Capítulo 64

-Doctores. - El agente llama de nuevo nuestra atención. Me paralizo. - ¿Podrían quedarse con él hasta que vuelva?. Tengo que salir unos minutos y mi compañero tardará en llegar.

Alex y yo nos miramos. La cosa no podría ponerse mejor…

-Tranquilo - Dice Alex - El paciente está en buenas manos. Tómese el tiempo que necesite. - Me guiña un ojo cuando el agente no mira. Sé que ha pensado lo mismo que yo.

-Confío en ustedes. - Dice mientras se aleja.

Tomo aire y abro la puerta. La mano de Alex se posa en mi hombro

-Con tranquilidad… ¿De acuerdo?. Necesitamos información…

-No me pidas eso… - Susurro para que el policía no nos oiga. Todavía no está lejos.

La habitación está oscura. Hay varios monitores al lado de Mario. Esta dormido… Lo único que me apetece ahora mismo es lanzarme sobre él, y acabar con su vida. La ira corre por mis venas.

-¡Eh, tú!- Dice Alex fuertemente. - Me sobresalto, no esperaba esa voz. Abre las persianas con violencia para hacer más ruido.

Cuando la luz entra, descubro por el tubo que sale de su garganta, que está traqueotomizado.

Abre sus ojos con esfuerzo. Seguramente le están poniendo algún tipo de sedación. Cuando se da cuenta de quienes somos, sus ojos se agrandan, pero no se mueve. Hay pánico en su expresión.

-Hola hijo de puta… veo que nos recuerdas. - Digo con odio.

Miro las botellas de suero y compruebo que tiene calmantes y sedantes por goteo.

Cierro todas para que no le llegue el líquido.

-Vas a sufrir un poquito - Le sonrío.

Pestañea muy rápido, y me extraña que siga sin moverse. Debería al menos intentar escapar…

Alex solo mira. Se cuándo hubiera deseado él, poder tener una oportunidad así, con el culpable de su desgracia. Me lo ha dicho tantas veces…

Conociéndole, estoy seguro de que ha preparado todo esto, para evitar que a mí también me quede esa espina clavada.

Tomo los informes que hay en la mesa y comienzo a revisarlos. A medida que leo, mi ira se va disipando. Niego con la cabeza mientras sonrío.

-Increíble - Digo.

Mario me mira atento. Alex confuso.

-¿Qué pone? - Dice Alex curioso.

-Lo que nunca hubieramos pensado… - Mi sonrisa se amplía. - Podemos irnos cuando quieras. Aquí ya no hay nada que hacer. - Alex frunce las cejas, y Mario sigue mirándome, esta vez confuso. Por su expresión, sé que todavía no sabe nada. Mi corazón salta de gozo. Seré yo quien le dé la noticia, y no tendré delicadeza.

-Explícate - Vuelve a decir Alex.

-Básicamente, este trozo de mierda, va ha recibir el peor de los castigos - Digo mirándole con desprecio - La peor de las sentencias…

Jamás hubiera imaginado una condena mejor para ti que esta… - Sus ojos están aún más abiertos que antes. - Tú, maldito cabrón… no vas a poder volver a mover ni un solo músculo en tu vida, y por lo que veo aquí, ni protestar por ello, porque has perdido

hasta el habla. Tu cárcel será a partir de ahora, tu asqueroso cuerpo.

-¡Joder! - Dice Alex levantando sus cejas.

Has hecho un buen trabajo Alex. - Le miro ahora a él - Bendita sea tu puntería.

- Río de nuevo - Si le matas, no hubiera podido gozar tanto como lo voy a hacer a partir de ahora. Por primera vez en mi vida, veo una lesión de este tipo, en alguien que realmente la merece. Tu disparo, le ha deshecho parte de su columna cervical, provocándole una tetraplejía total e irreversible. Lo único que podrá hacer a partir de ahora, será pestañear. - Puedo ver lágrimas en los ojos de Mario.

- Y llorar como una nenaza… - Añade Alex.

- Para tu desgracia. Natalia sigue viva. - Le digo a Mario. No le doy más detalles, solo quiero que sufra todavía más, por no haber conseguido lo que buscaba. Frunce sus cejas. - Iremos a visitarte para que veas lo bien que nos va - Siento una punzada en el centro de mi pecho.

Deseo con todas mis fuerzas que sea así.

-Y ahora que la mitad del trabajo está hecha… - Dice Alex acercándose - Vamos a indagar. Vas a decirnos quién está ayudándote… - Le miro atento. Se pone unos guantes y mete sus dedos en las fosas nasales de Mario - Pestañea dos veces para afirmar, y tres para negar a lo que voy a preguntarte. ¿Entendido? - Mario no responde. Alex tira de su nariz y obligado por el dolor, pestañea dos veces -

Perfecto… veo que lo has comprendido. -Sonríe satisfecho- ¿Alguien está ayudándote?. Te recuerdo que sabemos donde estás… y si descubrimos que nos mientes, volveremos. - Los ojos de Mario miran para otro lado. Alex aprieta fuertemente, y varias lágrimas corren por sus sienes. Mario lo está pasando mal. - Puedo apretar mucho más fuerte, créeme… - Dice Alex con desprecio en su oído.

-¿Necesitas ayuda…? - Los dos me miran - Solo tengo que taponar este tubo para asfixiarle.

Nadie notará porque ha muerto - Funciona.

Mario pestañea dos veces más.

-Sigamos… ¿Es alguien cercano a ellos? - Mario vuelve a girar la mirada, y Alex aprieta de nuevo. Pestañea dos veces…

-Estabas en lo cierto - Digo sorprendido.

-Bien… Estamos acercándonos al final - Dice Alex - ¿Ese alguien viene del círculo de Natalia?

- Mario no colabora. Alex presionar su nariz con más fuerza, pero sigue resistiéndose.

Tapono el tubo, y cuando nota que se ahoga, pestañea tres veces. Alex relaja sus hombros y un sonoro suspiro sale de su boca. Juraría que acaba de quitarse un gran peso de encima.

Ahora sabemos que el traidor, viene de mi parte.

-César… lo matarás - Dice cuando se da cuenta que aún sigo privándole de oxígeno.

-Es lo único que merece… - No sé que me está pasando, pero soy incapaz de parar.

-¿Quieres acabar con su sufrimiento…?

-Quiero acabar con el mío… - Aprieto mi mandíbula. Mario se está poniendo azul.

-Acabar con su vida, sería hacerle un gran favor… - Dice Alex tranquilo. Esa frase me hace reaccionar.

Suelto lentamente el tubo. La puerta se abre, y el agente asoma su cabeza.

-Tienen que llevarse al paciente. Van a realizarle algunas pruebas - Alex y yo nos miramos. Ambos sabemos que se acabó el interrogatorio… No podemos evitar sentir decepción, necesitábamos desesperadamente llegar al final del asunto.

Uno de los celadores entra a la habitación y se lleva a Mario en su cama. El policía les acompaña.

-Así que… ahora soy el Doctor Bartolomé… - Alex me mira levantando una ceja - Casi la jodo con la risa - Dice rascando su cabeza.- ¿No pudiste buscar un nombre más… “normal”?

-Lo siento… - Me disculpo - Es el primer nombre que se me ocurrió…- Reímos.

-Al menos sirvió para entrar y descubrir que esa persona, no es del entorno de Natalia… - Dice Alex aliviado. - Ahora podremos cerrar más el círculo de sospechosos.

-No entiendo quién puede haber hecho algo así - Digo sincero. - Pero empiezo a creer, que también tiene algo que ver, con el intento de excarcelar a mi padre.

-No te diría que no… - Se queda pensativo. - ¿Sabes algo nuevo sobre el asunto de Alemania?

-Llamé hace unos días. - Digo mirando al vacío - Parece que de momento todo va bien. Los abogados de Erika están trabajando duro para que así sea. Tengo que hablar con ella, está haciéndose cargo de todo. En unas semanas habrá un nuevo juicio, y tenemos que prepararlo.

-¿Por qué dejas que Erika se haga cargo de algo así? - Pregunta Alex extrañado.

-Fue ella quien se ofreció. - Digo sincero - Estudió abogacía en Alemania, y entiende más de estas cosas que yo… Y además ya sabes que es un tema que no me gusta recordar… - Alex frunce sus cejas. - ¿Ocurre algo? - Pregunto.

-No. Solo pienso - Dice serio.

-Tenemos que irnos. - Digo mirando el reloj - La familia de Natalia estará aquí en unos minutos, y quiero estar con ellos.

Mientras Alex termina de quitarse el uniforme y ponerlo en el cesto de la lavandería, mi teléfono suena.

-Vaya… - Digo serio mirando la pantalla - Esta mujer es como el diablo, cada vez que la nombramos, aparece. - Descuelgo.

-César, cielo…¿Cómo estás? - Erika parece preocupada. - Te he llamado varias veces y no me has devuelto las llamadas - Protesta.

-Lo siento… - Respondo - Imagino que ya estás enterada. Entiende que las cosas no están bien ahora, y tengo otros asuntos que atender…

-Seguro que a todos los demás ya les atendiste… -Dice malhumorada - Y como siempre, yo quedo la última… después de todo lo que estoy haciendo por ti…

-Erika. No es el momento de reproches.

¿Tienes algo importante que decirme?. Me están esperando. - Silencio…

-Si… bueno… Solo quería que supieras, que aunque Natalia y yo no empezamos con buen pie… me preocupo por ella. La pobre dejó un buen charco de sangre cuando se la llevaron…

Creí que había muerto allí mismo. - Mi respiración se acelera - Me gustaría ir a verte, o al menos saber cuándo volverás al hotel…

Todo esto debe recordarte mucho a tu madre, y a tu hermana… y estoy preocupada. Imagino que necesitas a alguien en quien apoyarte… y quiero estar a tu lado. - Algo se rompe dentro de mí en ese momento. He tratado de evitar pensar en ellas desde que esto ocurrió, y Erika acaba de llevar mi mente, a aquel maldito día en un segundo.

-No necesito a nadie - Digo secamente. - Lo único que necesito es que ella se recupere.

-Ah… ¿Pero podrá recuperarse? - Dice seria.

-Confío en ello. Que tengas un buen día - Quiero quitármela de encima.

-De todas maneras… -Llama de nuevo mi atención - Tenemos que vernos. Hay que preparar cosas.

-Hay tiempo - Digo, y cuelgo.

Tomo una gran bocanada de aire y trato de relajarme.

-¿Todo bien? - Dice Alex.

-Todo bien. Era Erika… - Resoplo. - Esta mujer no tiene ningún tipo de tacto a la hora de hablar…

-Ten cuidado con esa lunática… - Me dice - Sabe controlarte demasiado bien. Te lo he advertido muchas veces, y nunca me haces caso.

-Estoy empezando a notarlo - Le digo sincero.

He estado durante años tan manipulado emocionalmente por ella, que hasta ahora, no me he dado cuenta…