LA PRINCESA DE LOS CUENTOS DE HADAS

Las brumas blancas, brillantes,

hacen nacer a la luna,

surgen del fondo del agua

y se extienden por el llano.

Las flores se juntan para

romper las telas de araña,

y al vestido de la noche

le prenden piedras preciosas.

Cerca del lago las nubes

tejen una fina sombra

que se estremece al cortarse

de ondas y manchas de luz.

Abriendo paso en los juncos,

la niña dulce se inclina,

lanzando pétalos rojos

sobre las mágicas ondas,

para mirar cómo un rostro

fugitivo huye en el agua,

pues el lago está encantado

al conjuro de San Miércoles.

Para que el rostro aparezca,

le tira rosas tempranas,

pues la rosa está encantada

al conjuro de San Viernes.

Mira… A la luna relumbran

su rostro y rubios cabellos,

mientras en sus ojos claros

se juntan todos los cuentos.

1876