Capítulo 55

-¡No puede ser…! ¡No puede ser…! - Digo conmocionada con una mano en mi boca. Quiero negar en mi cabeza lo que acabo de descubrir. - César… oh Dios mío…

No puedo seguir leyendo, las lágrimas acumuladas en mis ojos me lo impiden. Una ola de dolor arropa mi cuerpo, y un puzzle gigante comienza a armarse en mi cabeza. El mundo feliz en el que vivía los últimos días, acaba de tambalearse.

Todo comienza a cobrar sentido…

Frases de César se arremolinan rápidamente en mi cerebro.

*No lo entiendes Natalia… Si Erika lo llega a conseguir… no hubiera podido vivir con ello. Es mi talón de Aquiles… y ella lo sabe…

Siento nauseas, pero esta vez al sentir un profundo asco por Erika. La muy zorra, trató de hacerle sentir culpable de su intento de suicidio… Ahora entiendo la casualidad… Y porque le atendieran en el hospital donde trabaja César. ¡Lo preparó todo!. Le manipuló para hacerle creer que cargaría con el peso de su muerte si la dejaba. Intentó atraerlo suciamente…

*Mi abuelo y mi padre, también tenían problemas de autocontrol… y el resultado de ello… familias rotas…

Jamás hubiera imaginado el dolor que escondían esas palabras. Pongo las manos sobre mis ojos y lloro desconsoladamente.

*Tampoco voy a arriesgarme a tener hijos, y condenarles a pasar por esto. Ni a ellos, ni a las siguientes generaciones…

Es lo más grave que le puede pasar a un ser humano… ver como matan a tu familia y más siendo un niño tan pequeño…

*Hay cosas de las que todavía no estoy preparado para hablar. Y esta es una de ellas…

Mi corazón se parte en mil pedazos y una enorme bola de pena ocupa su lugar. No creo que una persona pueda estar preparada jamás para hablar de algo así… El simple hecho de recordarlo, debe hundirle en ese mismo momento.

*Sé que mi problema, no está demostrado científicamente que sea de origen genético…

pero viendo mi experiencia, no seré yo quien quiera comprobarlo.

No le falta razón… ahora entiendo sus miedos.

- Oh César… - No puedo evitar sentir una punzada de culpabilidad por lo que acabo de descubrir. - Mi pobre César…

Frases de Erika comienzan a bombardearme de repente.

*Estas perjudicando a César con tu presencia en este lugar. No lo vas a entender, pero tu estancia aquí, le abre viejas heridas. Le traes malos recuerdos.

Acabo de entenderlo. Mis ojos se abren con sorpresa. -No… no. No… no, no…

- No quiero seguir escuchando a mi cerebro.

Mi problema con Mario, debe estar recordándole diariamente algo que lleva años intentando olvidar…

Sin saberlo, estoy generándole constantemente daño. Cada vez que me mire a los ojos, ahora solo podré ver su tortura interna. Su calvario…

*Sabes interpretar muy bien el papel de víctima con César. Pero que sepas que solo está contigo por lástima.

Erika cree que César me ha contado lo que ella sabe, y por eso me culpaba de manipularle emocionalmente…

*Necesita ayudarte para sentirse bien consigo mismo. Cuando consiga algún avance contigo… te dará la patada como a las demás, y volverá a mi lado.

No deberías hacerte demasiadas ilusiones…

Se siente obligado a protegerme para que no me ocurra lo que a su madre y hermana…

Realmente necesita ayudarme como dijo Erika…

Es posible que confunda sus sentimientos, debido a todo lo que ha ocurrido en su vida.

Puede que ni siquiera él mismo sepa lo que siente por mí… Su obsesión por auxiliarme le está confundiendo…

La presión está pudiendo conmigo, mi cuerpo está empezando a debilitarse.

Trato de ponerme en pie para ir hasta la cama, necesito estar tumbada si no quiero caerme.

Introduzco el recorte dentro de las hojas del álbum. Quiero dejarlo antes en su lugar. Mis piernas se niegan a seguir avanzando. Intento sujetarme a la mesa con torpeza, y sin darme cuenta, dejo caer un pequeño jarrón de barro.

No llego a oír como se rompe. Todo se vuelve oscuro antes…

-¡Sí, joder!, Sí. Ya está. - Abro mis ojos al oír gritos - ¡Que sí coño, que he hecho lo que me has dicho!. ¡Puse sus piernas en alto, y una almohada debajo de la cabeza! - Laura está al teléfono muy alterada. Descubro que tengo mis piernas subidas en una silla, y en mi cabeza hay un cojín. Me mira sorprendida. -

¡César!. Escúchame… - Pausa - ¡César, que te relajes y me escuches!. Natalia acaba de abrir los ojos. - Silencio - Sí… No corras por Dios, a ver si vamos a tener dos en vez de uno…

-¿Me pasó otra vez…? - Digo preocupada.

-Oh maldita sea Natalia… no vuelvas a hacer algo así. - Está asustada. Me abraza fuertemente. - He estado a punto de acabar desmayada encima de ti.

Imagina la cara del Doctor Amor cuando hubiera entrado…

-Lau… no creo que esto sea algo que yo haga y deshaga cuando me dé la gana. - Le digo tratando de levantarme.

-¡Quieta ahí!. - Me sujeta - Una ambulancia viene de camino, y César está a punto de llegar. No quiero que piensen que les he llamado por nada.

Tendrás que seguir en el suelo para darle más dramatismo…

-Lau, no seas idiota… - Me incorporo con dificultad.

Suena un gran estruendo. Estoy segura de que ha sido la puerta chocando contra la pared.

-Creo que Thor, el dios del trueno, acaba de llegar - Dice Laura mirándome.- ¡Estamos aquí! - Grita.

Tras unos segundos, César aparece sofocado.

-¿Estás bien? - Se arrodilla junto a mí.

-Estoy perfectamente - Le digo. No quiero que se preocupe más.

Cuando sus ojos se clavan en los míos, todos los recuerdos de hace solo unos minutos, aparecen en mi mente. Mis ojos se empañan.

-¿Te has hecho daño? ¿Te duele algo? - El alma entera me duele, pero no se lo digo… Este dolor, no se irá con medicamentos…

-No… - Soy incapaz de sostenerle la mirada.

El timbre suena.

-Deben ser los de la ambulancia. - Dice Laura - Cuanto habrás corrido para llegar antes que ellos… - Le riñe.

-Ahora vengo. - César sale de la habitación.

Puedo oírle saludar a alguien, seguro que también les conoce.

Después de un par de minutos, vuelve a entrar.

Me extraña que venga solo.

-¿No vienen? - Pregunto extrañada.

-No. Les dije que se fueran. Esto ya está controlado… y seguramente, alguien necesite hoy esa ambulancia más que nosotros. - Me guiña un ojo - Si nos hace falta, volveremos a llamar y ya está. - Asiento.

Entre los dos, me ayudan a levantarme y nos sentamos en el sofá. César, después de examinarme y comprobar que mi tensión y azúcar siguen bajos, me prepara un poco de café muy endulzado. Mi cuerpo se siente mejor tras unos minutos. Puedo levantarme sola, y apenas siento mareo. No puedo decir lo mismo de mis emociones, no he sido capaz de centrarme en ninguna de las conversaciones que hemos mantenido.

Laura está cansada y se despide de nosotros.

César le acompaña hasta la puerta y cuando regresa, se sienta muy cerca de mí. Sujeta con sus dedos mi barbilla, y me besa tiernamente.

No puedo devolverle el beso…

-¿Ocurre algo? - Me pregunta extrañado.

-No… - No sé que decirle, ni por donde empezar. Estoy totalmente bloqueada.

Vuelve a mirarme extrañado.

Por el rabillo del ojo compruebo que está pensativo. Frunce su ceño y se levanta algo nervioso. Camina en dirección al cuarto de los libros.

Me incorporo rápidamente. -¡Mierda! ¡El álbum! - Mi digo. Acabo de recordar que lo dejé sobre la mesa. Por la habitación en la que he sufrido el desmayo, creo que César ha atado cabos. Mi corazón palpita a gran velocidad.

- Heilige Scheiße - Grita en Alemán - No… no, no, no… - Digo mientras intento ponerme en pie. Sé que lo ha descubierto.

Grandes pasos suenan cada vez más fuerte, y mi cuerpo comienza a temblar. Hacía meses que no sentía esto… Mi confianza ciega hacia él, ha cambiado. Ahora tengo miedo de que pueda golpearme.

César entra al salón totalmente fuera de sí. Su mirada está tan perdida, como aquella vez en el gimnasio. Respira fuertemente por su nariz y trae el álbum en una de sus manos.

-¿¡HAS SACIADO YA TU MALDITA CURIOSIDAD!? - Grita.

Antes de que pueda contestar, lanza el álbum contra el televisor y la pantalla se rompe.

-César… - Estoy a punto de llorar.

-¿No has podido esperar, verdad? - Dice con desprecio. Hay mucho dolor en su mirada. - ¿Ya has descubierto todo lo que querías saber sobre mí, o quieres los detalles escabrosos?

¡ PORQUE RECUERDO HASTA EL PUTO SONIDO DEL CUCHILLO CUANDO ATRAVESABA SUS CUERPOS!! - Sus ojos se llenan de lágrimas. Toma una de las sillas y golpea una vitrina con ella. Introduce sus manos dentro del mueble y saca dos botellas de Whisky.

-César… ¿Qué vas a hacer? - Estoy tan asustada como preocupada.

Toma las llaves del coche, y sin mirarme sale de la casa dando un gran portazo…