeón del duque se halló cerca de él durante algún tiempo y que por dos veces se puso en contacto con él.
Don Pedro insinúa claramente que el duque no sólo rehusó ayudarle con el San Martín, sino incluso ordenar que le prestara ayuda cualquier otro barco de la flota. Pero los oficiales del Margaret and John, cuando llegaron donde se encontraba, un poco más tarde, vieron una galeaza, un galeón y por lo menos una pinaza, manteniéndose junto a sus bordas, tratando de remolcarle, y son testigos imparciales de esta parte del relato del duque. Hay algún otro punto oscuro en la versión de don Pedro, el fragmento acerca del palo mayor, por ejemplo, y de la manera como el Rosario fue defendido durante «toda la noche» contra los ataques de numerosos enemigos, pero lo que es más claro es su animosidad hacia el duque. A menos que don Pedro previera, tal como ocurrió, que cualquier cargo que hiciera contra el duque recaería contra su primo y enemigo, Diego Flores.
CAPÍTULO XXIV
Principalmente Laughton y Fernández Duro. Véase también J. A. Williamson, The Age of Drake, pág. 325.
CAPÍTULO XXV
La acción del miércoles en F. D. II, 235, 249, 258, 268, 275, 334-386. No es lógico suponer que Howard la silenció porque estaba celoso de Drake. En el ala izquierda española, opuesta a Howard, observadores que mencionan la batalla no hablan más que de «una andanada a larga distancia». Howard pudo haber olvidado el asunto. No parece haber estado tan bien informado de las acciones de sus subordinados, como Medina Sidonia, probablemente a causa de una disciplina más relajada.
La reconstrucción que hizo Corbett de la batalla en las cercanías de la isla de Wight, Drake and the Tudor Navy II, 232-242, me parece convincente.
CAPÍTULO XXVI
Para las actividades navales holandesas, los documentos ingleses en Laughton y C. S. P. F. fueron comparados con relevantes documentos, procedentes de los archivos holandeses. Especialmente Rijksarchief, La Haya, Admiraliteitsarchief: Resolutién admiraliteit Zeeland, Port. 2447 (1548-1590); Admiraliteits-colleges, Inkomende brieven admiraliteit Zeeland, Port, 2667 (1587). Rijkasarchief in Zeeland te Middelburg: Ingekomen stukken, Port 1201 (1587) y Port 1202 (1588); Register van Acten en brieven, Port. 1625 (1586-1588). A despecho de algunas lagunas debidas a los estragos del tiempo, los informes de los almirantazgos dan una visión muy completa del poderío naval holandés y de sus movimientos, 1587-1588, y arrojan alguna luz con respecto a las intenciones de Justino de Nassau. Ortel, desde Londres informó a los comisionados zeelaneses del mal efecto que el malentendido sobre el bloqueo de Dunquerque había causado en la opinión pública inglesa (Port 1202, 22 agosto 1588), pero por entonces era ya demasiado tarde. Estos papeles contienen también inteligentes informes sobre las fuerzas de Parma y noticias muy detalladas sobre los movimientos de la Armada. Véase también J. B. Van Overeem, «Justinus Van Nassau en de Armada» (1588) en Marineblad, LVI, 821-831 (oct. 1938).
Para las actividades de Parma, principalmente Van der Essen, confrontado con los informes de los mensajeros de Medina Sidonia, en Fernández Duro y Herrera Oria, con algunos detalles adicionales en Middelburg Ad., Port. 1202 (véase más arriba) corroborados por Cabrera de Córdoba y Coloma, ambos testigos dignos de crédito.
Para los barcos de fuego, además de las fuentes publicadas, «Una carta sobre l’Armada, enviada al Cardenal de Sevilla» (no relatada a HMC Salisbury MSS, III, 351), Flor. Arch. Med. 4919 fol. 487 y «Relazione... de Cales», ibid, fol. 532-33. Ambos anónimos. También Gourdan a Bellièvre, 10 agosto de 1588, con una carta-noticia anónima de Calais. Bib. Nat. MSS. fran. 15809, fol. III; también correspondencia de Mendoza (Sim.) y de Morosini (Vat.).
CAPÍTULO XXVII
Como el anterior, principalmente Laughton y Fernández Duro, complementados por los informes del almirantazgo holandés, como en las notas al cap. XXVI.
CAPÍTULO XXVIII
Como más arriba, además, los cuatro informes del San Martín.
CAPÍTULO XXIX
Los marinos, principalmente en Laughton; Los hombres de tierra en P. R. O. State Papers, CCXIII y CCXIV, tal como están fechados en C. S. P., Dom. II. Algunos de ellos impresos totalmente por Laughton o por John Bruce, Report on the arrangements... for defence (1798). La Morgan Library (Nueva York) y la Folger Shakespeare Library tienen documentos inéditos de interés correspondientes a agosto, 1588. También para los recusantes, Folger M. S. G. a. I., «The advice of lord Grey».
Para Tilbury «Richard Leigh», The copie of a letter...; Thomas Deloney, «The Queen... at Tilburie» en Edward Arber, An English Garland, VII; James Aske, Elizabetha Triumphans (Londres, 1588); véase Miller Christy «Queen Elizabeth’s visit to Tilbury», en E. H. R. XXXIV (1919), 43-61; Nichols, Progresses II, 536 ff. contiene el poema de Aske. También Ubaldini, y Copije van een Brief uit Engelandt vane groote Victorie die Godt almachtich de Conuncklijcke Majestat ven Enghelant vorleent heeft (Delft, 1588, 36 pp.); más largo y parte independiente, que The copie of a letter, no hay relación entre Cort verhael de Midleburg y el examen de don Diego Pimentel. Este panfleto y los informes mandados por Morosini y Mendoza me hicieron suponer que por lo menos una o quizá varias carta-noticias sobre la visita de la reina a Tilbury, circulaban por el continente antes del 15 de septiembre (N. S.). Como de costumbre, existen discrepancias, que han tenido que ser resueltas de un modo más bien arbitrario. Aske pudo ser, como se supone Miller, un testigo ocular, pero también era un poeta, y no estoy dispuesto a seguirle ciegamente.
Una imagen del corcel de Tilbury, sin jinete, se halla reproducida en el vol. II del valioso Elizabethan England, de E. M. Tenison.
Para la autenticidad del discurso de la reina en Tilbury, J. E. Neale, Essays in Elizabethan History (Londres, 1958) pp. 104-106.
CAPÍTULO XXX
Informes diplomáticos, como más arriba, además de Flor. Arch. Med., 4344, cartas de Praga.
Copie d’une lettre envoyée de Dieppe ([¿Rouen?] le Goux 1588). Otra edición (París: Chaudiére, 1588). Les regrets de la Royne d’Angleterre sur la defaitte de son armée nóvale [verso] (Roune, 1588). Relación de lo que hasta hoy a los 5 de septiembre de 1588... se ha sabido... de la Felice Armada. Una cara (n. p. [Madrid] copia en la Real Acad. de Hist., Madrid (cf. F. D., N. 166, 172); Relación de lo sucedido a la Armada... 13 de agosto (Sevilla: Cosme de Lara, n. d.) 4 pp. Otra edición con una balada (véase F. D.). Numerosas versiones en francés, italiano y alemán, incluyendo: Warhafte Relation Uberschalag und Inhalt, etc. (Nuremberg, 1588). Reimpreso con noticias adicionales en el resumen de 13 de agosto en F. D. 166. También, Spanischen Armada oder Kriegrüstung warhafte Relation (Colonia, Gottfried von Kempen [¿sept.?] 1588). Reimpresión, como más arriba, de la traducción de Etzinger, en la edición de Lisboa, con informes de ambos bandos hasta el 22 de agosto, con referencias a una carta de Amberes y un sumario indicando una probable victoria española. No basado en Mendoza.
Gewisse und warhaftige Zeitung von der Engelendischen und Spanischen Armada. (Amsterdam, 20 agosto 1588). Las hazañas de Drake en el Canal, en Calais y en el mar del Norte. En parte real, en parte imaginaria. Influyó en otros panfletos.
Discours veritable de ce qui s’est pasé entre les deux armées... depuis 29 juillet 1588 jusques à 11 aout ([¿París?] n. p. 1588). Cf. Morosini, 17 agosto en Vat. Francia, XXXVII.
Indudablemente, de la misma prensa: La copie d’une lettre... á Don Bemardin de Mendoza ([n. p.] 1588). Versión inglesa: The copie of a letter... found in the chamber of Richard Leigh (Londres: I. Vautrollier para R. Field, 1588). Traducción italiana, Londres: J. Wolfe, holandés, Amsterdam: Cornelis Claeszoon, oct. 1588).
Certain advertissements out of Ireland (Londres: R. Field, 1588) frecuentemente, tanto en francés como en inglés, impresos juntamente con The copie of a letter.
A Pack of Spanish Lyes (Londres, 1588). También en Harleian Mise., II
Como en el anterior, fuentes impresas y procedentes de archivos. Para el episodio de Irlanda, además de los documentos fechados en Cal. State Papers Ireland, IV y los impresos por Laughton, considero «The wrecks ot the Spanish
CAPÍTULO XXXI
«Armada on the Coast of Ireland», de William Spotswood Green en The Geographical Journal, XXVII (1906), 429-451, una guía muy útil y Elizabeth’s Irish Wars, pp. 160 ff. de Cyril Fall, un sumario muy aprovechable.
Las pérdidas de la Armada en su campaña se consideran normalmente 65 barcos de 130 ó 64 de 128. Ciertamente fueron menos. El asunto completo, viene oscurecido por una aritmética defectuosa, comenzando por los documentos contemporáneos y las ediciones de La felicissima armada, y aún más embrollado por el hecho de que no sólo algunos barcos llevaban el mismo nombre —hay seis San Juan, además de dos San Juan Bautistas y ocho Concepciones, casi todas pinazas— sino que también alguno es conocido a vecer por un nombre, a veces por otro. En el escuadrón de Recalde, por ejemplo, habían dos Concepciones, ambos grandes barcos, los cuales son conocidos a veces por Concepción Mayor v Menor, y a veces por Concepción de Zubelzu y Concepción de Juanes del Cano. F. D., N. 180, informa que ambos, Mayor y Menor, regresaron (II, 329). En el N. 181, en la página siguiente, los Concepciones de Zubelzu y de Juanes del Cano son considerados como perdidos.
El documento N. 181 en el que Fernández Duro basó su cálculo sobre las pérdidas de la Armada constituye por sí solo una gran fuente de confusiones. Debió ser preparado por alguien con falsa información y probablemente en una fecha anterior a la del N. 180, desde el momento que cosidera como «perdidos» siete barcos, y termina: «Perdidos 41 barcos, 20 pinazas (patajes), 3 galeazas, y una galera, total 65», aunque en la lista hay sólo 63 nombres. En su introducción (vol. I, 140) Fernández Duro adopta este cálculo simplemente deduciendo dos barcos, cuya pérdida se supone ocurrida después de alcanzar puerto (uno hundido, otro quemado). Esto le da un total de 63 perdidos, 35 de ellos «de suerte desconocida», que Laughton estima «una cifra tan aproximada como era posible calcular».
Todos parecen aceptar esta cuenta, aun cuando se puede hacer un cálculo mucho más aproximado simplemente sustrayendo los barcos inscritos en el N. 180, que se sabe alcanzaron puerto, de la fuerza conocida que la Armada poseía al abandonar Lisboa. Otros documentos impresos por Fernández Duro, Herrera Oria y Hume (Cal. Span., IV) sugieren más deducciones.
Una lista más correcta sería la de 10 de octubre.
Tres galeazas, una varada en Calais, salvados los cañones, una estrellada contra la costa irlandesa y una en reparación en El Havre, que regresó más tarde sin novedad.
Una galera estrellada en Bayona.
Veinte (F. D. dice veintiséis) galeones y grandes barcos como sigue: uno varado en El Havre, cañones y provisiones rescatados; dos capturados por los ingleses en el Canal; dos por los holandeses en los bancos de arena; cinco hundidos en el mar del Norte, después de Gravelinas, incluyendo tres levantinos. Diez perdidos alrededor de Irlanda, incluyendo cinco levantinos, la sola incertidumbre reside en cúal de ellos y dónde, e incluso aquí sólo son dudosos tres nombres, dos para el mar del Norte y uno para Irlanda
Once urcas (F. D. dice trece, pero una de su lista, la David, fue considerada inútil para el servicio el 13 de julio y ni siquiera zarpó, y otra, El Halcón Mayor, fue capturada en el Canal por los ingleses en enero de 1589 en su viaje de retomo de Hamburgo (Laughton, II, 386).
Así pues, once urcas. De éstas, una hundida en el mar del Norte, por los efectos del fuego de cañón; dos fueron perdidas alrededor de Escocia, isla Fair y Mull, y dos, cuyo nombre es conocido en la costa irlandesa; una en la costa de Devon y una en Bretaña. Quedan cuatro cuya suerte se considera normalmente desconocida y que pudieron estrellarse, todas o una parte de ellas, en la costa irlandesa, o hundirse en alta mar. Por otra parte tal vez regresaron, como el Halcón, aunque no conste en ningún documento. Dos de ellas estaban probablemente en compañía de Juan Gómez de Medina cuando su capitana, El Gran Grifón, se estrelló en la isla de Fair. Toda vez que navegaban hacia el Este, las otras dos, en las que iban los alemanes, pudieron haber alcanzado su patria. Nadie ha realizado una seria investigación con respecto a estos cuatro barcos, pero aunque no se conserve ningún informe, no puede asegurarse que se perdieran.
Veinte pequeñas embarcaciones (zabras y patajes) que zarparon de Lisboa con la Armada no están incluidas en la lista de los llegados entre el 22 de septiembre y el 10 de octubre y así F. D. las considera como «perdidos y de suerte desconocida». Esto es absurdo. Varios, según sabemos, volvieron a España en misión de enlace, varias fueron enviadas a Dunquerque con despachos para el duque de Parma y permanecieron allí; cinco, incluyendo dos que remolcaron los barcos de fuego hacia la costa, estaban todavía en Calais en noviembre, según testimonia Mendoza. Las pinazas iban continuamente de un lado para otro y una vez separadas de su escuadrón y su misión cumplida, fueron pagadas y empleadas en otros trabajos. No hay razón para que muchas de ellas fueren hundidas o desechadas en la campaña de la Armada. Excepto las dos zabras de Portugal, que volvieron, eran demasiado pequeñas para luchar y eran más rápidas y manejables que los barcos más grandes e igualmente marineras. Si reducimos los veinte barcos de F. D. «perdidos y de suerte desconocida» a diez, tendremos todavía un cálculo por encima de la realidad. De manera que, a lo más, se perdieron 31 barcos (no 41), 10 pinazas como máximo (no 20), 2 galeazas (no 3), 1 galera. En total, no más de 44 (no 65), probablemente 5 ó 6 y aún 12 menos
Al hacer este balance debería recordarse el lastimoso estado en que volvieron los barcos. Muchos de ellos tan dañados por el fuego inglés, que eran inútiles para un ulterior servicio.
Los juicios de Howard y Medina Sidonia para este capítulo se apoyan en la autoridad de J. A. Williamson, The Age of Drake, pp. 304-334 passim. La opinión citada de Howard es de T. Woodrooffe, The Enterprise of England. Woodrooffe habla también con justicia de Medina Sidonia.
Hasta la rehabilitación hecha por Williamson, la reputación de Medina Sidonia había sufrido principalmente por causa del primer editor español de los documentos de la Armada, Cesáreo Fernández Duro. Fernández Duro, un editor no del todo satisfactorio, realizó cuando menos una admirable e indispensable compilación y la complementó con un comentario considerado generalmente de gran valor. Pero en sus opiniones sobre el comandante de la Armada repite calumnias sin base alguna, algunas de ellas, de forma bastante pintoresca, de origen inglés, aunque muchas de ellas son refutadas por los propios documentos impresos. El moderno estudiante español tiende también a hacer más justicia a Medina Sidonia. Véase especialmente duque de Maura, El designio de Felipe II, basado en los documentos privados del duque.
Entre los diplomáticos, principalmente el doctor Cavriana, en Canestrini, Negociations, IV, 842-853, (Blois, 24 y 31 de dic.), y Morosini, Vat. Francia, XXXVII, también «Relazione di quel ch’é successo in Bles», en Francia II, fol. 153 ff.). Mendoza es más conciso y vago.
Entre los cronistas y memorialistas, principalmente L’Estoile, D’Aubigné, De Thou, y Palma Cayet, también documentos en Archives Curieuses, XII. Wilkinson da una relación de panfletos contemporáneos sobre el asesinato de Guisa, muchos de ellos en Bib. Nat. y ninguno digno de confianza.
CAPÍTULO XXXIII
Diplomáticos como en el anterior; historiadores como en las notas al cap. VII.
CAPÍTULO XXXIV
Principalmente Nichols, Dasent y documentos fechados en C. S. P., Dom. El más completo y mejor comprobado, aunque de ninguna manera el más digno de confianza es el relato del ataque a Lisboa y el consiguiente progreso de la guerra contra España, de Edward P. Cheyney, England from the defeat of the Armada to the death of Elizabeth, 2 vols. (Londres, 1926).
Véase la anterior nota general.
[Solapa de la cubierta:]
Garrett Mattingly
Historiador estadounidense especializado en historia política y diplomática de la Edad Moderna europea. Desarrolló la mayor parte de su carrera como profesor en la Universidad de Columbia (Nueva York), centro que concede anualmente un premio con su nombre. Ha publicado libros sobre Catalina de Aragón y la diplomacia del Renacimiento y ha estado a cargo de varias ediciones de obras de Maquiavelo.
© de la ilustración de cubierta:
L.A.R.A./The Bridgeman Art Gallery[Contracubierta:]
La Armada Invencible trata un episodio histórico decisivo: la fracasada invasión de Inglaterra dirigida por Felipe II. Este acontecimiento se consideró durante décadas el inicio de la decadencia de la hegemonía hispana, sin embargo esta obra contribuyó a que esta batalla se valorase en su justa medida con menor carga emotiva, mediante la utilización de numerosas fuentes inéditas hasta entonces. Quizá por ello el excesivo celo patriótico del régimen franquista evitó la distribución de su primera edición en castellano en 1961. Este libro lo conforman treinta y cuatro “escenas históricas” que articulan una ágil narración que se ha considerado un verdadero ejemplo de relato ameno sin detrimento del rigor documental. Esta cualidad le valió una mención en los premios Pulitzer.
[1] Garret Mattingly, The Defeat of the Spanish armada, Jonathan Cape, 1959.
[2] Id. Barcelona, Grijalbo, 1961. Introducción de Juan B. Roberts
[3] La Armada Invencible, 2 vols., Madrid, 1884-1885.
[4] E. Herrera Oria, ed., La Armada Invencible, Archivo Histórico Español, vol. 2, Madrid, 1930.
[5] Maura, duque de, El designio de Felipe II y el episodio de la Armada Invencible, Madrid, 1957.
[6] J. K. Laughton, ed., State papers relatingto the defeat of the Spanish Armada, anno 1588, 2 vols., Londres, Navy Records Society, vols. 1 y 2, 1895.
[7] J. S. Corbett, ed., Papers relating to the navy during the Spanish war 1585-1587, Londres, Navy Records Society, vol. 11, 1898.
[8] R. Stenuit, Treasures ot the Armada, Newton Abbot, David & Charles, 1972 y N. Fallon, The Armada in Ireland, Londres, Stanford Maritime, 1978.
[9] M. Lewis, Armada guns: a comparative study ofEnglish and Spanish armament, Londres, Allen & Unwin, 1961 y I. A. A. Thompson, «Spanish Armada guns», The Marineas Mirror, 61, 1975, págs. 355-57.
[10] Bryce Walker, ed., The Seafarers: the Armada, Alexandria, Va., Time-Life Books, 1981.
[11] G. Parker, «If the Armada had landed», History, 61 (1976), págs. 358-368.
[12] Valentín Vázquez de Prada, Lettres Marchandes d’Anvers, 4 vols., París, SEV—PEN, 1960-1961.
[13] I. A. A. Thompson, Guerra y decadencia. Gobierno y administración en la España de los Austrias, Barcelona, Ed. Crítica, 1981, págs. 235 y ss.
[14] G. Parker, Felipe II, Madrid, Alianza Editorial, 1984, pág. 221.
[15] M. Morineau, Incroyables gazettes et fabuleaux métaux. Les rotours des trésors américains d’aprés les gazettes hollandaises (XVI'-XVII’ siécles), Cambridge, 1985, págs. 80-81.
[16] Henri Lapeyre, El comercio exterior de Castilla a través de las aduanas de Felipe II, Valladolid, 1981.
([17]) N. del T.—Alfredo Thayer MAHAN. Almirante norteamericano (1840-1914). Debe su reputación a las obras de carácter histórico, principalmente la titulada «Influencia del poder naval en la Historia», en que defiende documentalmente la supremacía marítima como base del poderío del país.