––¡Avisad a alguien! ––gritó Gala. Eso fue suficiente para que todos se pusieran en marcha.

Kreyson tocó a Becca pero no se movió, sus ojos pendientes de Norim, sus manos sobre la herida. Le temblaban y sabía que estaba en estado de shock. Pero necesitaba que lo atendieran cuanto antes porque estaba mal... muy mal.

––Becca... Becca, escúchame ––murmuró con suavidad––, deben llevárselo para curarlo, deben....

Dejó de hablar cuando se dio cuenta de lo que estaba pasando. De lo que veía. La sangre de Norim parecía retroceder de golpe limpiándose de las manos de Becca y volviendo a entrar en su interior mientras que la herida se cerraba como si nunca antes hubiera estado presente en la piel de su hermano. Miró a su mujer y vio que sus ojos brillaban tenuemente mientras seguía concentrada. Y entonces vio un hilo rojo aumentando en grosor en la nuca.

Se movió con rapidez atrapando su cuerpo cuando éste cedió hacia atrás y taponó la herida que empezaba a sanar también de ella. Sólo había unas decenas de personas que poseyeran el poder de la curación, y ella, gracias a la unión con ellos, acababa de desarrollar esa habilidad.

Norim se removió entre ellos dos y abrió los ojos tocándose la nuca como si esperara encontrar en él la herida que su amada le había borrado pasándola a su cuerpo para ser después curada por el mismo.

––¿Becca? ––llamó él.

––Te acaba de curar, ahora está débil ––le dijo Kreyson cerciorándose de que la herida comenzaba a cicatrizar. Notó la mano de Becca e intentó apartarla pero ella volvió a buscarlo y entonces pudo notar los huesos recomponiéndose y el dolor desapareciendo mientras la palidez en ella se hacía extrema––. Becca, por favor, no lo hagas ––suplicó incapaz de verla sufrir de ese modo. Pero fue inútil porque, en cuestión de segundos, tuvo el brazo como nuevo mientras ella luchaba para mantener la consciencia, siendo vencida al final.

––¡Norim! ––susurró la madre de ambos acercándose y abrazando a su hijo––. ¡Estás bien! ––añadió tocándolo por todo el cuerpo buscando alguna señal que la pusiera en alerta––. Estáis bien... ––dijo después añadiendo el plural para todos.

––No gracias a Padre precisamente ––masculló Kreyson cogiendo en brazos a Becca y levantándose del suelo, ahora sanado.

Tanto padre como hijo se miraron, el uno sin ningún rastro de disculpa o arrepentimiento, el otro con reproche.

Se dio la vuelta sin dirigirle la palabra a nadie y entró al palacio. Necesitaban cerciorarse de la salud de Becca. Después ellos partirían de ese planeta. Para siempre. Y pesara a quien pesara.

****

––¿Cómo está? ––preguntó Alice asomándose por la puerta de la habitación.

Kreyson sonrió y se levantó de la cama para invitarla a entrar. Junto a ella, Josh también pasó.

––Está dormida. La han revisado y parece que está bien pero al ser las primeras veces que usa ese poder su cuerpo consume todas las energías y se agota.

––Menos mal... Cuando vimos cómo se abalanzaba sobre ella ese tipo... Estábamos todos cerca y sin embargo no pudimos hacer nada.

––Ya no importa ––contestó Norim saliendo del baño con ropa limpia––. Ahora sólo quedan unas horas para salir de aquí.

Kreyson miró a Norim y éste a él.

––¿Estás seguro? ––asintió––. ¿Voy contigo?

––No quiero que Becca se quede sola. Uno de los dos ha de estar con ella mientras sigamos en Rochel, no me fío de Padre.

––¿Creéis que volverá a intentar separaros? ––preguntó Alice.

––Ahora sabemos que, haga lo que haga, encontraremos la forma de llegar a ella ––respondió Kreyson yendo hacia la puerta––. Aunque tengamos que rompernos todos los huesos del cuerpo. Porque ella nos curará con su amor y su toque ––añadió cerrando la puerta.

Quedaba un asunto más por arreglar antes de irse. Uno de vital importancia.

****

No le hacía falta preguntar quién era el que estaba llamando a su puerta. Lo había estado esperando durante horas. Pahaliah se levantó de la silla y abrió a su hijo dejando que éste le propinara un puñetazo en plena cara que lo lanzó directamente al suelo.

Los guardias quisieron intervenir pero los detuvo y mandó fuera cerrando para que no le molestaran.

––Nos vamos a marchar. Te guste o no ––le dijo Kreyson, tajante.

––Lo sabemos ––contestó Pahaliah mirando hacia donde se encontraba Aerial––. No vamos a impedíroslo.

––¿Y antes sí? ––escupió con amargura––. Todo esto ha ocurrido por tu culpa. Sólo queríamos ser felices con ella, ¿qué te costaba aceptarlo?

––Trataba de protegeros ––se defendió––. Habríais tenido que estar en todo momento pendientes, pensando que pudieran atentar contra ella. No hubierais vivido felices.

––¿Y qué cambiará ahora? ¿Que haya desarrollado poderes? ¡Es nuestra mujer! ––gritó avanzando hacia Pahaliah de nuevo.

––Kreyson, por favor ––lo detuvo su madre––. Ya basta de violencia. Rochel no es un pueblo bélico.

Por deferencia a su madre, se controló apartándose de su padre para respirar hondo.

––Nos iremos en cuanto Becca esté recuperada. Viviremos en la Tierra.

Pahaliah cerró los ojos y abrazó a Aerial cuando se acercó a éste.

––Pretendía hacer lo mejor para todos, Kreyson.

––Te equivocaste. Renuncio al trono de Rochel y Norim hace lo mismo. Quizá sea hora de que el planeta evolucione.

Y, diciendo esto, Kreyson salió de la habitación de sus padres. Ahora sólo quedaba dejar Rochel y tomar las riendas de su vida por primera vez en cientos de años.

****

A pesar de sentirse cansada, Becca abrió los ojos esperando ver luz. Sin embargo, la oscuridad abrazaba todo el lugar y eso la preocupó. Se movió inquieta por no saber dónde estaba hasta que dos manos la detuvieron llegando a su mente los pensamientos de Kreyson y Norim.

––No pasa nada pequeña ––le dijo Kreyson besándola en la frente––. Es nuestra habitación ––le informó al saber que estaba desorientada.

––Norim... ––susurró ella.

––Aquí, princesa. No me voy a ninguna parte donde tú no estés ––le aseguró besándole el hombro y frotándose contra él como un gatito buscando cariño.

––Norim... ––Su voz se quebró y ambos la abrazaron.

––Estoy bien. Perdóname por haberte asustado pero la despistada fuiste tú. Ese hombre estaba encima tuya como para no verlo.

Becca se ruborizó.

––Perdón ––se disculpó––. ¿Cómo te has recuperado tan pronto?

––¿No te acuerdas? ––preguntó Kreyson. Ella negó.

––Becca, tú me curaste. ––Ella lo miró como si lo que hubiera dicho fuera más fruto de la recuperación que debía estar pasando que la realidad––. ¡En serio! ––exclamó al sentir sus pensamientos––. Nos curaste a Kreyson y a mí de las heridas que teníamos, por eso has estado durmiendo casi veinticuatro horas. Está a punto de amanecer.

––¿Amanecer?

Becca se fijó en la ventana y vio algunos rastros de luz que comenzaban a hacerse más visibles lentamente. ¿Realmente había curado a Norim? ¿Cómo? No podía ser cierto...

––Pequeña, ¿te acuerdas lo que te dije que algunas parejas de Rochel podían desarrollar otro poder cuando se vinculaban? ––Ella asintió y miró a Kreyson––. Es posible que en tu caso haya ocurrido esto mismo. Has desarrollado una habilidad muy extraña, el de curar con sólo tocar. Al principio hace que las heridas pasen a tu cuerpo para ser sanadas pero después, cuando ya tienes más manejo, la curación es inmediata en la persona.

––¿Pero cómo voy a desarrollar yo...?

––El vínculo te habrá dotado de eso. Quizás al ser humana quiso darte uno poderoso. No lo sabemos ––contestó Kreyson––. Sólo sabemos que gracias a ti ahora todos estamos bien y que nos marcharemos mañana de Rochel.

––¿Marchar? Vosotros...

Kreyson la acalló con su mano sobre los labios avisándola con la mirada que no intentara decir nada más. Era su decisión y ahora no iban a dejar que las excusas de nadie se impusieran. Menos unas que no tenían razón de ser.

Ella se acercó más a ellos y dejó que sus cuerpos la rodearan.

––Os amo... ––susurró bajito.

––Y yo te amo a ti ––le respondieron ambos––. Pero hay que prepararse ––añadió Norim––. Debemos irnos antes de que Rochel entero despierte; no quiero volver a vivir lo mismo que ayer. Si nos vamos ahora será mejor para todos, incluso para nuestros padres.

––¿Estás seguro? ¿No deberíais despediros de ellos? ––Miró a ambos y supo que los hacía dudar––. Son vuestros padres, al menos un hasta pronto.

––Iremos preparándonos y ya se verá todo. ¿Quieres dormir un poco más? ––Ella negó con la cabeza y se incorporó verificando que no le doliera nada.

Se fijó en ellos y vio que sus cuerpos estaban inmaculados, ni siquiera había rastro de la herida de Norim en la nuca.

––Entonces en marcha, nos quedan unas horas para abandonar Rochel.

––¿Alice y Josh?

––Estarán durmiendo. ¿Los despertamos juntos, princesa? ––Se ofreció Norim saliendo de la cama––. Cuanto antes nos vayamos, antes te tendremos en una nave atrapada durante unos días donde no saldrás de la cama.

Las risas de los tres inundaron la habitación e hicieron que Gala, vigilante fuera, sonriera. Así debían ser las cosas.

****

2 semanas después

El viento azotó la melena de Becca despeinándola. Se arremolinó en el abrigo de Kreyson y contempló las vistas. Verdaderamente la isla de Skye era hermosa.

Hacía un par de horas que había hablado con sus padres y éstos confirmado que seguían allí hasta el día siguiente en que viajaban a China. Sus padres sí que sabían vivir sin problemas, viajando de aquí para allá, sólo disfrutando de paisajes y momentos íntimos.

Los brazos de Norim la rodearon atrapándola y sintió sus labios sobre la piel. Habían sido dos semanas de viaje fabulosas con ambos, como si de una luna de miel se tratara.

––¿Nerviosa?

––Un poco. ¿Y Kreyson?

––Ya viene, Alice le había pedido algo cuando estaba a punto de cerrarla.

––Ella es así ––sonrió.

––No te preocupes, seguro que le caemos bien. A Kreyson ya lo conocen y yo sabré comportarme.

––Lo sé, pero recuerda que sois dos, y no sé cómo se lo tomarán mis padres.

––Bueno, teniendo en cuenta que en tu vida no pintan mucho... Cuando estemos en tu casa dudo que digan algo. ––Becca se mordió el labio inferior y no dijo nada––. Si quieres presenta sólo a Kreyson, no me importa ––añadió al verla un poco agobiada. Le tomó la mano y se la llevó a la boca––. Mientras te tenga así el resto de mi vida no me importa nada.

Becca se dio la vuelta y lo abrazó.

––Hey, hey, deja algo para mí ––dijo Kreyson andando hacia ellos.

––Como nos gastéis a nuestra amiga os la cargáis ––amenazó Alice.

Todos se echaron a reír.

––¿Has pensado cómo vas a atacar a tus padres? ¿Has elegido una zona neutral?

––Un restaurante ––contestó Becca.

Alice asintió.

––Bien, habrá gente, no pueden liarse a palos allí.

––¡Alice! Ni que fueran dos rufianes. Son mis padres.

––Sí, y cuando te vean con estos dos seguro que te dan sus bendiciones, una vez hayan verificado que son fiables. En serio, tus padres serán lo que quieras, pero la prueba de fuego se la harán.

––¿Prueba de fuego? ¿Tendremos que demostrar nuestra valía? ––Quiso saber Norim, ingenuo como siempre.

La risa de Alice y Josh asaltó el lugar donde estaban.

––¡Nooo! ––exclamó Becca––. Alice está de broma. Presentar a mis padres no quiere decir tener que demostrar nada, es una tradición en la Tierra.

––Sí, igual que la de que te caigan mal tus suegros ––comentó Josh.

––¡No me ayudáis! ––gritó ella con los brazos en jarras.

––Anda, anda, iros ya y luego nos cuentas. Josh y yo daremos un paseo y nos encontraremos aquí dentro de cuatro horas. Digo yo que nos iremos a casa, ¿no? ––dijo Alice guiñándole un ojo a Becca. Ella asintió.

Media hora después se encontraban los tres sentados en la mesa que habían escogido esperando a los padres de Becca. Ella retorcía el mantel entre las manos hasta que tanto Kreyson como Norim la detuvieron cogiéndole las manos.

––¿Algo que debamos saber de ellos?

––Todo ––contestó nerviosa.

––No va a pasar nada. No estabas así cuando conociste a nuestros padres.

––Ya lo sé, pero mis padres nunca han conocido a un extraterrestre, y ahora voy a presentarles a dos.

––Todo saldrá bien. También puedes decirles que somos humanos, nos adaptaremos a la vida y no pasará nada.

Antes de que pudiera contestarles, el grito a Becca hizo que se volviera hacia la fuente de la voz y se levantó para correr hasta abrazar a un hombre delgado con pelo cano y algunas arrugas bien sobrellevadas en el tiempo. Llevaba unos pantalones y un chaquetón cerrado hasta arriba, su pelo despeinado por el viento. A su lado, una mujer más baja que él y con algunas curvas de más, se apresuraba a besarla y abrazarla, no se decantaba por una cosa u otra, mientras Becca aguantaba.

La vieron hablar con ellos unas palabras y finalmente los señaló poniéndose de pie ambos. Los tres se acercaron a ellos.

––Prueba de fuego... ––murmuró en su mente Norim.

––Oh, cállate ––lo censuró Kreyson.

––¿Queréis no hacer caso a Alice? ––les envió Becca.

––¿Hija?

––¿Sí mamá?

––¿Quién es tu novio? ¿Quién es Kreyson?

––Yo soy Kreyson, señora. Él es mi hermano, Norim ––se presentó por Becca––. Es un placer conocerles.

––Madre de Dios, el placer es mío... ––respondió la madre sin quitarle los ojos de encima a Kreyson––. ¿Dónde dices que lo conociste? ¿Había más como él?

––¡Mamá! ––gritó abochornada por semejantes comentarios––. Papá dile algo.

––¿Yo? Todavía intento recuperarme de saber que mi niña se ha casado con un adonis.

––¡Papá! ––Si el rubor era apreciable antes, ahora ya era visible a varios metros de donde estaban.

––¿Qué es un adonis? ––preguntó Norim sólo para Becca.

––Un hombre muy guapo.

––¿Somos guapos? ––inquirió Kreyson.

Becca masculló algo ininteligible así que los dos se quedaron esperando.

––Condenadamente guapos... ––masculló, sólo que, en lugar de hacerlo para el vínculo, se le escapó delante de sus padres que se la quedaron mirando.

Eso no iba a salir bien...

Después de tomar asiento y hacer unas presentaciones de rigor, el camarero se acercó para tomar nota de todo. Sólo cuando los dejaron a solas, los padres de Becca comenzaron a acribillarlos con preguntas que fueron respondiendo, a veces ayudados por su mujer, lo que era una ventaja teniendo una comunicación interna pues así no debían preguntar esas cosas en voz alta.

La madre de Becca era muy parecida en carácter a Alice, prácticamente intentando llegar a seducirlos y a adularlos. Mientras, el padre era más recatado y tranquilo, más acorde con la personalidad de Becca. Había sido una buena combinación pues, en la cama, no se podía decir que ella fuera serena...

Tras una hora, el ambiente se relajó y las cosas cambiaron de rumbo. Comenzaron a hablar sobre viajes y lugares que habían visitado, todos pendientes de las curiosidades que los padres de ella contaban y las aventuras que habían vivido. También ellos, dentro de la normalidad, les hablaron de algunos sitios curiosos que se podían visitar sólo en determinadas épocas y para grupos muy selectos, una manera de no hacerles pensar que podían estar refiriéndose a otros planetas.

––¿Nos disculpáis un momento? ––se excusó la madre de Becca levantándose y pidiéndole a su hija hacer lo mismo––. Ahora volvemos.

Los dos miraron a Becca y le regalaron sonrisas que le hicieron tener mariposas en el estómago. ¿Tenía que irse de su lado en ese momento? En su mente le dijeron que fuera y ella obedeció, no sin antes hacer un puchero mental y darse la vuelta.

Cuando estuvieron en el baño, su madre la abrazó y chilló de alegría.

––Cariño, es guapísimo, y perfecto y... ¿Ese Norim tiene a alguien?

––¿No estarás pensando ponerle los cuernos a papá? ––le insinuó.

––¡No! Pero menudos cuerpos... ¿Por qué ha venido Norim con vosotros? ¿Estáis de niñeros de él?

––No, en realidad él... ––Iba a ser complicado decirle, y más en un baño público. ¿Cómo le contaba a su madre que se había enamorado de dos hombres y que estaba con ambos? ¿Y que eran extraterrestres?––. ¿Y si te dijera que también es mi novio?

––Dulzura, si tuvieras dos así, sabiendo lo que has pasado en tus anteriores relaciones, te diría que te lo mereces ––respondió ella––. Pero si fuera así, a tu padre ni mú. Se ha tirado, desde que nos llamaste contándonos que estabas aquí con Kreyson, llorando y diciendo que te había perdido para siempre.

Becca no pudo cuanto menos que echarse a reír. Quizá no pudiera decirle la verdad a sus padres, pero con el tiempo ellos se darían cuenta que los amaba a los dos con locura y que no podría estar separados de ellos. Nunca.

Siguieron conversando algunos temas relacionados con ellos en la intimidad de un baño público, o la que se podía tener en uno, hasta que por fin salieron a reunirse con ellos, pillándolos en pleno alarde de masculinidad. La madre de Becca se tapó con la mano la cara y suspiró diciendo de todo sobre su marido antes de llegar hasta él y propinarle una colleja para que dejara de hacer el ridículo intentando impresionarlos.

Cuando el móvil de Becca empezó a sonar y vio que era Alice se retiró un momento.

––¿Va todo bien?

––Lo que se puede decir bien conociendo a mis padres ––contestó Becca.

––Genial, eso quiere decir bien. ¿Como vas a decirles a tus chicos lo otro?

––No lo sé. ¿Cómo le dices tú a alguien que hay que volver al planeta del que han querido salir y no se arrepienten?

––Siempre puedes quedarte un tiempo en la Tierra, recuerda lo que te dijo Aerial.

––Sí, lo recuerdo, casi. Esto de tener parte de la mente bloqueada cada vez que me hablas de este tema...

––Bueno, no tengo la culpa de que el poder de Aerial actúe sólo si hay un catalizador ––se excusó––. El caso es que ya viste a la gente de Rochel. Después de la muerte de Sekarius, y de veros a los tres, parece que han recapacitado y no quieren perderos a ninguno. Y tú querías quedarte.

––Eso ya, pero...

––¿Quieres que vayamos?

––No voy a decirles nada aquí delante de mis padres. Pero tengo que hablar con ellos cuanto antes.

––Vale, cualquier cosa, teléfono.

––Gracias. ––Se oyó un sonoro beso seguido de un “sé fuerte” de Josh y la llamada se cortó.

Suspiró pensando un momento en la conversación y en los sucesos que habían acontecido el día de la partida de Rochel. Esa mañana, a pesar de que ninguno la dejaba ni a sol ni a sombra, Aerial le había enviado un mensaje a través del guardia que la había liberado del sello de Sekarius, el primer Guardia Real al que le habían devuelto su identidad y a su familia, el favor que le había pedido a Kreyson por salvar su vida y, por lo que pensaba, quizás el primero de todos los demás que formaran parte de la seguridad.

Ella se había logrado escabullir de ellos y llegado a su habitación donde también se encontraba Alice, para sorpresa de ella.

Allí había escuchado en silencio lo ocurrido, la historia de Aerial y Pahaliah, el relato no escrito en los libros, y los motivos por los cuales se encontraban las dos en esa habitación. La había conducido a través de un pasadizo a la sala de audiencias donde el pueblo de Rochel esperaba y había oído a cada uno de ellos durante horas pidiéndole que no se fueran, que se quedaran, que habían entendido que ellos debían estar juntos y no querían perder a sus Príncipes. Todos se mostraron atentos con ella, no le pidieron más que lo pensara, que lo hablara con ellos, y que, si no volvían, al menos se acordaran un poco en su larga vida.

––¿Qué te ocurre, princesa? ––le preguntó Norim. Ella se volvió con una sonrisa.

––Nada, pensaba en vuestra madre.

––Estará bien, Padre está con ella.

––Lo sé ––le dijo acariciándole––. ¿No la echas de menos?

––Todos echamos de menos algo que hemos tenido siempre, Becca. Pero estaría dispuesto a hacer lo mismo una y mil veces por el amor que te tengo.

––Te quiero ––le susurró bajito.

––Y yo.

Debería hablarlo con ellos y, para eso, quedaba arreglar el asunto con sus padres aunque, visto cómo se veían con Kreyson, no parecía haber mucho problema al respecto.

Se acercaron a la mesa y se fijó que su madre la miraba demasiado. Quizá había visto algo entre Norim y ella o quizá...

––Cariño...

––¿Sí, mamá? ––Se sentó en la silla entre los dos.

––¿Estás embarazada? Porque tienes un brillo especial que sólo ellas tienen.

Becca se quedó perpleja ante el comentario mientras sus hombres la observaban con sorpresa. ¿Embarazada? ¿Ella?

Amar por partida doble
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