EPÍLOGO
Epílogo
ESTACIÓN DE LOS ARAÑONES EN CANFRANC
A los irreductibles del Canfranc
Eres, amante, el cetáceo más hermoso
varado en la más hermosa playa de vías: (…)
A pozales de rasmia doy sutura a tus lesiones,
te acerco el recurso que te mantiene con vida
y te dispongo para emprender otra vez tu vuelo,
tan pronto acuda a mi llamada la marea. (…)
Es cierto, no hay sino calma en la orilla,
odiosa calma maldita y despreciable,
maldita balsa de aceite muerta y silenciosa,
maldito rumor resignado e inaudible. (…)
Y sentirás, amante, los mimbres de la navegación
golpearte el espíritu, y sacudirte el abandono y el silencio.
Pronto se agitará la arena que te retiene
y saldrás libre a mar abierto, mejor que entonces.
(DIAGO CH. COLÁS ELVIRA, presidente de CREFCO:
Coordinadora para la reapertura del ferrocarril Canfranc-Olorón)