EL DESEO
Ven al bosque de la fuente
que tiembla entre las piedras,
dónde hay un gran lecho verde
oculto por los ramos.
En mis brazos bien abiertos,
sobre mi pecho tiéndete,
que el velo yo te alzaré
para mirar tu cara.
En mis rodillas, sentada,
estaremos muy solos,
y en tus cabellos, temblando,
caerá la flor del tilo.
Frente blanca, pelo rubio,
reposada en mi brazo,
prisioneros de mi boca
serán tus labios dulces.
Un sueño feliz haremos,
con su canto embrujando,
las fuentes solas, la dulce,
respiración del viento.
Nos dormirá la armonía
de la selva de los sueños,
mientras las flores del tilo
resbalarán una a una.
1876