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EL DESEO
Ya se escucha el pitido de la máquina a la salida del Somport. Ya vuelve. Esta vez es verdad. El convoy desciende imparable desde Aquitania, el tren anterior a este no llegó hasta aquí, hasta Canfranc, era el 27 de marzo de 1970 y se quedó en el puente de L’Estanguet, la locomotora y algún vagón se incrustaron en su caja metálica después de quedarse sin frenos bastante más arriba. Desde entonces ninguno se ha deslizado sobre estos raíles.
Pero hoy entra majestuoso en el andén francés. Desde Estados Unidos, Israel y Sudamérica muchas personas anónimas, quienes no eran Chagall, ni Max Ernst, ni Alma Mahler o el marido de Joséphine Baker, y sus muy numerosos descendientes, miran hacia aquí. Algunos de ellos consiguieron cumplir antes de morir su deseo de mostrarles a sus nietos el lugar por el que se salvaron cuando concentraron sus ilusiones en ser capaces, aquella última vez también, de Volver a Canfranc.
La esperanza no puede perderse ni siquiera en último lugar.