8

Con el cuchillo abrió de un solo tajo el abdomen, quedando a la vista una gran cantidad de vísceras. Un olor dulzón y pegajoso le llegó hasta la cara y tuvo una arcada. Estuvo a punto de vomitar, pero pudo contenerse. Ripper no hizo ningún gesto al oírlo; por lo visto su reacción había sido la esperada.

Volvió a hincar el cuchillo y siguió cortando hasta la altura del corazón, dejándolo al descubierto como ya habían quedado a la vista el resto de sus órganos internos. Era repulsivo. No comprendía cómo podía estar Ripper haciendo aquello y permanecer tan impasible, como si fuera lo más normal del mundo, como si todos los días realizase actos de ese tipo y se hubiese convertido en una rara habilidad. Pensó que podía ser cirujano, o matarife. De cualquier modo, lo cierto es que no dudaba lo más mínimo a la hora de hacer sus movimientos.

Recordó el asesinato de Mari. El titular de prensa en el que se comparaba al asesino con Jack el Destripador. El asesino había abierto en canal a su víctima y luego la había vaciado y troceado, esparciendo por toda la habitación sur órganos internos. ¿Eran los riñones lo que dejó sobre una mesilla de noche? Creía recordar que sí. El corazón había desaparecido. Estaba en lo cierto. Aquel individuo era el mismo que había matado a la joven cuarenta años atrás en aquella misma casa, en lo que ahora era su habitación. Ese hombre había estado antes allí, y ahora había vuelto.

Se sentía confuso y por un momento el dolor físico desapareció para ser sustituido por otro tipo de dolor aún más intenso, el dolor de saber lo que iba a ocurrir a continuación y de no poder evitarlo, de tener la certeza de que su sufrimiento se iba a alargar como nunca hubiese imaginado, el dolor a que lo que estaba ocurriéndole a su madre era solo culpa suya.

Culpa de Alberto el Imbécil.

Sin verlo venir recibió un puñetazo en la nariz. Por lo visto lo de “Alberto el Imbécil” lo había dicho en voz alta y a Ripper no le pasó desapercibido a pesar de estar absorto en su labor quirúrgica.

—He dicho que estés calladito.

18

El encantador de abejas
titlepage.xhtml
sec_0001.xhtml
sec_0002.xhtml
sec_0003.xhtml
sec_0004.xhtml
sec_0005.xhtml
sec_0006.xhtml
sec_0007.xhtml
sec_0008.xhtml
sec_0009.xhtml
sec_0010.xhtml
sec_0011.xhtml
sec_0012.xhtml
sec_0013.xhtml
sec_0014.xhtml
sec_0015.xhtml
sec_0016.xhtml
sec_0017.xhtml
sec_0018.xhtml
sec_0019.xhtml
sec_0020.xhtml
sec_0021.xhtml
sec_0022.xhtml
sec_0023.xhtml
sec_0024.xhtml
sec_0025.xhtml
sec_0026.xhtml
sec_0027.xhtml
sec_0028.xhtml
sec_0029.xhtml
sec_0030.xhtml
sec_0031.xhtml
sec_0032.xhtml
sec_0033.xhtml
sec_0034.xhtml
sec_0035.xhtml
sec_0036.xhtml
sec_0037.xhtml
sec_0038.xhtml
sec_0039.xhtml
sec_0040.xhtml
sec_0041.xhtml
sec_0042.xhtml
sec_0043.xhtml
sec_0044.xhtml
sec_0045.xhtml
sec_0046.xhtml
sec_0047.xhtml
sec_0048.xhtml
sec_0049.xhtml
sec_0050.xhtml
sec_0051.xhtml
sec_0052.xhtml
sec_0053.xhtml
sec_0054.xhtml
sec_0055.xhtml
sec_0056.xhtml
sec_0057.xhtml
sec_0058.xhtml
sec_0059.xhtml
sec_0060.xhtml
sec_0061.xhtml
sec_0062.xhtml
sec_0063.xhtml
sec_0064.xhtml
sec_0065.xhtml
sec_0066.xhtml
sec_0067.xhtml
sec_0068.xhtml
sec_0069.xhtml
sec_0070.xhtml
sec_0071.xhtml
sec_0072.xhtml
sec_0073.xhtml
sec_0074.xhtml
sec_0075.xhtml
sec_0076.xhtml
sec_0077.xhtml
sec_0078.xhtml
sec_0079.xhtml
sec_0080.xhtml
sec_0081.xhtml
sec_0082.xhtml
sec_0083.xhtml
sec_0084.xhtml
sec_0085.xhtml
sec_0086.xhtml
sec_0087.xhtml
sec_0088.xhtml
sec_0089.xhtml
sec_0090.xhtml
sec_0091.xhtml
sec_0092.xhtml
sec_0093.xhtml
sec_0094.xhtml
sec_0095.xhtml
sec_0096.xhtml
sec_0097.xhtml
sec_0098.xhtml
sec_0099.xhtml
sec_0100.xhtml
sec_0101.xhtml
sec_0102.xhtml
sec_0103.xhtml
sec_0104.xhtml
sec_0105.xhtml
sec_0106.xhtml
sec_0107.xhtml
sec_0108.xhtml
sec_0109.xhtml
sec_0110.xhtml
sec_0111.xhtml
sec_0112.xhtml
sec_0113.xhtml
sec_0114.xhtml
sec_0115.xhtml
sec_0116.xhtml
sec_0117.xhtml
sec_0118.xhtml
sec_0119.xhtml
sec_0120.xhtml
sec_0121.xhtml
sec_0122.xhtml
sec_0123.xhtml
sec_0124.xhtml
sec_0125.xhtml
sec_0126.xhtml
sec_0127.xhtml
sec_0128.xhtml
sec_0129.xhtml
sec_0130.xhtml
sec_0131.xhtml
sec_0132.xhtml
sec_0133.xhtml
sec_0134.xhtml
sec_0135.xhtml
sec_0136.xhtml
sec_0137.xhtml
sec_0138.xhtml
sec_0139.xhtml
sec_0140.xhtml
sec_0141.xhtml
sec_0142.xhtml
sec_0143.xhtml
sec_0144.xhtml
sec_0145.xhtml
sec_0146.xhtml
sec_0147.xhtml
sec_0148.xhtml
sec_0149.xhtml
sec_0150.xhtml
sec_0151.xhtml
sec_0152.xhtml
sec_0153.xhtml
sec_0154.xhtml
sec_0155.xhtml
sec_0156.xhtml
sec_0157.xhtml
sec_0158.xhtml