¿POR QUÉ NO VIENES?
Ves, las golondrinas vienen,
el nogal pierde sus hojas,
la bruma cubre las viñas,
¿por qué no vienes, no vienes?
¡Oh, retorna hasta mis brazos,
que estoy sediento de verte,
y de apoyar mi cabeza
sobre tu seno, tu seno!
¿Te acuerdas como hace tiempo,
cuando por valles y alcores
te levantaba del talle
tantas veces, tantas veces?
Hay mujeres en el mundo
de ojos que despiden chispas…
¡Pero por nobles que sean,
como tú no hay nadie, nadie!
Porque tú das a mi alma
toda una vida serena,
más hermosa que un lucero,
¡dulce amada, dulce amada!
El otoño ya ha llegado,
los campos están desiertos
y las sendas llenas de hojas…
¿Por qué no vienes, no vienes?
1887