Capítulo 28

 

––¡Son preciosas! ––exclamó encantada por el colorido que veía a su alrededor. Estaban todos los tonos: rojos, azules, violetas, blancos, amarillos, negros... Todos. Incluso había algunas con varios a la vez.

––¿Te gustan? ––preguntó Kreyson cerciorándose en la mirada de la felicidad que veía.

––Mucho. Jamás hubiera pensado que pudieran existir este tipo de flores. Aunque dan un poco de miedo.

––¿¡Miedo!? ––saltó Alice––. Eso es poco para describir lo que dan, Becca.

Ella se echó a reír y volvió a mirar las plantas.

Estaban en el jardín del palacio, un espacioso lugar lleno de fuentes y estanques desde los que podían verse peces, como ella los llamaba. Sin duda no eran iguales que los de la Tierra pues éstos tenían una cola muy diferente a la de los normales y su piel, según le habían dicho, era algo más dura y venenosa si no sabías limpiarlos de manera adecuada.

Sin embargo, a pesar de ser animales que se acercaban cuando andabas cerca, las flores era lo que más les había llamado la atención, no precisamente por sus tonalidades, sino por dos características que jamás hubiera encontrado en una de la Tierra: ojos y boca.

––¿Y pueden hablar? ––preguntó Josh acercándose a una para observar cómo los ojitos lo seguían y su boca se abría.

––No, no pueden. La boca la usan para beber el agua que necesitan para crecer ––contestó Norim acercándoles unas botellas con agua multicolor.

Becca se aproximó a las florecillas y éstas giraron sus ojos de inmediato mirando el bote y abriendo la boquita para llamar su atención. Les dio agua a todas ellas y se maravilló por cómo sonreían cuando estaban saciadas y algunas hasta se quedaban dormidas.

Se volvió entonces a Alice y Josh, dándoles alimento a otras. Ellos dos tenían en sus caras muecas diferentes entre el asombro, el rechazo y la curiosidad. Los brazos de Norim le rodearon la cintura y apoyó su mentón en el hombro. Ella se echó hacia atrás sintiendo su cuerpo. Aún no podía creer estar allí con ellos, menos tenerlos para sí toda la mañana.

Él había irrumpido en la habitación sólo unos minutos después de  recuperar fuerzas para salir y asearse comunicándoles la noticia de que su padre les daba la mañana libre. Así que al final la ducha individual se había convertido en trío y ésta en algo más perverso que un baño sencillo. Tenía dolores en todo el cuerpo, placenteros, eso sí, pero no dejaba de ser doloroso. Eran dos amantes incansables. Y el problema es que tampoco ella se aburría de ellos.

––¿Te gustan nuestras flores? ––susurró él mordisqueándole el lóbulo de la oreja.

––Me encantan... ¿Se pueden tocar?

––Claro. Algunas.

Becca se inclinó hacia las plantas y rozó con las yemas de sus dedos una flor de pétalos azules. Enseguida sus ojos se suavizaron y la boca de ella se abrió con una sonrisita encantadora. Volvió a rozarla para tener la misma reacción.

Se acercó entonces a otra cuyas hojas eran de colores diferentes, nunca repitiendo los mismos. Estaba a punto de rozarla, los ojos y boca de ésta muy abiertos hacia ella, cuando la mano de Kreyson se cerró sobre la de ella apartándola. Lo miró dirigirla a los labios y besarla en sus dedos manteniendo la mirada fija en ella.

––Esa no, Becca. No puedes tocarla.

––¿Por qué?

––Porque esa te arrancaría los dedos si los tuviera cerca de su boca ––contestó Norim acercándose a ella––. Creo que en la Tierra el equivalente sería una planta carnívora.

––¿En serio? ––Sorprendida, volvió a mirarla. Sus ojos estaban llorosos como si estuviera triste––. Parece tan hermosa...

––Por eso es tan peligrosa. 

Josh y Alice se acercaron a ver la flor y tuvieron el mismo deseo de tocarla, uno de los efectos que causaba en algunos para, finalmente, acabar robando algo de carne de los incautos.

––Los jardineros le suelen dar carne una vez al día para que no se desarrollen demasiado o ataquen a las otras flores.

––¿También serían capaces de atacar a otras?

––Sólo si se ven en peligro ––respondió Kreyson.

––¿Y esa? ––señaló Josh hacia una más pequeña que el resto con los pétalos negros y arrugados como si se hubiera quemado o estuviera muriendo.

Becca se acercó y arrodilló frente a ella mirando sus ojitos pequeños y su boca roja y no pudo reprimir acariciarla. En el momento en que sus dedos entraron en contacto con ella, la suavidad como seda de los pétalos la cautivaron. Pasó sus yemas por cada una de las hojas y finalmente por su centro donde rozó la boca y ésta se abrió succionando hacia dentro. Pensó que la mordería con sus colmillos pero éstos eran tan blandos que se doblaban sin hacerle el menor daño. Sacó el dedo y le ofreció la botella de la que empezó a beber como si fuera un bebé.

––Es aún un capullo pero, aunque no tiene la belleza de las otras, será una de las más bellas del jardín. Allí hay unas cuantas adultas ––le indicó Norim señalando unas plantas de gran tamaño en tonalidades azules con ojos y boca de igual color. Ya no tenían colmillos y su brillo empequeñecía al resto a su alrededor.

––Como ves nuestra concepción de belleza y no belleza no se parece a la Tierra ––añadió Kreyson.

––Esta también es bonita ––dijo Josh acercándose a una de color púrpura.

––¡No! ––gritó Norim corriendo hacia él.

Fue demasiado tarde porque, aunque Josh trató de apartar su mano, estaba demasiado cerca de la boca de ésta y uno de su dedos la rozó.

––Oh, Dios... ––murmuró antes de caer en el suelo.

––¡Josh! ––Becca y Alice corrieron hacia él.

Kreyson y Norim se quedaron quietos y suspiraron. El jardín, en un principio envuelto en los suaves sonidos de la naturaleza y el cantar de pájaros (a pesar de no haber ninguno allí visible) pronto se vio interrumpido por unos sonoros ronquidos provenientes de su amigo. Tanto una como otra se miraron entre sí y después a los otros.

––Algunas de las flores tienen propiedades únicas. Esa en concreto, cuando se le rozan los labios, adormece durante siete horas.

––¿¡Va a estar siete horas dormido!? ––exclamó, incrédula, Alice.

––Me temo que sí. Aunque ese es el tiempo para nosotros. No sé si en vuestro caso será igual ––contestó Norim––. No debería haber tocado sin saber. Mandaré que los médicos le den el antídoto si no despierta después de siete horas.

––Podías habérselo dicho ––defendió Becca––. Nos habéis traído aquí y encima no podemos tocar. La curiosidad humana es mucho mayor que la vuestra. No podemos mantener nuestras manos quietas.

––Entonces habrá que mantener las tuyas en otro sitio ––susurró Kreyson por detrás de ella dejándola sentir en su espalda esa otra parte donde podían estar.

––Kreyson, dale un respiro a la pobre humana ––protestó una voz detrás de ellos.

Todos, a excepción de Josh que seguía roncando, se volvieron.

Ante ellos se encontraba un hombre tan alto como Kreyson y de igual porte. De amplios hombros, más que ellos dos, musculoso, cubriendo su cuerpo con un traje blanco y azul que se le ceñían como si le estuviera pequeño. Los pantalones negros sobresalían un poco cuando la capa ondeaba al caminar hacia ellos y su pelo... una cascada plateada caía hasta sus nalgas recogida en una gruesa trenza que se movía a su alrededor. Algunos mechones le invadían su cara dotándole de más belleza si cabe pues sus ojos, azules brillantes, quitaban la respiración de cualquiera.

Tenía un mentón cuadrado que le hacía parecer un hombre duro y peligroso pero también con una pizca de perversión, sobre todo en sus ojos almendrados. Sus labios eran carnosos y comprobó que incluso las cejas y pestañas eran del mismo color plata. Tanto Kreyson como Norim se acercaron a él para saludarlo.

––¿Crees que ahí abajo también tendrá el vello igual? ––murmuró Alice acercándose a ella.

Becca no pudo evitar ruborizarse justo en el momento en que él la miraba y guiñaba un ojo para enojo de los otros.

––¿Es ella? ––preguntó apartándose de ellos y postrándose delante, una rodilla en el suelo, la otra flexionada. Cogió su mano y la besó con delicadeza.

Iba a levantarse para acercarse más a Becca cuando las palmas de Kreyson y Norim se cerraron cada uno en los hombros.

––Gala... ––advirtió Kreyson.

––Yo que tú me estaba quieto ––amenazó Norim.

––¿Por? Sólo quería probar este dulce de otro planeta que habéis traído. No es tan malo, ¿verdad? ––contestó él sin arrepentimiento.

––Tócala... ––comenzó Kreyson.

––...Y eres hombre muerto ––terminó Norim apretando los hombros hasta que éste hizo una mueca de dolor.

––Kreyson, Norim... ––llamó asustada Becca. Aún tenía la mano sujeta por ese hombre.

––No te preocupes. Son siempre así ––tranquilizó Gala––. Además, saben que no voy en serio. Mi nombre, dado por los príncipes, es Gala, soy el jefe de la Guardia Real del Palacio. Siento no haber estado para recibir a los Príncipes y a su consorte ––se presentó.

––¿Gala? ––soltó Alice. Se echó a reír sin poder evitarlo aun cuando ellos tres la miraban desconcertados––. Perdón... Es que ese nombre en la Tierra es de mujer, y me ha venido a la mente este tío vestido con una minifalda y un top de tirantes. Los tacones creo que podríamos obviarlos por la altura que tiene pero desde luego la faldita tendría un horrible bulto delante imposible de remediar...

Kreyson y Norim estallaron en risas apartándose de él para recomponerse. Sin embargo, el protagonista frunció el ceño ante ellos claramente molesto.

––Supongo que tú debes ser una de las humanas que vino de acompañante.

––A no ser que haya otros humanos de polizontes, sí. Y ese de ahí es mi novio. ––Señaló hacia la mole de Josh roncando sin preocupaciones.

Gala se asomó entre ellas y lo vio, esbozando una sonrisa.

––Ya veo. Tocó la flor que no debía.

Se puso de pie recuperando su estatura y obligando a las otras a levantar el cuello para mirarlo a los ojos.

––¿Vais a parar de una vez?

Cuando se giraron para verlo volvieron a estallar de nuevo dándose la vuelta. Becca estaba impresionada que ese hombre hubiera conseguido que Kreyson riera de ese modo. Ni siquiera con Alice y Josh lo había conseguido; sólo se reía así con ella, a solas. Miró a Gala queriendo saber qué significaba para ellos. ¿Sería alguien importante? ¿Tanto como para relajar al mismo Kreyson? La mirada de éste se cruzó con la de ella y sonrió de forma enigmática.

––Perdona ––susurró antes de agarrarla del brazo empujándola hacia él. Cogió el mentón elevándolo mientras su cara descendía y sus labios se pegaban a los suyos sin ninguna otra intención.

Becca trató de separarse de él pero era imposible soltarse. Escuchó dos rugidos, ¡rugidos de verdad! Y pronto se vio liberada de Gala quien se encorvó hacia delante antes de que Norim lo empujara hacia atrás y cayera de culo en el suelo agarrándose del estómago.

Kreyson rodeó a Becca con sus brazos y buscó sus labios lamiéndolos con la lengua antes de cerrarse con los suyos y borrarle cualquier rastro de los de Gala. Cuando se sintió satisfecho la liberó sólo para ser encerrada por Norim y su exigente beso. Se resistió como pudo pero sólo cuando Norim quiso, la dejó separarse.

––¿A qué viene eso? ––preguntó enfadada.

––A dejar claro que tú eres nuestra ––contestó Kreyson.

––Sí, muy bien, pero no soy un objeto que podáis pasar de uno a otro. Yo también puedo opinar.

––¿Entonces te ha gustado el beso de Gala? ––replicó, enojado, Norim––. ¿Él besa mejor?

––¡No me besó! Sólo juntó sus labios con los míos pero no hizo nada más. Os estaba molestando a vosotros por reíros de él.

Los dos miraron a Gala quien trataba de dejar de reír.

––¡Oh, vamos! ¿Nunca os han hecho algo así?

––¿Así cómo?

––Provocaros. Flirtear con la chica que tuvierais para haceros enfadar.

––Nadie se ha atrevido a hacer algo parecido con nosotros––contestó Kreyson––. Jamás.

––Sí, bueno, pues tendréis que aprender la diferencia.

****

Pahaliah estaba escondido en uno de los laberínticos caminos del jardín observando a sus hijos y la discusión con Becca. Parecía que esa chica no se dejaba amedrentar por el hecho de ser ellos príncipes y estaba dándoles un sermón por haberla hecho sentir como un objeto al ser compartida sin tener en cuenta sus sentimientos.

El viaje a la Tierra parecía haberlos cambiado bastante, sobre todo a Kreyson, quien dejaba salir más su forma de ser, algo que no veía con buenos ojos para un futuro rey. Debía ser inflexible y objetivo, nunca dejarse llevar por su corazón. Los humanos sin duda no sabían eso pues ellos tres eran demasiado ruidosos y alocados, como Norim.

––Pahaliah... ––murmuró Aerial aproximándose a él.

––Mi reina ––susurró cogiéndole la mano y acercándola a su cuerpo. La rodeó con una mano por detrás de la espalda y ambos miraron a sus hijos.

––Están felices, Pahaliah. Siento su felicidad irradiando a través del vínculo.

––¿A pesar de ser regañados ahora mismo? 

Ella sonrió y ruborizó al mismo tiempo.

––Eso los está encendiendo mucho más, me temo. No creo que puedas tenerlos el día de hoy para trabajar.

Un lamento profundo nació del pecho de Pahaliah antes de ser silenciado por Aerial.

****

––Mañana se hará la presentación oficial de los humanos en el planeta ––anunció Pahaliah en mitad de la cena sobresaltando a todos salvo a Aerial quien miraba a Becca con calma.

––¿Por qué mañana? ––preguntó Kreyson dejando los cubiertos en el plato para centrar toda la atención en su padre––. ¿No deberíamos preparar antes todo?

––Me he encargado de eso esta tarde. Sois vosotros los que habéis fallado al no acudir ––culpó él. 

Becca agachó la cabeza consciente de que, en parte, era por ella. Tras haber discutido con ellos en el jardín se encargaron de que Josh fuera llevado a su habitación y atendido si no despertaba pronto y, después... Las horas se habían pasado demasiado rápido con ellos. Habían estado paseando por todo el castillo, contemplando incluso por los balcones diferentes vistas del pueblo, conociendo, de lejos, a otras razas. Al final se les había hecho demasiado tarde como para hacer otra cosa que no fuera ducharse y vestirse para la cena.

Había conseguido que le hablaran de Gala. Era su mejor amigo en el planeta y quien los enseñara el arte de la espada. Como jefe de la Guardia Real, no temían que intentara seducirla a ella o a Alice pues su juramento le impedía tener ninguna relación con otra persona pero, aun así, no pudieron evitar hacer lo que hicieron cuando lo vieron besándola. Afortunadamente ella les dejó claro que no era ningún objeto; que tenía personalidad propia.

––¿Hemos de hacer algo? ––preguntó Becca en un intento por relajar el ambiente.

––Se reunirá a nuestro pueblo a primera hora de la mañana y se hará el anuncio. Los guardias se mantendrán junto a vosotros por si ocurriera alguna cosa aunque no es lo habitual. Quizá tengáis que responder algunas cuestiones.

––¿Qué preguntas? ––intervino Alice.

––Sobre vuestro planeta, sobre vosotros.

––¿Y si quieren saber el motivo por el cual estamos aquí? ––Esta vez fue Josh quien consultó.

––En ese caso diréis que es sólo por conocimiento. Aún no es tiempo de comunicar la relación existente entre los príncipes y Becca. Vuestra llegada acompañando a la mujer de mis hijos quizá no está tan mal si con ello podemos hacer que primero os conozcan antes de anunciar algo así.

––Comprendo ––contestó Becca. Se sentía algo decepcionada por no poder contar con libertad lo que significaba para ellos pero no entendía demasiado de política, y menos de ese mundo, como para dar su opinión al respecto. Además, a pesar de que, días antes, se había dicho que lo anunciarían, Pahaliah tenía razón; ella podía darse a conocer como humana y si era aceptada como tal quizá después el siguiente paso no sería tan complicado de dar.

––¿Qué pasa si nos negamos a ocultar esa información, Padre? ––inquirió Norim de pronto. Éste lo fulminó con la mirada––. La primera intención que se tenía era de decirlo. Queremos que todo el mundo sepa de Becca, de nuestro vínculo con ella. ¿Por qué no podemos desvelarlo?

Pahaliah abrió la boca para responderle pero, antes de hacerlo, Kreyson habló.

––Nuestro padre nos está dando la oportunidad de presentar a Becca para que la conozcan sin ver peligrar la línea real con ello. Quiere mostrarla como lo que es antes de anunciar lo que nos une, Norim. Y en este caso estoy de acuerdo con él.

Su padre lo miró con otros ojos. También lo hizo Norim volviéndose a Becca.

––¿Tú estás de acuerdo? ¿No te importa?

––No, Norim. Tienen razón. Para ellos verme como una persona más de las que visitan vuestro planeta no será difícil de aceptar. Pero si anuncias el ser de uno diferente y el vínculo con vosotros puede dividir al pueblo y que éste no reaccione como se esperaba. ––Miró a Pahaliah y sonrió––. Por favor, dime lo que tengo que hacer.

****

––¿Estás segura? ¿De verdad?

Becca suspiró y abrazó con más fuerza a Norim quien acarició su pelo inclinando la cabeza para captar su olor.

––Estoy segura. Y sé que tú también piensas lo mismo.

––Pero eso significa estar separados mañana todo el día ––protestó.

––Hoy hemos estado juntos como en la Tierra. Y hemos visto muchas cosas, aunque no todas las que me habíais contado.

––No hubo tiempo ––contestó Kreyson detrás de ella.

Estaban en la cama después de haber entrado en su habitación, uno por la puerta y otro por el balcón. Habían pasado toda la cena y parte de las horas siguientes hablando sobre el evento del día siguiente. Ellos debían vestir la ropa de la Tierra para mostrar la cultura terrestre y conversarían con algunos de los hombres y mujeres. Al ser tan parecidos físicamente no tendrían demasiado problema en su aceptación, ya que las razas que los visitaban a veces no eran tan similares. Lo que marcaba la diferencia era el hecho de haber llegado con ellos y no en su propia nave. Debían explicar entonces que los príncipes habían ido de visita y establecido contacto con ellos, y sólo con ellos, para evitar otros viajes de futuras razas.

Todo ello le daría la oportunidad a Becca para ser tratada como igual y ganarse la confianza de su gente. Si todo iba bien, el vínculo sería anunciado en el baile que celebrarían dos semanas después. 

No habían hecho nada más que desvestirse y acostarse, demasiado nerviosos por lo que acontecería  en las siguientes horas.

––¿Cada vez que viene una raza nueva hay una presentación así? ––preguntó Becca.

––No. Normalmente la ven paseando por la calle y es cuando la conocen. Pero vosotros vinisteis con nosotros. Muchos pensarán que algo ocurre ––contestó Kreyson.

––Como el vínculo... ––murmuró bajito.

––Gala estará siempre a tu lado y ha dispuesto a dos de los mejores hombres para Alice y Josh. No os pasará nada a ninguno de los tres.

––Lo sé. Como sé que, si pasara algo, os importaría poco saltaros el protocolo.

Ambos rieron conocedores del conocimiento de esa mujer sobre sus reacciones.

––Una cosa, ¿por qué Gala sí tiene nombre? Me dijisteis que todos los de la Guardia Real lo perdían.

––Gala no es el suyo de verdad ––contestó Norim.

––No, es el que nosotros le dimos cuando lo conocimos. Él fue nuestro compañero de juegos y solemos llamarlo así. Nuestros padres también lo hacen pero el resto no. Creo que muchos lo ven como un privilegio por ser el jefe.

––Y le iba genial ––masculló Norim––. Hasta que Alice dijo eso.

Los tres volvieron a reír con ganas.

––Ahora duerme ––dijo Kreyson––. Necesitas reponer fuerzas.

––Sí... ––susurró dejando que el calor de sus cuerpos calentara el suyo desnudo.

Amar por partida doble
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