Capítulo 61
El relajante está pegando fuerte en mi cuerpo, y apenas puedo mantenerme en pie.
Apoyo mi espalda en la pared y me dejo caer hasta que acabo sentado en el suelo.
Lo único que han conseguido, es apagar mi cuerpo. Pero mi cerebro sigue tan desesperado como antes.
Cierro fuertemente mis ojos, el dolor que siento es insoportable. No me puedo creer que esto esté pasando. Debe ser algún tipo de broma macabra, o una pesadilla horrible. No puedo volver a pasar por algo así…
No se cuánto tiempo llevo aquí esperando. He intentado entrar varias veces, pero mis compañeros se han negado. Han llegado incluso a poner a un gran celador en la puerta. Lo único que me mantiene cuerdo, es el pitido de su monitor. Si en algún momento llega a pararse, todo acabará para mí.
-Engel - Levanto la mirada cuando alguien me llama. Es uno de los médico que está atendiendo a Natalia - ¿Cómo te sientes muchacho?
-Es obvio. ¿No crees? - Digo con desprecio. No entiendo como puede preguntarme algo así, en un momento como este.
-Entiendo que estés cabreado con el mundo… No tomaré esa contestación como algo personal… - Estoy a punto de responderle de nuevo, cuando continúa hablando. - He estado revisando el informe de Natalia. Como ya sabes, necesitamos saber si es alérgica a algún medicamento, o si sufre algún tipo de patología importante… y he encontrado en el, unas pruebas recientes que le pidió la Doctora Nova…
-No es alérgica a nada - Respondo secamente - Ve con ella, ahora mismo lo único que me preocupa es que salga de esta - Digo angustiado.
Dobla sus rodillas y su mirada queda a la altura de la mía.
-Engel… debes saber que he estado hablando con la Doctora… y me ha comentado que hay probabilidad de embarazo.
-No creo que sea posible… - Respondo. - La iban a repetir hoy las pruebas para desmentirlo.
-Hemos repetido el test nosotros… - Le miro fijamente - Es algo que necesitamos saber, para decidir que medicación administrarle. No podemos arriesgarnos si existe esa posibilidad… - Siento un escalofrío en mi drogado cuerpo - Te voy a ser sincero… ¿De acuerdo? - Asiento - Hay pocas posibilidades de que Natalia salga adelante… Y si lo consigue, es posible que sea en estado vegetativo… y en el mejor de los casos, le quedarán serias secuelas…
- No… No, no… por favor no… - Golpeo mi cabeza contra la pared. Una cortina de lágrimas se apodera de mi cara. No quiero seguir oyendo cosas así. No puede ser verdad.
-Su cerebro ha estado demasiado tiempo sin oxígeno, y ya sabes cuales son las consecuencias. Aunque hemos conseguido detener las hemorragias internas… El daño ya está hecho… y solo queda esperar.
-Por favor… ¡Dime que eso no es cierto! - Grito e intento levantarme, pero no puedo. Mis músculos están atrofiados.
-Hay nueve lesiones perforantes en su cuerpo.
La más importante está en su corazón -Aprieto fuertemente mi mandíbula. Tengo un enorme nudo en mi garganta -
Otra, en uno de sus pulmones, y otra ha alcanzado su hígado… - Mi cuerpo tiembla. - Las demás son de diversa consideración… pero hay algo más que debes saber… - Consigue captar mi atención. Pone sus manos en mis hombros y me mira fijamente - Engel. El resultado final de la prueba ha sido positivo. Natalia está gestando…
-¿¡Qué!? - Intento ponerme en pie de nuevo, pero esta vez, el Doctor me lo impide. -¡Está menstruando! - Grito.
-Escúchame. - Dice serio - No está menstruando. Es el típico sangrado por la implantación del óvulo. Ya sabes como funciona.
-No puede ser… - Niego asustado.
-Si consigue superar sus heridas… y el feto aguanta, aunque Natalia siga en coma, podría crecer y desarrollarse sin problema en su interior. Hemos comprobado que de momento sigue ahí, y hay posivilidades de que puede salvarse…
-¿¡Qué mierda me estás contando!? - Comienzo a alterarme.
-¡No!. ¡No voy a tranquilizarme!. - Grito de nuevo. Consigo levantarme.
Mi cabeza va a explotar. Mi corazón bombea frenéticamente, y me muevo inquieto por el cuarto. Lloro, maldigo. Estoy totalmente desesperado.
-Cálmate, o tendré que llamar para que vuelvan a inyectarte.
-¿Qué me calme?. ¡Pero como coño pretendes que me calme!. ¡Acabas de decirme que usarás el cuerpo de Natalia, para crear un monstruo! -
Sus ojos se abren con sorpresa. No entiende lo que estoy queriendo decirle.
-Engel… estás demasiado alterado. No piensas con claridad - Saca su teléfono y habla con alguien.
La histeria se apodera de mí. Todo lo ocurrido en las úlitmas horas me supera.
Golpeo una de las sillas contra la pared, y cuando voy a levantar otra, alguien me inmoviliza y apenas puedo resistirme, todavía estoy bastante intoxicado y no tengo mucha fuerza.
-A dormir Engel - Oigo decir mientras otra aguja atraviesa mi cuerpo. Al cabo de unos segundos, todo desaparece.
***
Abro mis ojos sobresaltando. Está oscuro. Por un segundo respiro aliviado. Todo ha sido una pesadilla… Intento levantarme pero no puedo.
Algo sujeta mis muñecas.
-¿Qué mierdas pasa? - Tiro fuertemente, pero mis manos están sujetas a la cama.
Un fuerte dolor se instala en el centro de mi pecho al instante. No ha sido una maldita pesadilla… Estoy atado en una jodida cama del hospital. Todo lo ocurrido es cierto.
-¡NOOOOOO!- Grito fuertemente. El dolor es desgarrador. -¡SOLTADME DE UNA PUTA VEZ! - Necesito ir con ella, necesito saber como está.
Vuelvo a tirar más fuerte y lo único que consigo es hacerme daño. Trato de mover mis piernas, pero mis pies también están sujetos.
La puerta se abre y tras ella está la Doctora Nova.
-Engel… Veo que ya estás despierto. Siento que tenga que ser así… - Dice apenada.
-¡Maldita sea Nova!. ¡Suéltame! - Respiro fuertemente.
-No hasta que te calmes…
-¿Cómo coño quieres que me calme? ¡Necesito verla!¡Necesito saber como esta! - Se sienta tranquilamente en una silla que hay al lado de la cama.
-Te traigo noticias. Llevas seis horas durmiendo. Pero si no te relajas, me iré y tendrás que esperar más.
-¿Seis putas horas? ¡Dime como está! - Exijo mientras tiro de las correas con fuerza. Las lágrimas comienzan a correr sin control por mis sienes.
-No hay muchas esperanzas…
-¡Eso ya lo he oído antes! - Digo cabreado, pero me niego a creerlo.
-Ha superado la operación. Pero el mayor daño está en su cerebro… Ya sabes como funciona la hipoxia cerebral… Dependerá del tiempo que haya estado sin oxígeno. A más tiempo, mayores secuelas.
-¿Hay respuestas sensoriales? - Trato de parecer calmado. Necesito que me cuente todo.
-No… y ha perdido varias funciones vitales, entre ellas la de la respiración.
Está conectada a un ventilador…
-No…
-Lo siento, Engel… - Su expresión es triste -
Con un poco de suerte… quizás podamos salvar al feto.
-¡Me importa una mierda el feto! - Grito. - Lo único que quiero es que ella esté bien… - Apenas puedo terminar la frase. Lloro.
-No podrás bajar a verla en ese estado. - Dice mirándome por encima de sus gafas.
-Ya está… - Trago saliva con esfuerzo. - Me estoy calmando… - Lo intento con todas mis fuerzas.
-Me he hecho responsable de ti. Haz el favor de no estropearlo todo. ¿Te comportarás? - Asiento.
La Doctor Nova, suelta una de mis manos. Es suficiente para que yo pueda terminar de soltar el resto de mi cuerpo. Cuando por fin me pongo en pie, noto mareo y estoy desorientado. Sé que son los efectos secundarios, pero trato de ignorarlos y camino junto a ella.
Llegamos hasta la habitación donde está Natalia. Por norma general, no dejan entrar a los familiares aquí, pero al tratarse de mí, hacen una excepción.
-Me quedaré fuera por si necesitas algo - Dice la Doctora Nova.
Abro la puerta y entro despacio. Hay monitores por todas partes marcando sus respuestas vitales. Por el momento, todas parecen correctas. Me calma saber que está estabilizada.
Está muy pálida y tiene sus pómulos muy marcados. Hay varios tubos por todo su cuerpo.
El más llamativo, es el endotraqueal que sale de boca, y conecta con el ventilador. Estoy más que acostumbrado a trabajar con ellos, pero verlo en Natalia, me impacta.
Acerco un taburete a la cama y me siento junto a ella. Pongo mi mano sobre la suya. Está fría.
Entonces recuerdo lo que me dijo aquel día cuando volvíamos de ver la lluvia de estrellas.
*Casi siempre tengo las manos frías, haga el tiempo que haga.
-Natalia… - Acaricio su pelo y beso su frente.
Mojo sus mejillas con mis lágrimas. Una gran bola de remordimientos se acumula en mi pecho.
No me he portado bien con ella. He sido un auténtico miserable…
No se llevar una relación, y me he comportado como un verdadero gilipollas… Ha intentado hablar varias veces conmigo, y no se lo he permitido… Lloro fuertemente. Tenía miedo de no ser capaz de controlar la situación, y preferí evitarla hasta estar seguro de que no estaba embaraza… cuando soy tan jodidamente culpable como ella. Para mí, era más fácil y llevadero culparla. El miedo pudo conmigo… y ahora ese miedo es el que menos me preocupa. Ironías de la vida…
No sabes lo que tienes hasta que no lo pierdes, o estás a punto de hacerlo.
Daría lo que fuera por poder enmendar mi error. Me ahogo entre sollozos. No puedo con este dolor, es demasiado grande. Siento como mi corazón se desgarra…
-Lo siento mi vida… Lo siento mucho. Soy un cabrón que no te merece… Por favor, por favor perdóname. - Tomo su mano de nuevo, y la beso repetidas veces…