Capítulo 65

Alex se marcha, y yo salgo al encuentro de la familia de Natalia. Nada más verme, se acercan para agradecerme el trato y la hospitalidad. Le quito importancia, es lo menos que puedo hacer por ellos.

Les acompaño hasta la habitación de Natalia, y como imaginaba, cada vez que uno entra, sale roto de dolor. Su padre incluso, ha sufrido un pequeño mareo. Por su delicado estado de salud, no debería estar aquí… pero entiendo que necesita verla a cualquier precio.

La hora de visita termina. Charlamos durante unos minutos más, y vuelven al hotel. Aquí solo perderán el tiempo. Hasta mañana no les dejarán entrar de nuevo. Les tranquilizo diciéndoles que si hay cambios, les llamaré.

Laura volverá a pasar la noche con ellos. Sabe que su presencia, les hace sentirse mejor, y sobre todo, menos solos.

-Tenemos mucha suerte de que un gran médico como tú, esté tan pendiente de nuestra niña… - Dice su padre agradecido. Saben que voy a estar con ella la mayor parte del tiempo.

-Es necesidad de hacerlo lo que siento, José…

Natalia se ha convertido en alguien muy importante en mi vida, en los últimos meses… - Confieso.

Veo aparecer una tímida sonrisa en sus rostros.

Sé que han entendido lo que he querido decir.

Mis mejillas se colorean, pero no me importa.

Gritaría a los cuatro vientos lo que siento por ella si fuera necesario. Cada día estoy más seguro de mis sentimientos. Nada se va a interponer entre ellos…

Estoy aprendiendo a fuerza de palos. Solo espero que no sea tarde…

***

Y han pasado seis semanas desde lo ocurrido…

Natalia sigue igual, y mi corazón está roto.

Estoy empezando a perder la esperanza… Su familia viene a diario.

Están tan destrozados como yo.

Hago la vida prácticamente en esta habitación…

Mis compañeras se han apiadado de mí, y han metido una pequeña cama para que pueda descansar a su lado. Trabajo durante el día, y vuelvo con ella cuando acaba mi jornada laboral.

No paro de mirar el reloj, esperando ansioso la hora de salida.

Alex me trae todo lo que necesito del hotel, y me informa de como va la investigación. Mario ya no está en el hospital. Se lo llevaron un día después de nuestra visita, a otro más preparado para su lesión. Hay momentos, en los que debo admitir que siento lástima por él, pero después pienso en lo que nos ha hecho, y en su intención de arruinarlos la vida… y rápidamente se me pasa.

Estará varios meses en el nuevo hospital, pero ya no me importa lo que hagan con él. Me doy por satisfecho con el castigo que tiene encima.

La familia de Natalia, también está enterada, y aunque no sea muy ético admitirlo, se sienten tan satisfechos como yo, de saber que no podrá hacer más dañó. El karma ha jugado su papel…

Las personas así, son las que deberían recibir este tipo de desgracias, y no la pobre gente a que tengo que tratar en mi consulta a diario…

Todavía no hemos descubierto quien ha estado ayudándolo, pero confío en que Alex, lo averigüe pronto.

El juicio contra mi padre fue hace unos días. No me presenté… no quería apartarme de Natalia.

Finalmente, envié a un abogado de confianza para que me representara y estoy a la espera de resolución. A Erika no le hizo ninguna gracia y está bastante cabreada. Tuvo una gran pataleta. Quería haber venido conmigo.

La puerta se abre y entran la Doctora Nova y una enfermera. Vienen empujando un carro con un ecógrafo portátil.

-Hola Engel - Dice con media sonrisa - Sin novedad ¿Cierto?.

-Cierto… - Respondo - Aunque ella sabe perfectamente como va todo. Es quien a parte de mí, está tratándola.

-Vamos a hacerle una ecografía. Hay que ver como está el feto… - Me inquieto y lo notan.

Meto la mano en mi bolsillo, y busco acariciar la figurita de Mazinger Z, desde que la encontré en el árbol, la llevo siempre conmigo. Me relaja.

-De acuerdo… - Digo sin mucho entusiasmo.

Entiendo que es necesario.

-Han pasado varias semanas y tenemos que asegurarnos que sigue vivo, no podemos arriesgarnos a una infección si no es así… - Me aparto para dejarles paso, la habitación se ha quedado muy pequeña con la cama extra.

-¿Salgo? - Pregunto. No quiero estorbarles.

-No Engel. Solo ponte al otro lado - Responde Nova - Podemos conectarlo aquí. - Dice mientras lo hace. Me coloco donde me ha indicado, tomo la mano de Natalia y observo.

La Doctora retira las sábanas de su cuerpo y descubre su vientre. Pueden apreciarse las cicatrices en su estómago y alrededores, pero ninguna en su abdomen inferior. Razón por la que el feto no ha resultado dañado. Me fijo bien y compruebo que su barriga ya no es tan plana.

Puede apreciarse algo más abultada. Quizás otra persona, no notaría la diferencia, pero yo conozco demasiado bien su anatomía…

-Vamos allá - Dice la enfermera mientras deja caer un gel transparente sobre ella.

La Doctora Nova, apaga la luz y se sienta a su lado. Coloca el transductor sobre el gel y lo extiende. Estoy realmente nervioso. Siento como aumenta mi frecuencia cardíaca. Aprieto fuertemente la mano de Natalia. Si la pobre estuviera despierta, protestaría. La miro tiernamente y no puedo evitar dejar un beso en su frente. Nadie puede hacerse una idea de cuánto la necesito…

-¿Eres el padre? - Pregunta la enfermera, y siento como mi sangre se hiela.

Mi respiración se agita y las palabras no quieren salir de mi boca.

-Engel… ¿No vas a contestar? - Pregunta Nova mirándome por encima de sus gafas. Hay media sonrisa en su cara. Se lo que pretende.

Trago saliva con dificultad, y comienzo a sentir sudor frio en mi frente. Jamás imaginé que me costaría tanto admitirlo.

-Si… - Digo con temor.

Mi corazón golpea en mis costillas, y mis dedos aprietan con más fuerza la mano a Natalia.

Cuando me doy cuenta, aflojo rápidamente.

El ecógrafo comienza a sonar llamando mi atención. La Doctora lo pasa varias veces por la zona revisando todo.

-¡Ahí está! - Dice emocionada señalando el monitor. - Está ubicado correctamente. ¿Has visto que pequeñito es, Engel? - Me mira.

Puedo ver claramente el embrión en la pantalla.

Está perfectamente colocado dentro del saco gestacional. Mi piel se eriza y un escalofrío recorre mi columna. Respiro profundamente para relajarme. - Es mi hijo… - Me digo, y me sorprendo a mí mismo con ese pensamiento.

Intento borrarle de mi mente, pero no puedo.

Siento algo parecido a emoción dentro de mi pecho.

El rápido latido de un corazón, envuelve la habitación por completo. Retengo el aire en mis pulmones… Algo me está afectando.

-¿Oyes eso, Engel? ¡Es el corazón de tu hijo! - Me mira con una amplia sonrisa - ¡Todavía no ha nacido, y ya es un luchador!.

-Como su madre… - Pienso. Mi piel se eriza de nuevo, esta vez casi al punto de dolerme. Mi corazón late tan rápidamente como el suyo. El sonido de sus pulsaciones, de pronto se convierte en música para mis oídos. - Es posible que se parezca a ella, en vez de a mí…- Me digo para calmarme. Esa idea me gusta.

- Hay posibilidades de que no sea como yo… - Siento un gran nudo en mi garganta y estoy extrañamente emocionado… - Voy a ser padre…

voy a tener un hijo con el amor de mi vida… - Trago saliva con esfuerzo y una lágrima corre sin control por mi mejilla. Intento luchar contra una inexplicable necesidad de llorar, pero pierdo la batalla.

Me acerco la mano de Natalia a mis labios, y la beso repetidas veces.

-Cariño… -Digo a escasos centímetros de ella - Ojalá pudieras oírle. Su corazón está lleno de vida… - Más lágrimas corren por mí cara -

Tengo mucho miedo Natalia. No sé que me está pasando… - Seco mis ojos - No sé como será de adulto… Ni si llegaremos… o llegaré a arrepentirme de tenerle como hijo.

Pero ahora mismo, ese renacuajo escandaloso, acaba de derribar todas mis barreras de un plumazo, y estoy empezando a quererle con todo mi ser… Te necesito más que nunca mi vida, no sé si podré hacerlo solo… - Algo se mueve en la palma de mi mano mientras le hablo.

Miro rápidamente, y lo único que tengo en ella es su mano. Mis ojos se abren de par en par.

-¡Nova! - Grito - ¡Nova! - La Doctora me mira preocupada - ¡Natalia cariño, hazlo otra vez! -Respiro rápidamente.

-¿Qué ocurre? - Dice la Doctora extrañada.

Arruga su frente.

-¡Natalia acaba de mover uno de sus dedos! - Pongo mi mano libre sobre el pecho.

Mi corazón se saldrá de un momento a otro. - ¡Vamos cariño!. Inténtalo otra vez, por favor…

La Doctora Nova se levanta de la silla, y comienza a revisarla. Tras realizarle varias pruebas, me habla de nuevo.

-No hay respuestas, Engel… Debe haber sido algún tipo de reflejo aislado. Lo siento… - Dice apenada.

-Pero… sentí perfectamente como movió su dedo… - Digo confuso mientras miro mi mano.

-No te hagas demasiadas ilusiones. A veces vemos cosas donde no las hay, por las ganas que tenemos de que ocurran… - Recogen sus cosas.

-Estoy seguro de lo que he sentido… - Acaricio los dedos de Natalia.

-Céntrate más en esa criatura, y empieza a pensar en su futuro. Si todo va como hasta ahora, en unos meses tendrás una responsabilidad muy grande, querido…

-Voy a tener un hijo… - Me digo, y una tonta sonrisa se apodera de mi cara.